Consumada la volcánica irrupción y su férrea voluntad de “cambiarlo todo”, prensa y sociedad han pasado una semana analizando los resultados de Podemos en las Europeas, preguntándose quiénes son, qué quieren y hasta dónde pueden llegar votantes y votados; hasta que la histórica noticia de la abdicación real ha movido el foco de interés. O quizá no tanto: “Si no la abdicación, sí el debate actual sobre el modelo de estado que ha de haber en España es consecuencia de los resultados del 25 de mayo, del revulsivo que ha supuesto para el régimen, que ha comprobado que el deseo social de una mayor democratización de las instituciones no va a ser flor de un día”.

Las palabras son de Sergi Cremades, que figuraba el 38 en la lista que Podemos presentó al Parlamento Europeo, y que ahora, junto a los otros compañeros del Círculo Elda-Petrer, tiene ante sí la misión de articular una estructura que permita al joven partido apuntalar sus ideas programáticas y sus políticas en el valle. “El proceso de organización interna, podríamos decir, empieza ahora y acabará en octubre, como plantean desde Madrid, y en este tiempo vamos a considerar cuáles son las posibilidades. En Elda-Petrer estamos muy imbuidos por la filosofía del 15M y vamos a poner en marcha asambleas que decidirán y plantearán el futuro. Yo ahora, por ejemplo, soy uno más de Podemos, uno más del círculo. Hice mi trabajo, porque estuve en las elecciones, pero ahora debe ser decisión de la ciudadanía”. Hay mucho que hablar, pues, y como Cremades nos concedió una amplia entrevista, comencemos por el principio.

¿Por qué con Podemos?

La pregunta que leen arriba es el título de un artículo que el propio Cremades escribió para la publicación y que ciertamente es una pregunta pertinente en una persona que lleva activa y militando en organizaciones políticas y sociales 20 años, desde que se iniciara a la casi infantil edad de 14 años. “Sí, y he pasado por diferentes etapas, donde más me fogueé fue en el movimiento antiglobalización, que tuvo en Barcelona, a finales de los años 90, una referencia mundial, con algunos foros y también movilizaciones históricas. Ahí fue donde empecé a cambiar el chip, porque yo por aquel entonces militaba en partidos clásicos.  y comencé a madurar mi transformación personal”.

“Antes del 15M”, explica Cremades, “yo militaba en Izquierda Anticapitalista, cuyo objetivo principal es potenciar la lucha en la calle y los movimientos sociales. Para mí y mis compañeros, el movimiento indignado encerraba un proyecto, unas ideas, una forma de trabajar y de luchar que entroncaba en nuestras ideas. Fue un gran momento de motivación personal”. El movimiento de los indignados recuperó esa ilusión, tanto entre veteranos activistas como entre nuevas personas que se incorporaban, “porque algunos de nosotros estábamos en una travesía en el desierto, se decían muchísimas cosas de las que se dicen ahora, pero nadie parecía darse cuenta, miraban para otro lado. La crisis ha sido muy importante para cambiar mentalidades y el 15M también fue un motor importante”.

Cremades y sus compañeros trabajaron un año y medio dentro del movimiento, y después prestaron su experiencia (al fin y al cabo, Cremades es educador social), cuando se descentralizó el movimiento y se crearon grupos de trabajo, a la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, que a nivel comarcal ha conseguido éxitos reseñables.  “Para nosotros, el 15M y la PAH son escuelas de formación, democracia y participación directa. También es un taller donde se puede ir trabajando esa forma diferente de hacer las cosas: de forma asamblearia, horizontal, sin que haya muchas delegaciones, etc. Y potenciar la auto-organización de la gente, de los movimientos sociales, es clave, pero nosotros sentíamos que faltaba algo. Eso que faltaba era para nosotros una traslación política de todas esas luchas que se generan desde el 15M, desde 2011”.

Luchas sociales que germinan en una nueva política

Así que, cuando se lanza la propuesta de “mover ficha”, que es un manifiesto de diferentes intelectuales, especialmente de la cultura y la enseñanza, de principios de año, Sergi lo hace suyo y está ya desde el principio en la creación de círculos, que surgen en diferentes territorios desde que se crea el grupo promotor en Madrid. “Yo trabajaba ya en ese sentido cuando Pablo Iglesias dice: “yo, como figura mediática, si tengo vuestro respaldo, asumo la responsabilidad de poner en marcha el proceso de la iniciativa Podemos”.

Al carismático profesor universitario, por cierto, no lo conoció Cremades un día cambiando de canal de televisión, ya seguía su programa la Tuerka a principios de 2011, y el verano del año pasado Pablo Iglesias se acercó a la universidad de verano que, para formación y debate, organiza Esquerra Anticapitalista. “Él participó activamente con una ponencia sobre los medios de comunicación y ahí lo conocí ya de manera más personal. Hay contactos, porque Pablo, y el grupo de La Tuerka, ofrecen a Esquerra Anticapitalista el participar, de tú a tú, en ese primer embrión que sería el círculo motor de Podemos, para cuando después, con el proyecto iniciado, estuviera ya en manos de la ciudadanía, pues soltar anclas y dejar que el proceso se completara por sí mismo”.

Votos para un cambio

El ‘proceso’ ha desembocado en unos grandes resultados, también en Elda y Petrer (2.089 y 1476 votos). “No me los esperaba hasta ese nivel, aunque sí sabíamos que iban ser buenos resultados, porque lo hemos palpado antes y durante la campaña, esas ganas de cambio, esa ilusión por retomar nuestras vidas, llenándose los mítines como hacía muchos años que no los llenaban ni los grandes partidos”.

“Hay que reconocer que a IU aquí, en la comarca y en otros lugares de la Comunidad Valenciana, le han hecho un pucherazo y ha modificado los resultados, y IU podría pasar a ser la tercera fuerza. En todo caso, lo importante para nosotros, es que esto es el reflejo de una realidad: nos encontramos con una parte importante de la población con un gran desafecto institucional y  que piensa que esto tiene que cambiar. La gente está padeciendo una crisis que no ha provocado, está viendo como hay una casta beneficiándose de la misma, y para una parte muy importante de la población no podemos seguir así y hay que profundizar en la democracia, democratizando las instituciones y también la economía”.

“Así que esto es lo primero”, prosigue Cremades, “independientemente de que Pablo salga en la televisión -hecho que sí es importante y ha abierto muchas puertas-. Para mí lo más importante es la diferencia con el resto de partidos políticos. Podemos es un partido político que no quería serlo, pero que obligatoriamente ha tenido que serlo. Lo que queremos ser es un proceso, un instrumento, una metodología para cambiar el chip y creo que eso lo ha entendido muchísima gente”.

Fisonomía de un voto

Desde la formación manejan estudios –cuyos principales titulares se esbozan en este artículo- que muestran que han captado ese voto, el de la indignación, y también el de los afectados por la crisis, haciendo buena la interpretación de Cremades de que el malestar general y las ganas de cambio que vienen gestándose en el país desde 2011 están ahora sobre la mesa, “y es el principio, porque, como ya se ha dicho, hemos venido a ganar”. En los estudios que manejan, por ejemplo, hay datos como el que asevera que el 65% de la población joven con estudios ha votado a Podemos:  “Estos datos nos demuestran que hay gente muy preparada, con una carrera o dos, o con másteres, y que no tienen futuro. No lo tienen y tiene que emigrar para buscar fuera lo que aquí no encuentran. Pero ha sido transversal: también ha habido mucha gente mayor de 45 años que eran muy de izquierdas, muy activos en su día, pero estaban ahora en la reserva por lo que está sucediendo, porque están desmotivados. Y ahora están ilusionados”.

“Las tesis que manejamos es que tampoco nuestra irrupción ha debilitado a la izquierda alternativa, que han subido en sus resultados, sino al bipartidismo. Ha afectado mucho al PSOE, hay muchísima gente que siempre ha votado Partido Socialista, y esta vez ha votado Podemos. Creo que ha sido un voto de castigo a una formación que ya hace tiempo que ha emprendido políticas que todos conocemos. Igualmente”, apunta Cremades, “hemos desactivado parcialmente la gran abstención que se preveía”.