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A las puertas del tren, se ruborizaba esta tarde, con su humildad habitual, Gedeón Guardiola Villaplana. Más de un centenar de vecinos del valle se había reunido para darle una caluroso bienvenida y transmitirle su orgullo y admiración ante la reciente conquista de campeón del mundo, y él sonreía emocionado ante esa muestra de cariño, que no esperaba (la recepción oficial es mañana en el consistorio a partir de las cinco y media, el espigado pivote saldrá al balcón a decir unas palabras).
Ha sido un momento emocionante: al grito de campeones de la afición, se fundía en un abrazo con su madre, su padre, sus amigos, etc. Pronto los medios allí reunidos le requeríamos para que nos dijera sus primeras palabras y nos enseñara esa maravillosa medalla dorada que relucía en su pecho. «Los 20 días del campeonato se han hecho largos, pero al final todo ha salido a pedir de boca. Ayer fue un día maravilloso, ojalá que el primero de muchos», decía, señalando ya un futuro más prometedor que nunca, a sus 28 años ya maduro como jugador y asentado en la selección y en su equipo, líder de la potente bundesliga alemana.
Gedeón, que atendió a todos los allí reunidos con una gran sonrisa, firmando balones y haciéndose fotos, recordó una vez más sus orígenes: «Me hubiera gustado que hubiera sido la final más cerca para que todos hubieran podido venir, pero bueno, me consta que se estuvo viendo por la televisión y demás», comentó mientras la multitud aumentaba el volumen de sus aplausos. Comentó también que tenía ganas de pasar unos pocos días descansando con su familia y amigos, en su querido Petrel, antes de regresar a Alemania.
Gedeon [2] from Petreraldia.com [3] on Vimeo [4].