Elda y Petrer en el Diccionario geográfico-estadístico del Dr. Miñano y Bedoya

– Al estar situada sobre el camino real que ponía en comunicación ala Corte con el Mediterráneo, no nos debe de extrañar que la localidad dispusiera de un puesto de correos y administración de rentas y loterías. Del primero sabemos que, a finales del XIX, estaba situado en la calle Nueva, frente a la de Colón.

Dos omisiones valorativas hemos de señalar en el texto que comentamos:el castillo y las ermitas. El antiguo alcázar-palacio de los Coloma,sin estar en su mejor momento de conservación y habitabilidad, distaba mucho aún de alcanzar el grado de degradación que posteriormente lograría, por tanto hemos de considerar que seguía siendo un edificio de referencia en la pequeña villa decimonónica. Lamberto Amat (1820-1893) que lo recorrió desde sus años de infancia, nos lo describe con minuciosidad y es difícil comprender la ausencia de una construcción como ésta en la enumeración de edificios significativos.

En esta misma línea, hemos de señalar nuestra extrañeza al comprobar que el artículo en cuestión no aluda a alguna de las 11 ermitas, tanto rurales como urbanas, que cita el gramático Montesinos. Al menos en Petrer se menciona una, situada fuera del recinto murado. Ello induce a pensar que Miñano no contó con un corresponsal en Elda, y mucho menos que fuera el párroco –quien seguramente no hubiera pasado por alto esta anotación—sino que el abate se hubo de procurar los datos referidos a Elda a partir de manuales y repertorios bibliográficos de tipo genérico a partir de los cuales entresacó el contenido informativo que le interesaba.

Siguiendo una vieja corriente que arranca en las Décadas de Gaspar de Escolano, y avala la hipótesis expuesta anteriormente, dice que el nombre de la villa es de origen árabe; no especifica cual,pero seguramente se refiere a las formas Idella, Dadlo, Daellos y Dahellos. En cualquier caso, se trata de una tradición totalmente desacreditada en la actualidad, después del estudio realizado por Samper Alcázar (33) sobre este particular que ha demostrado que el topónimo actual conecta con la denominación ibérica Ilo, las latinas Elo o Ello (El.lo) –de donde se componen las expresiones Ad Ello y Ad Ellum—, las árabes Illi(h) o Illu(h) y las romances Ella (El.la) o Et.la, de donde derivaría Elda.

Normas sobre administración de pósitos. (Archivo Municipal de Elda. 72/5).

 

Dice el texto que Elda se sitúa en un llano, lo cual no deja de ser cierto puesto que está emplazada en la planicie que ocupa el fondo del valle del mismo nombre; pero también es verdad que esta descripción topográfica se corresponde más con la Elda actual que a la de hace 200 años, ya que ésta se arracimaba entorno al montículo del castillo, proyectándose la trama urbana en dirección S y SW. En cambio, el autor del texto repara en la configuración del relieve en forma de valle que engloba a las poblaciones de Elda (en el centro), Petrer (al Este) y Monóvar (al Oeste) «rodeados todos tres por todas partes de montes»: Sierra del Cid, Chaparrales, Bateig, S. de las Pedrizas, S. de la Umbría (Barrancadas), Camara, La Torreta y S. del Caballo.

Afirma que Elda es bañada por un «pequeño río que se forma en las vertientes de Villena»; omite el nombre de la corriente fluvial y la confunde con las aguas de riego procedentes de las fuentes del Chopo, en término de Villena, y de la Torre del Emperador, en Sax, que se aprovechaban–no sin pleitos– en la huerta eldense; incluso podría parecer que se equivoca en cuanto a la ubicación del nacimiento del río, pero leyendo la voz Novelda comprobamos que esta rambla se llama Vinalapó y tiene su origen en «las fuentes de este nombre que nacen en el término de Bañeras» (tomo VI, p. 268). En este caso, si es atribuible al presbítero un error en las funciones de coordinación dela obra, al no haber cotejado debidamente ambos artículos.

Un apunte importante es de las «fuertes avenidas» que experimenta el río, una lamentable trayectoria de crecidas históricamente constatada. En este sentido, hemos de traer a colación las palabras que se le dedican a su paso por la vecina Novelda, porque en gran medida son aplicables al término eldense: «Es un terrible enemigo para el pueblo,pues aunque regularmente trae poco agua y tiene un ancho cauce, la furia de sus avenidas destruyen muchas veces los campos contiguos a sus riberas» (tomo VI, p. 268), palabras que describen fielmente el régimen de su caudal.

La descripción de las calles morunas del núcleo urbano es un préstamo de Cavanilles. En contraste con las de Petrer, las de Elda le resultan estrechas y bien alineadas, pero el calificativo de largas habría de ser matizado, puesto que junto a los recovecos formados por calles como las de la Comadre, la Palmera, Linares y el Marqués, placetas como las de la Parras y S. Pascual y callejones como el del Pandorgo o del Toril, aparecen otros viales de largas dimensiones como el formado por el actual alineamiento Independencia-Laliga-Maura, entrecruzado por la Purísima, S. Roque y Nueva, o el de la Cañamona-del Vall o la calle de las Dueñas, etc.

Es sabido que Elda dispone de un término municipal, bastante reducido, de 44,68 Km2. El redactor no se anda con mucha precisión al medirlo y para ello utiliza un doble sistema de cálculo: por un lado, con armas de fuego, y, por otro, por tiempo transcurrido marchando a pie. A ojo de buen cubero y desde un punto central, que podría considerarse el castillo o la Iglesia parroquial, considera que la jurisdicción local hacia el Este (Petrer) se extiende «como un tiro de fusil» y en dirección Norte (Sax) como «otro tiro de bala». Tal vez resulte atrayente este sistema en desuso de medidas de longitud («a tiro de piedra», «a tiro de ballesta», «a disparo de cañón»), muy frecuente en la jerga militar, pero resulta harto inexacto. Un tiro de fusil en aquella época podía alcanzar con garantías un blanco situado a menos de 100 m., pero la distancia total que podía recorrer un proyectil no llegaba más allá de los 200 o 300 m., con lo cual nos encontramos que las distancias estimadas parecen cortas.

El límite Sur (Novelda y Petrer), en dirección Alicante, lo sitúa como a media hora de camino (2,7 Km.,aproximadamente); en tanto que el del Oeste (Monóvar) aparece a 45 minutos (unos 4,2 Km.), tiempos y distancias que entran dentro de lo razonable, si partimos como referencia del cálculo que equipara una legua (5,572 Km.) a una hora de caminata.

Los cultivos, idénticos en los tres pueblos del valle, siguen siendo básicamente los mismos del s. XVIII: en el secano predomina la trilogía mediterránea (vid, olivo y cereales) y en el regadío hortalizas y frutas. En cambio, es de destacar que no se citen los almendros, las higueras y los algarrobos, árboles propios de las llamadas tierras blancas, o las moreras y la sericultura. Tampoco se menciona la barrilla, planta necesaria entonces para la elaboración de jabón. Son muchas las citas elogiosas dela huerta eldense y del trabajo de sus naturales. De ellas sólo vamos a recuperar la del cronista alicantino Vila y Blanco, un tanto exagerada, escrita a mediados del s. XIX con motivo de la inauguración del ferrocarril, cuando dice que era como «un oasis», una «alfombra de verdura sobre la que reposa Elda (…) un paisaje que proclama las excelentes dotes agrícolas de sus pobladores, como revela su aplicación y ardor infatigable» (34).

En el apartado industrial, menciona 3 fábricas de aguardiente, 2 de jabón y 2 de papel; no especifica si estas últimas eran de estraza o de papel blanco, tampoco indica producciones y resulta igualmente llamativo que no mencione los molinos de majar esparto (martinetes) y la elaboración de diferentes artículos con esta planta (felpudos, cofines, alpargatas, cuerdas, etc.), una de las actividades «más sobresalientes dela villa», en expresión de Madoz (35), y,según Cavanilles, de las que proporcionaban mayores ganancias (36). Contrasta la información de Miñano con la que recogió el abogado navarro unos diez años después: 8 fábricas de papel, 8 molinos harineros,27 almazaras y 50 lagares para la elaboración de vino. Tampoco aludió el presbítero a la tejera o a los varios telares que reseña el botánico viajero.

Las distancias que se indican de Elda respecto a los municipios de referencia parece que quedan un poco cortas. Así por ejemplo, a Valencia («la capital») marca 19 leguas, es decir, aproximadamente 104,5 Km., cuando el recorrido es de unos 140 Km. En leguas el itinerario de marcha militar indica:

—9 a Molina de Segura (por Monóvar y Abanilla).

—8 a Jumilla (por Monóvar).

—5 a Caudete (por Sax y Villena).

—6 a Alicante (por Monforte).

Por último, informa que Elda contribuye con 17.175 reales a la Hacienda pública, cantidad que en relación con las aportadas por los municipios circunvecinos y su correspondiente cifra de habitantes, nos dan una idea de la caótica política impositiva del absolutismo: 60.440 reales abona Novelda (7.434 hab.), 26.847 rs. paga Monóvar (9.294 hab.) y, sobre todo,con los 44.331 rs. que tributa Sax (2.846 hab.); mientras que Petrer, con 9.572 rs. (2.237 hab.), se sitúa en una presión fiscal parecida a la de Elda.

Comentarios al artículo PETREL

La voz que hace referencia a la villa de Petrer, antecedida por el municipio oscense de Petralba y seguido por el valenciano de Petrés, aparece en el tomo VIII del Diccionario…, concretamente en las páginas 2 y 3.

PETREL, V.S. de España, provincia de Valencia, partido y obispado de Orihuela. A.O., 574 vecinos, 2.237 habitantes, una parroquia, 1 ermita estramuros,1 pósito. Situada al pie de un pequeño monte, donde hay un antiguo castillo, y continua por el pie de otro montecito, extendiéndose como unos 600 pasos y la mitad de ancho; calles estrechas, feas y muy pendientes (Véase Elda). Todo el valle esta plantado de olivos, almendros, moreras y otros árboles; pero lo más del término es montuoso y arenisco. La huerta es bastante grande y regada por las aguas de una rambla que se forma cerca de las vertientes de los montes. Hay en sus alrededores muchas fuentes, y entre ellas una muy copiosa de agua salada. Por privilegio del rey Don Felipe V, se intitula esta villa y sus vecinos Muy Nobles, Fieles y Leales vasallos, y se mandó en él que, al escudo de armas, que es un castillo con tres torres, se añadiera, encima del torreón de en medio, un brazo con una espada, y al otro lado de ella una bandera. Prod. Almendra, aceite, poco trigo y cebada, y mediana cosecha de vinos. Industria: dos fábricas de aguardiente y dos de jabón. Dista 21 leg. dela capital y 8 de la cab. de part. Contribuye, 9.572 reales.


Por lo que respecta a Petrer, D.Sebastián destaca, entre otros aspectos, el demográfico, los edificios más sobresalientes, el urbanismo, los cultivos, las fuentes, la producción agrícola, las industrias y la distancia en leguas de la capital y del partido judicial.Desde el punto de vista histórico únicamente hace mención a la concesión que hizo el rey Felipe V a sus vecinos y al escudo.

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