Vicente Amat Furió (1857-1943), su contribución a la historia de Petrer

Por lo que respecta a Petrer, y concretamente a su finca de La Pedrera, fue a finales del siglo XIX cuando Vicente Amat, ya propietario de la mayor parte de la misma, edificó una señorial mansión que, salvo algunas modificaciones, aún se conserva en su primitivo estilo. Frente a la casa, trazó y realizó un jardín, una balsa-piscina y, año tras año, fue plantando infinidad de pino allí donde la viña se marchitaba, constituyendo con el tiempo, el principio de la densa pinada actual (10). A pesar de la distancia, pues desde 1886 vivía en Barcelona, Petrer seguía presente en su corazón. Vicente Amat, al igual que su hermana Dolores, pasó grandes temporadas en la finca, sobre todo durante los veranos y en épocas de recolección. Dolores, casada con el abogado Joaquín Izquierdo, vivía en Valencia y los tres meses estivales los pasaba, uno en la finca de El Poblet, hasta que fue propiedad de la familia, un mes y medio en su casa de la actual esquina con Prim, y dos semanas en la localidad turolense de Mora de Rubielos. Cuando venía a Petrer traía a tres criadas de Valencia, y aparte de éstas, en su casa de Petrer, en el piso superior, vivía un matrimonio, Batiste y Con­cepción, los caseros que se encargaban de mantener siempre la casa en buen estado (11).

 

La casa principal de El Poblet y la nave que se construyó durante la guerra, sobre unas casas. Esta nave, en un principio, se dijo que estaba destinada para oficinas de aviación y residencia de pilotos. Luego, pasó a ser dependencia para la guarnición de soldados. Foto: Juan Miguel Martínez Lorenzo.

A través de varias fotografías podemos conocer cómo transcurría la vida de esta familia en La Pedrera. Contamos con imágenes tanto de los jardines como del interior de la casa de el Poblet que la familia Amat, como ya hemos apuntado, siempre conoció como La Pedrera. El frondoso jardín, repleto de vegetación,  invita a la paz y al sosiego en una finca de recreo, ya que su propietario, Vicente Amat Furió, hasta que tuvo que desprenderse de la misma vivió y trabajó primero en Valencia y después en Barcelona. Las fotografías del interior de la casa nos muestran personas cultas y con una posición económica desahogada, propietarias de una mansión que incluía una sala de juegos con su mesa de billar. En las paredes están las raquetas de tenis y palos de croquet para practicarlo en el exterior. También hay escenas de descanso en los jardines y junto a una balsa que aún hoy todavía persiste, paseos en carro por los alrededores y escenas de la vendimia. En fin, estas imágenes son valiosas por su antigüedad y porque nos permiten conocer cómo transcurría la vida de una familia acomodada, con un elevado status social, muy introducidas en las modas del momento, que venían a La Pedrera a pasar los periodos estivales. La mayoría de las fotos de la Pedrera son del año 1896.

Disfrutando de los jardines de El Poblet. Al fondo se ve la casa. Año 1896.

El agua para regar los jardines y las tierras de El Poblet supusieron para Vi­cente Amat algún que otro problema. En este sentido, a finales del siglo XIX, uno de los principales terratenientes de la población, Matías Bernabé Payá, co­sechero, exportador de vinos, líder local del partido conservador de Cánovas del Castillo y alcalde entre los años 1891 y 1893, adquirió el monte de La Pedrera con la cantera allí existente (12). En 1899 se realizó la canalización de parte del agua de Caprala y se construyó la balsa de La Pedrera Alta, situada al otro lado de El Poblet (Pedrera Baixa) y de la actual autovía. Para con­memorar dicha efe­mérides acudió has­ta esta partida rural la banda de música.

Excursión en carro por el paraje de La Pedrera. Año 1896.

El agua de la balsa venía de uno de los siete nacimientos que hay en la rambla de Caprala, regaba Els Cotxinets pasando por La Pedrera y llegaba hasta El Poblet. La balsa de riego la construyeron, en un esfuerzo común, vecinos y propietarios de aquella partida rural petrerense, pero el propietario de El Poblet intentó apropiarse del preciado líquido para el riego de sus frondosos jar­dines ornamentales. Fueron a juicio en Valencia y perdió el juicio Matías Berna­bé Payá. Los propietarios, encabezados por Antonio Gómez Tortosa, conde de Gómez Tortosa, llevaron el caso ante el Supremo y ganaron los agricultores de La Pedrera, quienes le estuvieron siempre agradecidos. A través de la información oral sabemos que cuando Vicente Amat venía a El Poblet, acudían vecinos de las fincas cercanas, entre ellos Matías Berna­bé, a jugar al ajedrez (13)..

Los jardines románticos de El Poblet con uno de los hijos de Vicente y Teresa.

En el siglo XX nacerían en Barcelo­na las dos últimas hijas de Vicente y Te­resa, el 6 de enero de 1901 María Luisa (14), y el 22 de enero de 1904 Consuelo (15). En 1903, publicó la Ley de enjuiciamiento civil (Barcelona, Sopeña) y, como podemos ver a través de estas líneas, sus publicaciones de carácter jurídico fueron numerosas. A principios del siglo XX , Amat seguía fuertemente vinculado a Petrer. Así, en un trabajo inédito de Patricia Navarro Díaz (16) sobre la prensa en Petrer, la autora se hace eco de una noticia aparecida en el semanario eldense El Vinalapó, del 8 de marzo de 1903, firmada por Emetea (17), sobre la «Fiesta del árbol» organizada por la Sociedad Obrera «La Protec­tora». El presidente honorario de dicha sociedad era Vicente Amat, quien donó el material de la es­cuela que tenía dicha entidad y que para celebrar la fiesta del árbol, en una jornada eminentemente festiva y lúdica, también obsequió a los numerosos asistentes y regaló los pinos que se plantaron en su finca de La Pedrera.

Escuela de vendimia en La Pedrera, donde se aprecia una clara distinción social: las mujeres llevan pañuelo en la cabeza y "las señoras" acuden al campo a disfrutar el momento. El carro está preparado para cargar a los capazos con la uva. Año 1896.

Vicente Amat fue un hombre inquieto y emprendedor, lo que le llevó a construir una fábrica de electricidad en el paraje de El Chorrillo, próximo a su finca de La Pedrera, en el término de Elda lindando con Sax. Se convirtió así en el propietario de una de las dos fábricas de la luz que abastecía a Elda, queriendo aprovechar las aguas que aún discurrían por el río Vinalopó. Él siguió la costumbre que había iniciado su padre, años antes, de adquirir parcelas y tierras por la zona, principalmente en Sax y en Elda, donde se hizo con numerosas propiedades entre las que se encontraban varios molinos. En este sentido, desde finales del siglo XIX hasta los primeros años del XX, contamos con nume­rosas escrituras relacionadas con la compra y permuta de varias fincas, principalmente en el cauce del río Vinalopó. A pesar de que vivía en la ciudad condal, no quería desvincularse de su tierra alicantina.

En el jardín de La Pedrera. Amat Peiró con gorro, sus hijos Esperanza, Vicente y su esposa Teresa Torres y Dolores y su esposo Joaquín Izquierdo. Anteriores a 1894.
Otra imagen en el jardín de La Pedrera.

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