Españoles frente al Holocausto

Esta imagen, para la que sobran palabras, dio la vuelta al mundo. Las atrocidades de los campos de concentración y exterminio cobraban realidad para todo el mundo.
Esta imagen, para la que sobran palabras, dio la vuelta al mundo. Las atrocidades de los campos de concentración y exterminio cobraban realidad para todo el mundo.

El primer español que obtuvo este honor fue Ángel Sanz Brinz. Encargado de los negocios de la embajada española en Budapest en el verano de 1944, sustituyendo a Miguel Ángel de Muguru, quién ya había conseguido visado para 500 niños judíos. Ángel Sanz Brinz continuó y amplió la gesta de su antecesor. Emitió visados para 200 familias de judíos de origen sefardí (como se conoce a los judíos nacidos en la Península Ibérica), pese a que sólo tenía permiso para conceder visado a 200 personas. Pero además dio cartas de protección a otros casi 2000 judíos, así como alimento y refugio a todos cuanto pudo.  Diego Carcedo en Un español frente  al Holocausto, calcula en más de 5.000 a los judíos que salvó de la muerte. Pese a ello sólo 100.000, de los 220.000 que vivían en la capital húngara, sobrevivieron al Holocausto. En diciembre de ese mismo año se le ordenó abandonar la embajada y uno de sus colaboradores, el italiano Giorgio Perlasca, se hizo pasar por embajador español ante las autoridades alemanas durante algún tiempo y continuó con la labor de ayuda a los judíos. Ángel Sanz Brinz fue nombrado Justo entre las Naciones en 1966.

Durante la segunda Guerra Mundial el Dr. José Santaella servió como agregado de agricultura en la embajada de su país en Berlín. Santaella y su mujer, Carmen Waltraut, salvaron las vidas de tres mujeres judías a quienes contrataron para labores en el hogar y facilitaron una identidad falsa para pasar inadvertidas. Se trataba de Gertrude Neumann y Ruth y Lina Arndt. En 1988 ambos fueron reconocidos con el título de «Justo entre las Naciones».

Eduardo Propper de Callejón fue diplomático en 1940 del Consulado español en Burdeos. Propper, desatendiendo las órdenes de Serrano Suñer y del Régimen Franquista de «pasividad y tolerancia», concedió miles de pasaportes especiales para entrar en España. Aunque los registros han desaparecido, en torno a 1500 judíos consiguieron unos de estos visados emitidos por Propper y pasaron a España de camino a Portugal, desde donde huirán al continente americano, escapando del Holocausto. Esta actuación de espaldas al régimen le valió el castigo del Serrano Suñer, quién lo retiró de Francia para enviarlo a Larache (Marruecos) y posiblemente le privó de alcanzar nunca el puesto de embajador. Pese a ello, a este personaje poco conocido de la historia española le concedieron la Legión de Honor de la República Francesa y en agosto de 2007 el Yad Vashem le concedió el título de «Justo entre las naciones».

La historia de estos personajes casi desconocidos  desgraciadamente no se enseña en los colegios, pese a que sería un gran ejemplo para nuestros jóvenes. Un ejemplo de humanidad incluso en los momentos más complicados donde para la mayoría lo más fácil fue mirar hacia otro lado.

Recomendado:

www.yadvashem.org (español)

CARCEDO, D.: Un español frente al Holocausto, Editorial Temas de Hoy, Madrid, 2000.

GARCÍA BLANCO, J.: «Los <Schindler> españoles», Revista Historia de Iberia Vieja, nº 46, 2009.

7 thoughts on “Españoles frente al Holocausto”

  1. Interesante escrito de la memoria històrica mundial, pero aquí pasamos de nuestra memoria histórica. Este año se cumplen 70 años del final de la guerra civil española-un golpe militar que duró 3 años y acabó con la 2 Repùblica,que era un regimen legítimo y democràtico.Después vino un periodo de oscuridad, asesinatos brutales, represión y angustia que la santa iglesia católica espanola apoyó sin contemplaciones ni miramientos, al amparo de los fascistas vencedores. Aún viven en este pueblo algunos de esos hombres oscuros que autorizaban palizas y paseillos mucho después del 39, son mala gente que camina y que merecen que sus siniestras historias se hagan pùblicas, para no perder la memoria de aquella oscuridad fascista en la que vivimos tantos años.

  2. Estoy de acuerdo contigo, Cándida, en que todavía existen muchos aspecto de nuestra historia reciente por aclarar. En este sentido de recuperación de la Memoria Histórica se están moviendo varias iniciativas que en un período breve saldrán a la luz. Muchas gracias por tu comentario.

  3. Cada ser un humano crea una historia en el trascurso de su vida,en muchos casos tragica y en otros amable,pero siempre dignas o indignas de ser narradas. Es de agradecer Sr. Portillo su aportacion a esta labor de mostrarnos esas vidas, desgarradoras a veces, de españoles que sufrieron el terror nazi. Personas que se merecian salir del profundo pozo del olvido de tantos. Sirva un abrazo de agradecimiento……Ah, decirle a Candida que los años posteriores a la guerra fueron coto de caza de los vencedores,donde estos se saciaron de venganzas. Puede que en sus conciencias,de los que ya no están y de los que todavia dices que quedan,anidó un tremendo dolor que los martirizaba dia a dia….porque no me cabe otra forma de que paguen su culpa.Estoy contigo,seas del color que seas.

  4. No estoy de acuerdo con vosotros, pues si tuvieramos que remover la historia, tendriamos que analizar lo que ocurrio con varios petrelenses a los cuales les dieron el «paseillo» y los mataron a palos,»Frescoreta», si hay memoria historica para unos, que la tengan los otros.

  5. me parece muy bien el artículo, pero lo que no encuentro justo es que se haya mantenido tanto en el anonimato a Angel Sanz Briz cuya labor es mas grandiosa que la de Shcindler salvando unas 1200 vidas más que él y llegando gracias a su ingenio a salvar más 5000 vidas judias en Budapest.

  6. Cándida, te recuerdo que Angel Sanz Briz como otros muchos dimplomados lucharon con los nacionales, es decir, eran diplomados de Franco. Y como bien dice Ruperto, también deberíamos de recordar los crímenes de los comunistas durante la 2ª República. Ruperto, no los mataron solamente a palos, les metían un tiro en la nuca, lo sé por lo que me han contado mis familiares.

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