Zapateros y aparadoras eldenses emigrantes en Porrentruy

Maribel, Antonio y Adelita

Para Maribel Patricio, todavía sigue siendo una asignatura pendiente el volver a Porrentruy, del que guarda unos entraña­bles recuerdos, casi todos ligados a momentos vividos con su marido, Germinal El Moñiguero, ya fallecido, y otros paisa­nos en el año en que trabajaron allí: «Hacíamos excursiones por aquellos bos­ques tan verdes y, cuando había nieve, salíamos a esquiar con unos peculiares trineos. Teníamos un buen ambiente entre nosotros y nos sentíamos privilegiados por estar allí ganando un buen sueldo. Al volver a Elda, algunos de nosotros seguimos saliendo juntos. Con los corros, nos compramos una Vespa y nos apuntamos a las excursiones que organizaba el Vespa Club. Y también dimos la entrada para el piso». Para Antonio Hernández y Adelita Juan, «aquella experiencia supuso asomarnos a otro mundo, a otro tipo de sociedad mucho más moderna. Nos sentíamos más valorados como trabajadores que éramos a pesar de ser emigrantes. Allí, pudimos descubrir por fin lo que era la semana inglesa para disfrutarla saliendo a ver cosas de por allí, como los lagos, Ginebra, Lausanne… Pero las chiquillas se quedaron en Elda y nos volvimos a los seis meses. A partir de entonces, ya nada ería igual. Suiza nos marcó mucho». Hay tantas historias por descubrir… Noto que, cuando hablo con todas estas personas, sus ojos brillan de una manera especial. No cabe duda de que, a pesar de haber tenido momentos de soledad  y nostalgia en Suiza, de haber sufrido la dificultad del idioma y alguna que otra discriminación, en casi todos existe una añoranza por volver, siquiera para recordar una aventura que, a casi todos, les reportó salir de una crisis económica temporal que padeció Elda en aquellas fechas. Muchos manifiestan que, si alguien se hiciera para adelante y organiza un viaje a Porrentruy, aunque fuera en plan turista, volverían.

Guillermo Carpio junto a Paquito Busquier y Juana, una chica catalana que también trabajaba en la fábrica suiza en 1963.
Abajo, reunión de fin de semana. Entre otros aparecen Jose Llor y su esposa, Antonio Hernández Limorti y Clemencia, Adelita Juan y Carmen y Guillermo.jpg
Antonio Hernández y Adelita Juan en su huerto de lechugas en el colegio o internado donde estaban alojados en 1963.

One thought on “Zapateros y aparadoras eldenses emigrantes en Porrentruy”

  1. Me parece estupendo este reportaje mirando hacia atras,cuando muchos igual que ahora tenian que luchar para poder dar de comer a sus hijos…. por muchas decadas que pasen siempre se repite la historia…. el pobre nacio para ser pobre…. ya se encargan los gobiernos de que asi sea… sino …. quien trabajaria? Bonito reportaje muchas gracias

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