Hace menos de un mes, un histórico del Partido Popular de la localidad, José Miguel Payá, anunciaba su retirada de la política activa, [1] y además, con efecto inmediato, no aguantando ni los cuatro meses que quedan de legislatura, de la que era concejal de Cultura. Motivos profesionales ponen punto y final a una trayectoria de varias décadas siendo un referente de la derecha en Petrer, y con responsabilidades de todo tipo dentro de la administración y el partido. “Es una gran pérdida profesional y personal la que sufrimos con su marcha, ya que es una persona y un político al que admiramos profundamente y que ha estado muchos años a nuestro lado», despedía en las redes sociales el alcalde, Pascual Díaz, a Payá tras trascender la noticia. “En el 91″, sigue glosando Díaz, «José Miguel ya fue nuestro candidato, y ha estado muchos años como concejal, tanto en la oposición como en el gobierno, y conoce perfectamente la gestión municipal, los tiempos políticos y con una vocación de servicio más que demostrada”.
Su amplia trayectoria es la pregunta inicial, precisamente, de la amplia entrevista que nos concedió Payá, donde también valora la situación actual, qué sucesores deja en el partido, las causas de los casos de corrupción del PP en la Comunidad Valenciana, su predicción sobre el resultado de las elecciones locales, la caída del bipartidismo, etc.
[2]¿Cómo llegaste a la política? ¿Cuál ha sido tu recorrido? ¿Qué etapa has disfrutado más?
Estoy en política desde el año 89/90, en que me buscaron Paco Cano y Pepe Rico, y mi tío José María. Yo por entonces era profesor en el Monastil de Elda y salí director del instituto, y en ese intervalo, simultáneamente me introduje en la política local. Primero fui miembro de la directiva de Alianza Popular que presidía Pepe Rico, y luego surgió que encabezara la lista y nos presentamos en el 91.
Luego volvimos a presentarnos en el 95, que fue cuando el PSOE perdió la mayoría absoluta y surgió el famoso pacto IU-PP por desencuentros internos entre grupos de izquierdas. Yo creo que se hizo una gran gestión en lo que se llamó después la legislatura de oro, del 95 al 99: se realizaron importantes obras, entre ellos el emblemático parque del Campet. Conseguimos, gracias a nuestra gestión, un sinfín de inversiones de un nuevo gobierno que se estrenaba entonces, el del PP autonómico y en la Diputación, que nos permitió afrontar el déficit que existía, porque durante la Transición hubo alguna legislatura en que se hizo mucho, pero posteriormente había muchas necesidades que cubrir.
Y se hizo más durante esa legislatura: la apertura de la avenida Reina Sofía, que estaba interrumpida hasta la rotonda -de la rotonda al colegio no existía la calle-, o por ejemplo el polideportivo de san Jerónimo que fue iniciado entonces… Fue una legislatura muy enriquecedora también en el sentido de que demostramos que sabíamos gobernar con responsabilidad, sin luchas internas entre los dos grupos a pesar de la diferencia ideológica. Yo era, en aquella legislatura, primer teniente de alcalde, y portavoz y concejal de Cultura y Patrimonio.
Luego nos presentamos a las elecciones y el resultado no fue bueno para nosotros. Hidalgo, el entonces alcalde, acaparó la buena gestión y al ser un resultado abierto, a triple empate, nos quedamos los segundos, empatados a concejales, y eso me llevó a asumir mi responsabilidad. El error no fue tanto hacer el pacto con IU sino que no me liberara en política y siguiera con mis actividades particulares, lo que favoreció que el alcalde patrimonizara aquella gestión. Me di cuenta que, cuando uno está en política en una posición que tiene que representar, debe estar liberado y dedicado exclusivamente en la política.
Tras esto, dejé la política y me dediqué a mi vida privada, a otras actividades. Buscamos la persona que pudiera hacerse cargo del partido y candidatura y encontramos en Pascual Díaz la persona idónea por muchos motivos; era una persona conocida en el pueblo, director de un gran colegio, también había sido vicepresidente de la Unión de Festejos, y era una persona con imagen de seriedad y responsabilidad y accesibilidad. Además, ya tenía un bagaje de gestión. Salió bien, consiguió en su primera legislatura ser la lista más votada en 2003, aunque no consiguió gobernar. Luego tuvo la ocasión de ser elegido diputado provincial, donde también hizo una magnífica labor y mejoró su imagen como gestor político. Hay que destacar, en este sentido, la unión del partido en Petrer, pues nunca ha habido personalismos ni trabajo por detrás para quitar a uno, sino que siempre se ha apoyado al cabeza de lista y presidente de partido.
Su gestión en la Diputación le permitió reforzar esa mayoría, consiguiendo en las siguientes elecciones la mayoría absoluta en Petrer, con 11 concejales. Pascual me propuso entonces entrar en la lista, y me dio la portavocía además de la concejalía de Cultura. Estuvimos 4 años gobernando, y el resultado fue muy positivo. Volvimos a vivir una segunda legislatura de oro gracias al Plan Confianza y de Zapatero. Se volvió a dar un impulso a las inversiones. Y eso nos lo reforzó el pueblo otra legislatura después pasando de 11 a 12 concejales.
Esta legislatura actual ha sido diferente, ha sido la legislatura de la crisis, y hemos demostrado que tenemos una gran capacidad de gestión tanto con las vacas gordas como flacas. Se ha saneado el Ayuntamiento, se ha liberado mucho dinero de intereses -8 millones de deuda-, se está pagando a los intereses en un tiempo nunca conocido antes de la historia de Petrer y en definitiva se ha realizado una labor importante.
En la concejalía de Cultura exactamente igual, acometimos algunas obras importantes, como la Manzana Cultural que está por concluir. Se ha retrasado, es verdad, pero por motivos ajenos a Petrer, de liquidez de la Conselleria y la propia empresa. Ha sido la gestión de Pascual Díaz la que ha desbloqueado el tema y las obras van a comenzar en breve, y también tenemos el tema del Horno Cultural Romano, que se salvó después de ser encontrado. Y nos hemos dedicado estos cuatro años a apoyar la cultura local, que nace del pueblo. Un ejemplo es la obra del conservatorio local, que está cedida a la asociación local PIMA, mostrando un modelo de apoyo a una música tradicional que tiene mucho arraigo en Petrer.
En el Otoño Cultural y la Semana de la Guitarra mantenemos el nivel a pesar de las dificultades; este último fundamentalmente se sufraga gracias al ayuntamiento y al esfuerzo de gestión de Pepe Payá y su equipo. También actividades como el Concert d’ Estiu, centrado en grupos locales, siendo para muchos de los cuales una ocasión extraordinaria para mostrar lo que hacen.
25 años dan para mucho, ¿esta época actual es la mayor crisis económica, social, política que has conocido en tu periplo?
Yo he conocido varias crisis, la primera la del 73/74, que me cogió con 15 años, y que fue más dura que la actual pero más corta. Luego se vivió una segunda crisis en los 92/93, después de las Olimpiadas de Barcelona y la Expo, un periodo de estancamiento que contribuyó a la caída del PSOE y Felipe González. Y no, no se ha conocido una crisis de tanta duración como esta que estamos viviendo.
Pero sí crisis duras, ya digo. La de 90 fue dura y se llevó por delante la gestión que pareció eterna del socialismo, y no surgieron entonces populismos, sino que la gente optó por una alternativa y lo mismo pasó con la crisis de Zapatero. Ahora que la actual crisis está tardando más en salir, han surgido esos populismos, pero tienen más que ver con el fracaso del PSOE para contentar a su propio electorado que otra cosa.
Es verdad que una parte del electorado de Podemos son antiguos votantes del PP, pero si analizamos las encuestas, la mayoría de los que votaron al PP y ahora no le apoyan en las encuestas se decantan por la abstención. y grupos como Podemos tienen su voto de la antigua abstención y de mucha gente joven que veía la política como algo ajeno y se ha movilizado con Podemos como alternativa al sistema, y sobre todo de antiguos electores de IU y PSOE. Lo de Izquierda Unida me parece terrible, que un partido con 40 años de lucha y gestión, con un arraigo extraordinario que tiene presencia física y personal en todos los pueblos del país, se haya visto relegado a un segundo término por un proceso de carácter mediático, que aparentemente, además, ha surgido a través de la televisión. Ello nos demuestra que vivimos en una sociedad muy diferente a la de hace 20 años, donde la fuerza de lo mediático y de las redes sociales tienen una fuerza que los partidos tradicionales han infravalorado.
En este sentido yo no sé cual es la diferencia entre IU y Podemos, parece que unos son comunistas y los otros bolivarianos, pero parece que hay un movimiento de votos y afiliados y líderes hacia este otro grupo, fenómeno que no sé qué consecuencias tendrá en las generales. Parecía algo efímero fruto de la rabia y que se manifestó en unas elecciones que no tenían tanta importancia como eran las Europeas, pero las encuestas hacen que pensar que es un grupo que ha venido para quedarse. Evolucione como evolucione de aquí a las generales, creo que se va a sustituir el modelo de bipartido por el de tripartito. Aunque no sé el PSOE que camino tomará, lo tiene complicado, si gobierna en algunas autonomías o ciudades importantes con Podemos estará impulsando a su electorado moderado a los brazos del PP, y al revés ocurrirá lo contrario.
[3]Eres uno de los referentes intelectuales de la derecha en la localidad, y muchas veces se te ha identificado con el ala más conservadora del partido. ¿Estás de acuerdo con esta imagen?
No me considero evidentemente de izquierdas, eso está claro, pero no me considero más conservador que nadie que esté en el PP. Yo siempre defiendo las propuestas que han venido de la ejecutiva nacional y no me considero una persona especialmente conservadora.
Dentro del PP hay dos corrientes, y yo me identifico más bien con la corriente liberal del PP que con la otra, la democristiana. Yo soy una persona de fe pero no de misa diaria, y dentro de la gestión política y económica, el liberalismo es la opción política en la que me encuadro…
Sé que, por ejemplo, he defendido el aborto, porque creo que es un mal. En el pleno en que se trató la ley de Gallardón, dije que no estaba de acuerdo con ese proyecto, considero que el error de proyecto de Ley de Gallardón fue no volver exclusivamente al proyecto de aborto de Felipe González, que el gobierno de Aznar respetó a rajatabla durante 8 años, y fue aplicado también por el gobierno de Zapatero durante tres años.
¿Quién crees que puede sustituirte dentro del partido?
No hay nadie insustituible, y afortunadamente en el equipo del PP hay gente muy preparada. Por ejemplo, Óscar Payá está muy preparado, es un portavoz magnífico, conoce los temas, está dedicado a la política intensamente y se prepara mucho sus intervenciones, teniendo una gran formación jurídica. El caso de Fermín García es equivalente, tiene mucha experiencia y también formó parte del Ayuntamiento en esa “legislatura de oro”. También es un hombre de empresa, asesor.
Y después tenemos a Pepa Villaplana, muy conocedora de la realidad local y que lleva dos grandes concejalías como Servicios Sociales y Desarrollo Económico. Tenemos muchas personas preparadas en el partido, pero creo que lo que hoy nos da un plus es la figura de Pascual, su proximidad y la gestión que ha venido realizando. Es nuestro mayor bagaje electoral de cara a las próximas elecciones.
[4]¿Qué crees que vas a echar de menos de la política?
Dicen que la política no te da la felicidad pero te obliga a mantenerte al día, sobre todo cuando eres portavoz. Es un reto intelectual. Eso es lo que voy a echar de menos, aunque el mío es un trabajo creativo y que me obliga a una preparación intelectual, así que este aspecto lo tengo bastante cubierto.
Lo que pasa es que en política hay un estrés, una adrenalina y una inercia con las ruedas de prensa, debates, mociones, etc., que te mantiene activo Ese día a día sí lo voy a echar de menos, pero tanto estrés tampoco es tan bueno…
Yo tenía claro hace 4 años que no iba a repetir. No me planteo volver a política. Me voy a meter en una edad en que no tendré ni la inquietud ni la ilusión de volver dentro de 4 ó 5 años. Seguiré siendo una persona curiosa de su pueblo, amante de sus costumbres y tradiciones, pero ya viendo los toros desde la barrera.
¿Qué te ha quedado por hacer en política?
Quizá el no haber podido hacer una oferta cultural de mayor nivel en esta legislatura, por ejemplo en el tema del teatro. Por circunstancias administrativas nos impiden ofrecer el teatro a cambio de la taquilla como ocurre en otros municipios por intervenciones y secretarías (nosotros por razones legales no podemos entrar en ese modelo), así que dependemos de una tasa que tienen que pagar las compañías que vienen a Petrer, por lo que suelen preferir otros teatros de núcleos urbanos de mayor población.
¿Qué político de la oposición local le gusta o “lo ficharía” si pudiera? ¿Quién le causa mejor impresión?
Hay muchas personas muy preparadas. Los tres portavoces actuales están muy preparados.
La persona con la que tenía más dificultades en los debates, en todo caso, era con Pilar Iñesta, era una muy buena portavoz y muy buena en su parcela, Servicios Sociales. También he tenido muy buena relación con Juan Conejero, quien me precedió en la concejalía de Cultura y que me sustituyó luego en algún periodo: yo supe respetar lo que había iniciado, y él igual, y siempre hemos tenido un trato caballeroso y de respeto. En este sentido, yo creo que Lacasa es una persona que pudo haber contado con ellas porque tenían mucho que ofrecer aún a la política de Petrer.
A unos meses de las elecciones autonómicas y municipales, se empiezan ya a plantear distintos escenarios políticos, como algunos pactos entre partidos. ¿Qué resultados esperas en las próximas elecciones municipales y autonómicas?
Tengo clarísima la mayoría absoluta en Petrer, no nos planteamos ningún otro escenario en el partido. Estoy seguro de que Pascual Díaz va a conseguir la mayoría absoluta porque el pueblo va a respaldar la gestión que se ha hecho tanto en los años buenos como malos.
Pero a nivel autonómico esa gestión no ha sido tan brillante. Ha habido más problemas, imagen de corrupción de partido que nos ha perjudicado, aunque tengo esperanza de que se pueda recuperar una parte del electorado que se ha perdido. Pero se va a plantear un problema complicado, porque dependerá de si son tres los partidos que tengan representación o si otros partidos no declarados de izquierdas como Ciudadanos o UPyD pueden obtener diputados y en cualquier caso se va a presentar un panorama complicado si nadie tiene mayoría absoluta, porque gobernar dos partidos es muy difícil y tres todavía más, como el caso de Villena u Orihuela, y casi siempre acaba mal.
Desde julio de 2011, el tsunami de la corrupción ha provocado la renuncia de Francisco Camps como presidente de la Generalitat; la imputación de su homólogo Vicente Rambla; el procesamiento de la expresidenta de las Cortes y alcaldesa de Novelda, Milagrosa Martínez y la imputación de su sucesor Juan Cotino; la condena del exconsejero y exportavoz parlamentario Rafael Blasco, y la imputación de cinco exconsejeros y de la cúpula regional del PP con Ricardo Costa a la cabeza; la condena del expresidente de la Diputación de Castellón Carlos Fabra por delito fiscal; el procesamiento del exalcalde de Alicante Luis Díaz Alperi y la imputación de la exalcaldesa de Alicante, Sonia Castedo. También están encausados el expresidente de la Diputación de Alicante, José Joaquín Ripoll; el expresidente de la Diputación de Valencia, Enrique Crespo, y las cúpulas de Bancaja, el Banco de Valencia, la CAM y el Puerto de Valencia.
Podría seguir: Gürtel, Brugal, Cooperación, Emarsa, Nóos, y un largo etcétera.
Mi pregunta es: ¿Qué le ha ocurrido al PP en la Comunidad Valenciana? ¿Cómo ha podido extenderse tanto y tan deprisa la corrupción?
La realidad es que la corrupción ha afectado a quien han tenido el poder: cuando estaba Felipe González también podíamos leer una retahíla de casos. En la Andalucía actual, los EREs son una bola de nieve que cada vez afecta más a los sindicatos, a los presidentes del Partido Socialista de esa comunidad…
También está afectando al PP, efectivamente, en el caso de la Comunidad Valenciana, donde ha habido tantos años seguidos de gobierno de un mismo partido y en muchas ocasiones de las mismas personas. La clave está, en todo caso, en los errores del sistema. Los casos de corrupción en la época de González no se aprovecharon para poner medidas de control y corrección que hubieran sido necesarias, y luego gente aprovechada, que las hay en todos los partidos -incluso los que vienen intentando dar una imagen de “nuevas”-, que se aprovecha de estos errores del sistema.
No están todavía puestos todos los medios jurídicos, resumiendo, para impedir la corrupción, aunque sí para corregirla a posteriori, porque yo creo que España no es un país mucho más corrupto que otros de su entorno. Lo que sí se ha visto que tenemos un sistema judicial temible con una gran capacidad, a posteriori, de investigar y corregido, viendo como ministros o presidentes de autonomía de varios partidos han sido castigados, y ahora mismo están procesado varios.
Le he detallado en la anterior pregunta parte de la documentada y amplia corrupción de miembros de su partido al más alto nivel en la Comunidad Valenciana y usted ha comenzado su respuesta con referencias a otras épocas y otras comunidades. Déjeme que se lo pregunte de otra manera, ¿considera que, a posteriori, el partido ha actuado bien, ha ayudado a destapar o a la investigación en casos de corrupción, como el de Bárcenas, o los vividos aquí en la Comunidad Valenciana?
Creo que Fabra sí ha actuado correctamente con su famosa línea roja. Ha conseguido que no esté en estos momentos ninguno de los diputados autonómicos procesado porque todos han sido obligados a renunciar a su acta de diputado, y se ha comprometido a que ningún imputado esté en ninguna de las listas.
Y a nivel nacional se han aprobado leyes de transparencia que creo que van a facilitar que los excesos que se han cometido no se vuelvan a cometer. Es verdad que esas leyes deberían tener 30 años de antigüedad así como tener la capacidad de conocer al momento en qué se gasta el dinero público, y que los interventores y secretarios de todos los organismos públicos tuvieran una más reconocida independencia y mayor capacidad de bloquear determinados gastos. En algunos ayuntamientos se aprueban gastos con informe negativo del interventor municipal, algo que en Petrer yo no he conocido. Eso no se debería permitir, el puesto de trabajo y el sueldo de los técnicos no debería depender del ayuntamiento donde ejercen esa gestión de supervisión, control y censura, y deberían tener mayor austeridad.
También se ha avanzado bastante en eso, en todo caso, y hoy la figura del interventor pesa más. Hoy día se hacen informes continuamente de la situación económica municipal, también está más limitada la capacidad del ayuntamiento para empeñarse; hay mayor control, en definitiva, lo que es muy positivo. En los ayuntamientos sí lo estamos viviendo, pero posiblemente no se ha trasladado a otros organismos de mayor nivel.
En estas cábalas y valoraciones sobre las inminentes elecciones, el otro día un ex alto cargo de su partido en la localidad me comentaba que el PP tiene un “voto cautivo” que le asegura unos 7 concejales en el municipio, “pase lo que pase”. ¿Qué opina sobre ello, está de acuerdo en ese techo mínimo del partido? ¿No le da miedo a un demócrata esa confianza ciega en las siglas de una organización, hagan lo que hagan? En este sentido, ¿desde el partido se ha visto el apoyo en las urnas como una justificación a su proceder, como un “aquí vale todo” que ha degenerado después en esta situación, con docenas de políticos imputados?
Estamos viendo que se han disuelto las cortes autonómicas andaluzas, con los ERES en plena efervescencia, con el consejero imputado y los presidentes autonómicos anteriores llamados a declarar, y las encuestan dan que el PSOE está superando al PP. Y en la Comunidad Valenciana pasa algo parecido.
Son partidos con un gran arraigo social, que no responden a una moda temporal, sino a una visión general de la sociedad, de la vida. Siendo realistas, a mí me parece que hay dos opciones en todos los países civilizados del mundo: una opción que podemos llamar liberal-conservadora, y otra social-demócrata, que viene del marxismo, a través de la socialdemocracia alemana. No olvidemos que esta concepción se ha arraigado en toda Europa y eso responde a una realidad social.
Se puede llamar con distintas siglas dependiendo del país, pero prácticamente en toda Europa hay dos opciones: la que nosotros defendemos, de consolidar la actividad empresarial, favorecer la iniciativa privada y menores impuestos menores, etc., y luego está la otra opción, más intervencionista, con mayor peso del Estado y de lo público, con mayor impuestos…Son dos visiones de la sociedad que tienen que tener su reflejo en los partidos.
Lo raro es que cobren fuerza partidos radicales, que es lo que desgraciadamente ha pasado en Grecia con la crisis. No es ya que gobierne un partido de la extrema izquierda a costa del PSOE de allí, es que no olvidemos que el tercer partido ha sido un partido nazi, y eso se ha debido a la crisis.
-Pero bueno, la crisis… ¿La crisis no se ha producido también, y en parte, por la incapacidad de los partidos tradicionales de gestionar adecuadamente la economía? ¿No comparte que las políticas de austeridad de la Troika y de la UE han demostrado sobradamente su ineficacia en estos 7 años largos de crisis?
No lo sé si ha sido un error, por ejemplo Irlanda ha salido muy bien de la crisis; Portugal está saliendo de la crisis bastante bien; en España ha costado mucho pero ahora estamos creciendo por encima del resto de países de la UE y hemos creados 400.000 puestos de trabajo en 2014.
Si algo se ha demostrado es lo negativo que es, a largo plazo, pedir un dinero que no se tiene para realizar políticas desarrollistas. Cuando en una casa no hay ingresos lo que hay que hacer es ajustar los gastos a esos ingresos; yo sé que esto ha sido doloroso, pero el populismo no resuelve los problemas, los agudiza. Lo estamos viendo en Grecia, después de las elecciones los inversores ya no confían en el país y suben los intereses a los que prestan el dinero.