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Especial José María Bernabé, capítulo I: Les Fermoses

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Para el equipo de Petreraldia, uno de los placeres que nos depara esta web es la posibilidad de ir acercándoos gran parte de la obra del insigne estudioso e investigador petrerense (además de catedrático universitario y destacado político, entre otras cosas) José María Bernabé Maestre. Su nombre no debiera ser desconocido para todo aquel vecino de la localidad interesado en la cultura, la política o la docencia, y no es labor de este artículo volver a biografiar su figura, una labor tantas veces hecha y con notables resultados. Para ese fin aquí pueden leer íntegro el informe clásico de Mari Carmen Rico Navarro, cronista de la villa de Petrer, sobre su persona. [2]No se pierdan tampoco la primera de las entrevistas a Remedios Maestre, madre de José María, donde nos revela anécdotas inéditas sobre su carácter  y persona.

Pero en este artículo, que inicia una serie, no hablaremos sobre José Mª Bernabé, sino que será él quien nos hablará a nosotros. En efecto, desde la publicación hemos tenido acceso a sus escritos y cuadernos de notas personales, que hasta hoy permanecían inéditos y que aportan muchos estudios y trabajos que o bien quedaron incompletos o bien nunca llegaron a publicarse. Transcritos a partir de su puño y letra, desvelamos en esta serie de artículos el trabajo que sobre la hidrología de Petrer realizó José María Bernabé y del que no hay más referencia publicada que un breve trabajo llamado «Obras hidraúlicas tradicionales en el regadió de Petrer (Vall del Vinalopó)» y un libro del estudioso local Tomás Vicente Medina, que recoge algunas de sus notas.

Una lectura enriquecedora sobre una de las pasiones de José María Bernabé, de la que de hecho deja constancia en la introducción, precisamente, al único trabajo que llegó a pubicar sobre el tema, mencionado arriba: «el origen de este artículo fue una solicitud del ayuntamiento de Petrer para realizar una investigación sobre las aguas del municipio, aún no concluida ni publicada. Es principalmente deudor del trabajo de campo realizado con este motivo. También ha sido posible gracias a la ayuda desinteresada de muchas personas; debo citar a Luis Bernabé, J.M. Bernabé y a José María Brotóns Juan, agricultores que aún utilizaron muchos de los instrumentos que aquí se citan; también a Francisco Freire, que me facilitó considerablemente el trabajo, a Hipólito Navarro Villaplana que me proporcionó una parte importante de la documentación del archivo municipal y a Concepción Navarro que me ha hecho valiosas sugerencias y me proporcionó desinteresadamente información de sus excavaciones arqueológicas. Los errores son lógicamente de mi responsabilidad».

En homenaje a él y a su forma de trabajo, tan basada en el trabajo de campo (cuando era una posibilidad que otros investigadores despreciaban), acompañamos sus notas originales con imágenes y vídeos de todo aquello que menciona que desde la publicación hemos realizado recientemente. Con ustedes, José María Bernabé y sus anotaciones que en el trabajo de campo tomó sobre Les Fermoses, unas observaciones analíticas que, para el ojo entrenado, revelan muchas cosas…


Josep M. Bernabé i Maestre, Universitat de València. Publicado en Paisajes del Agua, Valencia, 1989

Un projecte inacabat de Josep M. Bernabé: Geografia històrica dels espais irrigats de Petrer (Les Vall del Vinalopó), Cuadernos de Geografía Universidad de Valencia, nº 67-68, año 2.000.

Les Fermoses

Entre la alineación montañosa del Bubo-Cavall y la de la Serra de l ´Arguenya hay una depresión que llamaremos de Les Fermoses. Esta depresión es semejante y paralela a la de Puça.

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…La depresión es un sinclinal orientado de SW-NE pero sin eje, y tiene dos cambios de nivel. El trozo más alto es el extremo NE, que a la altura de les Fermoses tiene un escalón que baja al intermedio, y a la altura de la Font de Caprala, un segundo escalón que es realmente una gran falla geológica y separa el extremo SW, totalmente hundido.

La mayor parte de la depresión geológica -los trozos medio y NE; realmente todo lo situado entre la Font de Caprala y Castalla- está formado por calcoarenitas serravallienses, un terreno muy permeable.

Desde el extremo S. – desde la Font de Caprala- la depresión es abordada por el Barranc de la Escurina que al atacarla desde un nivel muy bajo ha abierto un profundo cauce seco. Por el N. la ataca el Barranc de L ´Esquerra del Saltet que también abre un fuerte surco por la misma razón.

Entre ambos cauces hay una zona de drenaje indeciso que ocupa la casa de Les Fermoses. La mayor parte de la zona cultivada está en la cabecera del Barranc de Peret que aquí se abre en un conjunto de barrancos de topónimos muy sugerentes: Barranc del Clot del Moro, Barranc de Poros, Barranc de la Penya del Quijal y Barranc de la Carbonera. Una intercalación margosa en el conjunto de las calcoarenitas forma el suelo cultivable de la casa. Es una tierra sin fuentes, pero con rocas permeables y nivel de base de aguas muy profundas. Es, pues, un rellano permeable rodeado de profundos cauces, la altura es de 1000 m.  y el nivel de aguas 800-900.

Es de suponer que la zona estuvo explotada  ya por moriscos. Fue abandonada durante el siglo XVII y repoblada en algunos momentos desde mediados del XVIII a mediados del XIX, ya que, al ser una zona aislada, debió repoblarse tardiamente. Fue estructurada – o monteada- como una explotación comercial en la segunda mitad del XIX, pero sus especialidades son diferentes a las del resto: tiene una bodega pequeña para las dimensiones de la finca, pero tiene inmensos corrales y una carbonera en las inmediaciones de las casas -además del topónimo-. La base fue, pues, el carbón y la ganadería, aunque tambien el viñedo.

Los corrales de la casa, hoy derruidos, daban antes cobijo a la ganadería. [5]
Los corrales de la casa, hoy derruidos, daban antes cobijo a la ganadería.

La estructura de la zona cultivada es de un amplio abanico de vallonadas de fondo llano que confluyen al W de la casa en el Barranc de la Carbonera. Este último tiene aguas debajo de la confluencia y se encaja fuertemente en las calcoarenitas.

En principio, al igual que en el Esquinal, no esperábamos boqueres, ni fuentes. El suelo es muy permeable. Nos preocupó la tecnica de contención y derivación del agua al pie de los torrentes de montaña para evitar daños a cultivos y las técnicas de contención del suelo en la parte baja para evitar la erosión remontante. Asimismo, en su interior, la construcción de las terrazas y la búsqueda del agua.

En el contacto entre los torrentes y los cultivos no encontramos obras especiales. Ribazos fuertes, tranversales a la corriente, meandrizados (no sabemos si de modo natural o artificial), y ayudados por la vegetación en la misma obra. Esta técnica ha provocado fuertes depósitos, de modo que es posible encontrar viejos ribazos enterrados en las gravas.

No encontramos boqueras, ni ningún tipo de derivación. Simplemente una brusca meandrización y pequeñas paredes transversales. A partir de este punto el cauce está cultivado con los porosos muros tranversales arqueados.

Los muros de estos bancales están concebidos como muros de contención de aguas con pared a dos caras y relleno. Estudiamos uno en concreto:

-Pared de dos metros de altura con una inclinación de setenta grados y curvatura horizontal. En la base, 1,70 de ancho y pared de piedra seca a dos caras con relleno de tierra. En la coronación una hilera de gruesos bloques llanos. El fondo del vaso con relleno de piedra seca. Al pie de la pared, hoyo de pie de cascada y una franja de césped y vegetación que lo cubre (¿oculta? ¿Con piedra seca?)

En la parte baja de la zona de cultivos donde confluyen los barrancos no hay ningun parat. El final es un anfiteatro de bancales que frena mediante la misma técnica de la parte superior: muchos ribazos pequeños y juntos. También aquí se aprecia una fuerte acumulación de suelo. En el fondo del cauce en la confluencia hay un pozo, con techo de cúpula. Sin duda este pozo está captando la filtración subterránea de aguas de las cuencas. Tiene un caudal pequeño y la ventana está sin puerta.

En este vídeo puede apreciarse el enclave de la casa de Les Fermoses, con el Cid y la Sierra del Caballo en el horizonte

En los interflancos las terrazas están contenidas de varios modos. En la zona más margosa hay muros de piedra con caixer, con grueso entre 50 cm. y un metro. Pero la frecuencia de desprendimientos, abombamientos de paredes, etc., delata la poca estabilidad.

En los fondos de valle los muros suelen ser más bajos y fuertes con la clásica hilera de piedras gruesas a la coronación y arqueados. Parecen más resistentes pero los muros más altos  también tienen desprendimientos. En el resto, muros de piedra o taludes de derrubio de unos 30 grados de pendiente.

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Ribazo alto deteriorado.
Muros del fondo del valle, más bajos y consistentes. [7]
Muros del fondo del valle, más bajos y consistentes.

En la montaña por encima del límite de cultivos hay viejos muros, de textura irregular y con piedra muy meteorizada. Están entre el bosque y es por tanto una zona antiguamente cultivada y hace mucho abandonada.

En los cultivos se aprecian muros de dos clases : los más viejos se distinguen porque tienen los huecos entre piedras cubiertos de tierra y hierbas.

Así pués hay tres tipos de muros que deben corresponder a tres edades.

Una primera hipótesis de colonización podria ser :

a) Una colonización árabe-morisca con muros fuertes, hasta la parte más alta de las vertientes.

b) Abandono después de la expulsión de los moriscos. Los muros se caen en muchos sitios, la vegetación cubre los campos.

c) Repoblación, seguramente en época reciente. Las terrazas peores (más altas y alejadas) no se rentabilizan. En el resto se levantan algunos muros, se arreglan otros, pero algunas terrazas se dejan con talud.

d) Al poner en explotación comercial se rehacen algunos muros en la zona más rentable. La técnica está más depurada.

La casa está sobre un collado en una zona alta, no cultivable. El suministro de la casa está garantizado por un enorme aljibe en cúpula. La dimensión del aljibe -como en L ´Esquinal- hace sospechar un elevado consumo que se explica por el ganado. En la parte baja de los cultivos, a unos 300 metros, hay dos pozos, uno de ellos ya mencionado, que no están asociados a las casas. Todos ellos con el mismo estilo de construcción en cúpula y amasado en yeso. En la casa encontramos también un arco de medio punto de yeso tapiado.

El aljud monumental. [8]
El aljud monumental.
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El aljud "de baix" de la casa des Fermoses.

Es posible que la dispersión de los pozos obedezca a una antigua dispersión de la casa en tiempos de la colonización morisca que es la que introdujo la cúpula y el arco.

El arco es pues el resto de una de las casas.

La repoblación ya se hizo concentrando el doblamiento en el collado y posiblemente unificando la explotación bajo una única dirección.

Si esto fuera así, estaríamos frente a un ejemplo de explotación que aún conserva muchos rasgos moriscos, al menos en la estructura general.

Podemos aprender algunas cosas de ella.

La primera cuestión seria los pozos de la parte baja. Están drenando el flujo de agua de la interface y por tanto en gran parte producido por los cultivos. Seguramente antes de los cultivos no hubo aquí una fuente que originara el pozo.

En este vídeo se aprecia la situación del pozo en la parte baja del valle. Las imágenes están tomadas desde la casa de Les Fermoses

Todo hace sospechar que los cultivos… ¿ Es posible que se planificasen el flujo de la interface y el pozo? ¿ Es posible que los rellenos de piedra del fondo del cauce tengan cierta continuidad y forme un canal que lleve el agua subalvea hasta el pozo? ¿Es posible que junto al pozo haya una elevación artificiosa de la interface para estimular el rebalsamiento de agua para el pozo?

No es posible comprobar esto, pero es la mejor explicación para la dispersión de los elementos en el suelo. Es nuestra hipótesis de interpretación.