Los
pétalos
cada
domingo
caen
y se clavan
como
clavos
en las palmas
de unas
MANOS
resquebrajadas
que
ya
no sostienen
más
que
las ilusiones
de color
rojo
burdeos
sintético…
La cruz
en la frente
del esqueleto
endeble
y la luz
taladrando
el esternón
desde
donde
sale
TODO
para
quedarse
el VACÍO
de los
VERSOS
más
sombríos
que los
dedos
del
esclavo
haya
escrito
ANTES.
Una
portada
rota
de
Pavese,
una
foto
de un atardecer
en Nicaragua
y el agua
de mis
lágrimas
corrompiendo
los
sueños
que están
por llegar.
Este estudio
ha sido
el templo
desde
donde
he escrito
los mejores
poemas.
Donde
la fama
no llega
y sentencia
la VICTORIA
contra
mí mismo,
pero
ha llegado
el MOMENTO
de retar
al TIEMPO
y SER
inmortal
en la ciudad
de los
no NACIDOS.