El petrerense al que honró el general Washington

La singular historia del petrerense Juan de Miralles Trailhon (1715-1780), al que algunos investigadores e historiadores han calificado como “el español más importante de la época”, es, quizá, la más relevante historia de un habitante de esta localidad que todavía permanezca semidesconocida para el gran público. Para remediarlo, vamos a recuperar su figura y trayectoria vital en este artículo, de la mano de los principales investigadores que sobre él han centrado su foco de estudio, y lo vamos a hacer empezando por el final…

Parece que se estableció una corriente de gran simpatía entre el general Washington y Miralles. Una relación amistosa más profunda de lo que la estricta etiqueta establecida para con un representante de una potencia aliada.

El 19 de abril de 1780 llegó Miralles, junto con el embajador francés, al campamento de Morristow (Pensilvania), donde fueron recibidos con todos los honores. Un tiempo inclemente, sin embargo había mermado las fuerzas de Miralles durante el camino desde Philadelphia, obligándole a guardar cama en la propia mansión Ford, donde Washington se hallaba hospedado.

A pesar de contar con los cuidados de los mejores médicos disponibles, y atendido solícitamente por el general y su familia, Miralles falleció de una pulmonía el 28 de abril de 1780.

Hasta que pudiesen ser trasladados sus restos a la Habana, Miralles fue enterrado, lujosamente amortajado con excelentes ropas y un derroche de pedrería, en una ceremonia presidida por Washington, y con el ejército estadounidense rindiéndole honores por decisión del General, en el pequeño cementerio prebisteriano de Morristow”. Esta es la versión que de sus últimos días realiza el historiador Vicent Ribes, que podemos completar con las palabras del también investigador Luis Conte Agüero: “La procesión doliente ocupa una milla. Para el féretro, seis oficiales de campo y cuatro de artillería en completo uniforme. Un cura español oficia los servicios en el rito católico romano. La tumba está junto a la iglesia de Morristow (describe esta inhabitual ceremonia el periódico Royal Gazzette de New York, ciudad en 1780 en poder de los ingleses)”.

George Washington.
George Washington.

Y proseguimos en palabras del periodista Javier García Blanco: “La procesión fúnebre, acompañada por disparos de salvas, partió con solemnidad de la mansión del coronel Jacob Ford, donde se había velado el cadáver, y se prolongó durante algo más de un kilómetro, hasta alcanzar la iglesia. En el templo se habían congregado varios generales y otros oficiales de alto rango , algunos miembros del Consejo Continental y un representante francés, así como varias personalidades de la localidad.

La ceremonia presidida por un George Washington, visiblemente emocionado, tuvo todas las características del entierro de un héroe de la patria, con todos los honores militares.”

¿Quién reúne así a tantos grandes y tanta grandeza? ¿Qué trabajo o actividad merece tal reconocimiento? ¿Cómo y dónde se fraguó la íntima amistad que unía al padre de la independencia y primer presidente de los Estados Unidos, el general George Washington, con nuestro vecino? En definitiva, ¿quién fue Juan de Miralles y Trayllon?

¿Quién fue?

El investigador más preciso acerca de sus orígenes es Vicent Ribes, quien escribe de él: “Juan de Miralles y Troilon o Trayllon nació en Petrer a las seis horas del 23 de julio de 1713 y fue bautizado el mismo día en la Iglesia de San Bartolomé por el cura Fray Ginés Durá , y siendo sus padrinos Bartolomé Abellán y Beatriz Chico.”

El Petrer en el que vio la luz Juan de Miralles era un lugar desolado y recoleto que todavía no se había repuesto de la gran convulsión ocurrida poco más de un siglo antes de su nacimiento (año 1609, expulsión de los moriscos). Es decir, que cuando Juan de Miralles nace en Petrer, casi un tercio de las casas del lugar permanecían todavía abandonadas y en ruinas.

Y es de suponer que las casas que se tenían en pié no eran precisamente un ejemplo de solidez y magnificencia. En callejones estrechos de traza morisca y nombre evocador-de la Fuente, del Arco del Castillo, de la subida al Castillo, de la Boquera, de San Rafael, etc., se apiñaban las casitas de una sola planta, encaladas y humildes con sus chimeneas y emparrados.

Un castillo roquero y romano dominaba el pueblo y según, los tiempos, también lo protegía. Y en su centro se levantaba majestuoso un torreón, que en la época de Miralles, servía de morada al alcalde.

La historia de sus padres

Sigue diciéndonos el profesor Ribes que sus padres eran el capitán de Infantería D. Juan de Miralles, nacido en la casa solariega de su familia en Manaud, y de servicio en España defendiendo la causa sucesoria de Felipe de Anjou, y Dª Gracia Trayllon, natural de Arbus (según D. Vicente de Cadenas y Vicente, se trata de “Arabus” en Navarra Baja de Francia).

La boda de D. Juan de Miralles y D.ª Gracia Trayllon tuvo lugar en Petrer en la Iglesia de San Bartolomé (aunque según Vicente de Cadenas y Vicent, “no se encuentra el casamiento por faltar libros parroquiales en Petrel” ), por lo que es de suponer una cierta permanencia en su destino del mencionado militar -no olvidemos que Petrer fue partidario del pretendiente borbónico durante la Guerra de Sucesión española (1700-1715), y en sus inmediaciones se mantuvieron enconados combates contra las tropas partidarias del Archiduque Carlos de Austria-. La ascendencia hidalga del capitán de infantería D. Juan de Miralles le habría facilitado la obtención del grado de oficial, entonces reservado a la pequeña nobleza, mientras que por su procedencia geográfica pertenecería a uno de los dos batallones que formaban el regimiento de infantería de Olorón, que participó en la batalla de Almansa, formando la denominada brigada de la corona, bajo el mando directo del marqués de Polastrón, que murió en el combate.

Batalla de Almansa, 1707. Quadre de Buenaventura Ligli de 1709. Corts Valencianes.
Batalla de Almansa, 1707. Quadre de Buenaventura Ligli de 1709. Corts Valencianes.

Vestido con casaca, chupa, calzones, corbata y sombrero, todo ello de color blanco, y armado con espada, fusil y bayoneta, el capitán Miralles seguiría las banderas blancas, con una gran corona dorada en el centro, propias de su agrupación.

Miralles se enfrentó junto a sus hombres a la infantería inglesa al anochecer del 25 de abril de 1707, cuando todo estaba ya decidido, en los últimos actos de una batalla que había comenzado a las 2 de la tarde.

Los voluntarios de la comarca de Petrer y de la Hoya de Castalla formaron una compañía conjunta de cien hombres y marcharon al combate contra Denia, Alcoy, Jijona y Alicante, derrochando fidelidad al monarca francés y despilfarrando vidas y haciendas por su causa.

Quizás esta actitud filoborbónica de la población de Petrer fuese decisiva para que el militar Miralles decidiese fundar una familia en esta comarca, porque no se entiende muy bien el hecho de que un capitán de ascendencia hidalga y cuyo linaje poseía una propiedad de más que regulares dimensiones en el Bearn, se estableciese en un pueblo como Petrer, un villa pequeña, pobre y dedicada en aquel tiempo a la agricultura de secano y de subsistencia.

Infancia y juventud de Juan de Miralles

En el momento en que escribo esto no sabemos cuando vino a Petrer el capitán D. Juan de Miralles, ni cuantos años residió en Petrer ni, todavía menos, los años que su hijo pasó en Petrer. Dejamos este apasionante periodo de la juventud de Miralles para futuros investigadores. Vicent Ribes señala: “ aunque mantenemos serias dudas sobre la permanencia de la familia en Petrer durante esos primeros quince años de vida de Juan de Miralles, lo bien cierto es que los Miralles eran bien conocidos entre la colonia de comerciantes galos asentada en Alicante, con quienes mantuvieron siempre contactos mercantiles”.

Este mapa del brillante estudioso José María Bernabé Maestre, del que en esta web hemos recuperado varios de sus trabajos inéditos, realizó hace varias décadas este plano de Petrer en 1734 basándose en sus averiguaciones.
Este mapa del brillante estudioso José María Bernabé Maestre, del que en esta web hemos recuperado varios de sus trabajos inéditos, realizó hace varias décadas este plano de Petrer en 1734 basándose en sus averiguaciones.

Sobre lo que no hay duda es que en 1728, a los quince años, se trasladó con su familia a Francia, donde permaneció hasta 1732, año en que volvió a España. De nuevo Ribes, nos comenta que “sea como fuere, en el año 1728 el capitán Miralles se vio obligado a trasladarse a su casa solariega de Manaud para hacerse cargo de la herencia por muerte de su padre, y con él, parte de sus familiares, entre los que se encontraba su hijo Juan. La estancia del joven Juan de Miralles en las tierras de sus antepasados, sin embargo, apenas duró tres o cuatro años, pues en 1732 volvió de nuevo a España, contando 19 años de edad, para no regresar jamás al Bearn”.

El misterio rodea de nuevo los siguientes años de su vida, y sus actividades nos son desconocidas hasta que en 1740 desembarca en la Habana con veintisiete años y un capital de 8.500 pesos, lo que le permitirá optar con éxito, cuatro años después, a la mano de la hija de una de las familias mas acaudaladas de la isla de Cuba, la de Maria Josefa Eligio de la Puente y González-Cabello, con fortuna asentada en la Isla y en Florida.

El joven matrimonio se instaló en una casa de la calle de Aguiar*, cercana al puerto de la Habana, con almacenes y dependencias anexas. Tuvo un varón y siete hijas.

*Miguel Saludes nos cuenta “Al comienzo de la calle de Aguiar, situada en el casco histórico de la ciudad, leía una inscripción en bronce. El letrero conmemorativo, inaugurado el 22 de febrero de 1947 por la Sociedad Panamericana, es un homenaje a Juan de Miralles, precursor de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, ferviente colaborador con la lucha por la independencia de las colonias norteamericanas. Dice el cartel que el terreno ocupado hoy por la casona sede del Museo de la Música estuvo la propiedad solariega de Juan de Miralles”.

15 thoughts on “El petrerense al que honró el general Washington”

  1. Todo esto esta muy bien,pero.
    ¿Por que no habeis puesto que se dedicaba a traficar con esclavos?.
    Falta mucha informacion,la cronica esta demasiado resumida.

  2. Por supuesto que fue un esclavista, hizo gran parte de su fortuna con este negocio. Es más, Estrella y Peretes, lo dice el artículoy varias veces: «Debido a su escasez, el Gobernador Prado decidió comisionar al acaudalado comerciante Juan de Miralles, muy reputado por su habilidad como negociante y de plena confianza de las autoridades españolas, para gestionar la compra de esclavos en Jamaica». Y otro párrafo extraído del texto: ”Miralles fue la pieza clave en el comercio negrero hispánico durante los años sesenta y setenta del siglo XVIII, y su nombre aparece asociado al de cualquier empresa negrera de mayor o menor envergadura”. En 1765, Juan de Miralles, próspero comerciante, aparece como solicitante del asiento de esclavos, apareciendo su nombre de nuevo en similares solicitudes de los años 1773 y 1776″.
    Asi que, sin querer ser malo, ¿lo habéis leído?
    El profesor e investigador Vicent Ribes rescató a este personaje del olvido, reconocido como uno de los españoles más influyentes de la época.

  3. Pues no lo he visto ¿me podrías decir en que párrafo está? Y eso de malo, depende del contexto en el que esté.
    Lo de los esclavos, si que lo he leido, así que Peretes, léete bien el artículo.

  4. Hay mucha información en la red sobre este personaje, la mayoria en ingles pero algo en castellano

    http://estudiosamericanos.revistas.csic.es/index.php/estudiosamericanos/article/viewFile/263/268
    http://rua.ua.es/dspace/bitstream/10045/4837/1/RHM_16_17.pdf

    Ah, el articulo esta bién pero se podría haber mejorado y ampliado, claro lo que pasa es que no se le ha dado mucha publicidad. Por otra parte, habría que decir que el personaje del retrato en la portada es Washington pues da la impresión de que es el mismo. ¿Que no hay retratos suyos?

  5. No, no hay ningún retrato suyo, cosa, de nuevo especificada en el texto: “sabemos poca cosa sobre su aspecto físico y su carácter. A nuestro Miralles la posteridad le importaba poco, quizá debido a su doble condición de negrero y empresario, que debía traducirse en la práctica en la inclinación por la semiclandestinidad y el pragmatismo.

    No conocemos ningún retrato suyo- lo que no deja de ser bastante raro en un personaje de su posición-. Sin embargo, de modo indirecto, gracias a noticias proporcionadas por otros, podemos efectuar una aproximación tanto a su aspecto físico como a su forma de ser».

    Un saludo

  6. Hay que destacar, sobre cualquier otra cuestión, que Juan de Miralles fue un comerciante esclavista, una actividad totalmente reproblable desde la óptica de las libertades. Una cosa es que se estudie su biografía, su contexto, su papel de negrero, etc, pero otra muy distinta que se quiera manipular actualmente su figura histórica con fines no muy claros (por ejemplo, poner su nombre a alguna calle, instalar placas conmemorativas…).
    Juan de Miralles no fue el primer «embajador» español en EEUU, pues era imposible ante el no reconocimiento de nuestra monarquía absolutista de la independencia de una colonia. Actuó más como «espía» y delegado ante la junta militar de Washington, aprovechando sus relaciones por el comercio negrero.
    Así, que de embajador Miralles nada de nada y sí mucho de comerciante esclavista.

    1. No es cierto eso que dices. Tampoco nos pasemos. Miralles no hizo su fortuna con la comercialización de esclavos; de hecho, por esos negocios perdió muchísimo capital. Es tronchante que le resteis todos sus méritos, reduciendo su figura a «esclavista». Muy Made in Spain tratar así a sus héroes. Porque sí, amigos, Miralles fue un héroe para la independencia de los EEUU y sus méritos llenan páginas por todo el mundo menos en su pueblo natal; pueblo por otra parte que celebra cada mes de mayo la expulsión de toda una cultura. Más perspectiva, más información y menos hipocresía. Este señor se merece en Petrer más reconocimiento del que tiene, y el que no lo quiera ver, no ha leído su extensa biografía.
      Por cierto, sí existe un retrato de él, y se saben muchas cosas que hasta el 2014 no se sabían, gracias a las aportaciones de Salvador Larrúa en su libro «Juan de Miralles, biografía de un padre fundador de los EEUU».
      Es vergonozoso que tengan que venir de fuera a enseñarnos a valorar a un comerciante que hizo su fortuna y su prestigio de otras formas que aquí criticais.
      Sinceramente, vuestra ignorancia da pena.

    2. Aquí el que está manipulando su figura eres tú, que no tienes ni idea de lo que hizo con su vida.

  7. La estupidez humana no tiene límites. Acabaremos derribando las pirámides de Egipto (construidas por esclavos, negocio legal en ese momento), la Alhambra o el Coliseo. El Papa, Washington, el Rey y el padre de los que lo critican, tenían esclavos. No hay que ser hipócritas. En Historia, lo que hay que preguntarse es: ¿Era legal en ese momento?

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