Los murales del carreró de la Bassa, creados por una miriada de artistas en pasadas ediciones de Artenbitrir, serán tapados hoy. Finalmente, y pese a los intentos de la asociación cultural y el propio ayuntamiento, la comunidad de vecinos ha dedicidido repintar las paredes, coincidiendo con la restauración de la fachada del edificio.
Desde Artenbitrir han publicado en sus redes sociales la siguiente reflexión:
«El pasado miércoles 16 de febrero de 2022, recibimos una llamada comunicándonos que los murales situados en el carreró de la Bassa, iban a ser pintados debido a la restauración de la fachada del edificio donde se ubican. Esta fue la primera noticia que recibíamos al respecto.
Ante la inminencia de la desaparición de los murales convocamos a allegados a reivindicar su permanencia ese mismo miércoles, teniendo una repercusión importante a nivel mediático y social.
Ese mismo día, nos ponemos en contacto con el administrador de fincas del edificio con el objetivo de saber qué estaba pasando y, al mismo tiempo, tener una reunión con el mismo, el propietario del local donde se ubican lo murales y el Ayuntamiento.
Nos enteramos de que hubo una reunión de los vecinos en la que se aprobó la restauración de la fachada pero en la que, en ningún momento, se decidió nada concreto sobre los murales. La reunión que queríamos nosotras, nunca tuvo lugar.
El lunes 21 de febrero volvemos a contactar con el administrador de fincas y nos dice que va a intentar solucionarlo cuanto antes. Esa misma noche se celebra una reunión de los vecinos, a la cual asiste el Ayuntamiento, como propietario de unos locales de la finca, en la que se decide pintar los murales, aun con la oposición del Ayuntamiento.
El martes 22 de febrero, el administrador de fincas se pone en contacto con nosotros para informarnos de lo inevitable.
Nuestra postura como asociación es respetar lo decidido democráticamente por la comunidad de vecinos.
Ahora bien, queremos expresar muestro sentir y punto de vista ante lo ocurrido:
No se nos ha permitido hablar con los vecinos para expresar nuestra opinión. A nuestro entender, esto supone una falta de sensibilidad y respeto al trabajo altruista que hacemos en beneficio de todo el pueblo.
Puntualizar que en todo momento, por parte de la Asoc. Cultural Artenbitrir se mostró respeto hacia las vecinas y vecinos, el inmueble, la empresa administradora de fincas y la empresa contratada para la rehabilitación/pintado del edificio.
Se buscó el diálogo y el buen entendimiento, solo hace falta leer nuestros comunicados oficiales en Facebook e instagram y las entrevistas que nos hicieron a lo largo de esa jornada. Sólo hicimos acciones pacíficas que no entorpecieron el trabajo de rehabilitación/pintado de la fachada, intentado en todo momento, por parte de la Asoc. Cultural Artenbitrir no entorpecer el paso de las vecinas y vecinos a sus viviendas, cosa que se vio en algunos momentos desbordada a causa de las numerosas personas, ajenas a la asociación que se personaron allí para mostrar su malestar y dar apoyo al NO tapado de LOS MURALES.
Sentimos si algún vecino se haya podido sentir incómodo ante lo ocurrido en nuestro intento de salvar el muro y el revuelo producido. Si sólo se nos hubiera tenido en cuenta desde el principio y se nos hubiera dado la oportunidad de expresar nuestra opinión, nada de esto hubiera ocurrido.
Promovemos el arte de calle porque pensamos que es para todos y de todas. En concreto el arte mural promueve la convivencia, la economía, la limpieza, y aporta un grado de color en el día a día de la gente. La pintura mural posee un poder de transformación que a veces pasa desapercibido. Se trata de una obra en la calle al alcance de todos y todas, tanto de visitantes y vecinos y vecinas como en definitiva, de todo el que pase por ahí. Un estímulo positivo en la mente individual y colectiva que puede cambiar el ánimo, invita a la reflexión y fomenta la creatividad. Es CULTURA en su estado más puro y primitivo. De entre todas las disciplinas culturales que se realizan en ARTenBITRIR, la pintura mural es la única huella física que queda en las calles tras el paso del encuentro, así como un recordatorio de aquel fin de semana tan fantástico.
Entendemos que haya gente que tenga otros valores diferentes al nuestro, pero también sabemos que el diálogo es el puente entre las opiniones distintas y ese diálogo no se nos ha permitido tenerlo.
Todo el trabajo realizado: traer a los artistas, contactar con los propietarios, comprar el material necesario, el alojamiento y la manutención, más el valor de la obra en sí, se merecía, al menos, el derecho a expresar nuestra opinión ante el vecindario para que pudieran valorar otras perspectivas.
Aceptamos, no nos queda otro remedio, la decisión tomada por las propietarios. Este hecho, sin duda, nos hará aprender de los errores cometidos que han permitido que esto suceda. Queremos que los murales artísticos permanezcan en nuestro pueblo el mayor tiempo posible e intentaremos ser más escrupulosos a la hora de decidir dónde se ubican, para que esto no vuelva a suceder.
Queremos agradecer a todas las personas que nos han apoyado en el intento de salvar los murales; al Ayuntamiento por el apoyo recibido y a todas las personas, sobre todo, los artistas, que hicieron posible que durante cuatro años, el edificio del Carreró de la Bassa, tuviera un color singular».