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El Casino Eldense: Una sociedad centenaria (1901-2000)

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Nota: Reportaje escrito por Juan Marhuenda Soler y Gabriel Segura Herrero, publicado originalmente en la revista Alborada nº 44 -año 2000.

 

En la España de finales del siglo XIX, todo pueblo de provincias que se preciara de su desarrollo económico, demográfico y urbano aspiraba a alcanzar, como signo externo del mismo, dos elementos que le concedieran prestigio social frente a los pueblos de alrededor, a saber:

• El título de ciudad, concesión administrativa heredada de siglos anteriores que, si bien ya no garantizaba como antaño toda una serie de privilegios y exenciones fiscales, sí venía a sancionar una realidad económica y demográfica que diferenciaba social y políticamente a la población agraciada de las villas agrícolas circundantes.

• Y la existencia de un casino 0 círculo social, asociación con fines recreativos y culturales donde tenían cabida las personas más relevantes de la población: empresarios, profesionales liberales, zapateros, etc., todos amantes de su pueblo que, constituidos en socios, fundaban un club de amigos en el que reunirse.

En este sentido, la villa de Elda alcanzó en pocos años los dos elementos. El rango de ciudad lo disfrutó desde el 24 de agosto de 1904, cuando el gobierno conservador presidido por Antonio Maura (1), en reconocimiento a los logros económicos y demográficos conseguidos (2), concedió el título de ciudad a la hasta entonces villa de Elda.

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Exterior del edificio del Casino Eldense en los años 20, Detalle: el tubo de la estufa a modo de mástil.

Pocos años antes, nada más empezar el siglo XX, dos décadas por detrás de la fundación de los casinos de las ciudades más cercanas, caso de Monóvar (1880) y Novelda (1888), y a instancias de la burguesía zapatera eldense, se procedió a la fundación del Casino Eldense. Sociedad cuyos orígenes, gestación y primeros años de vida presentan numerosas lagunas para su conocimiento exacto, no concordando entre sí todos los datos que poseemos.

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Así, para su fundación manejamos dos fechas, la del viernes 1 de febrero de 1901 (3), que hay que tomarla como la fecha en que de manera informal una peña de amigos tomó el acuerdo de fundar un Casino y la del miércoles 6 de marzo de 1901, cuando, de forma legal, se procede a la aprobación del Reglamento para el Casino Eldense, documento que viene a constituir el acta fundacional de la sociedad, que es inscrita en el Gobierno Civil de Alicante el día 9 de marzo de 1901.

Como viene a comentar A. Navarro Pastor (1981 II, 27-29), el Casino debió tener su origen en un grupo de amigos, todos varones, que se reunían asiduamente en una casa de la calle Colón, y que al igual que en la poblaciones cercanas ya comentadas, desearon y constituyeron «con el objeto de establecer y fomentar un Círculo para instrucción y recreo, de quienes a él pertenezcan… la Sociedad denominada Casino Eldense» (4), cuya primera sede social quedó radicada en la calle Colón esquina a la calle del Caballero de Rodas (5), actual calle Santa Ana.

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Una vez inscrita oficialmente y aprobados los estatutos se constituyó la primera Junta Directiva de la Sociedad «Casino Eldense», quedando integrada por los siguientes socios: Juan Vidal Vera (6), presidente de la Sociedad (7), Ventura Vera García, presidente de la Junta Directiva; Vicente Nogueroles García, vicepresidente;  Joaquín Coronel Rico (8), Antonio Rico Lloret, José Payá Vidal (9), Hilario Amat Vera, Hipólito Juan Sánchez, Emilio Rosas Coronel y Roque Gozálvez Amat, vocales; y Ventura Pastor Martínez, secretario (10).

Los estatutos quedan organizados en diez bases constitutivas y treinta y nueve artículos, donde quedan recogidos todos aquellos aspectos básicos para el funcionamiento de la sociedad. Vienen a reflejar el espíritu de la época y de esta clase de iniciativas burguesas tendentes a la formación de una sociedad selecta, restringida a los de una misma condición social y económica, convirtiéndose en la manifestación colectiva de una clase social, que les permite diferenciarse del resto de la clase obrera. Así, se establece como segundo precepto base que el ingreso en la sociedad queda reservado a los varones; del mismo modo que se fijan cuotas de entrada de 5 ptas. para los socios fundadores y de 1’5 ptas. para los socios de número, siendo esta última cantidad la establecida como cuota mensual (base tercera); se prohíbe en el local de la Sociedad todo juego de azar, hablar con voz alta y discutir sobre temas de actualidad política o religiosa (base octava); haber cumplido los dieciocho años, saber leer y escribir y ser de buenos antecedentes personales (art. 2); etc.

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Juan Vidal Vera, primer presidente de la entidad.

Desde sus inicios, entre los objetivos principales de esta junta figuró el lograr un inmueble propio donde establecer el domicilio social adecuado a los fines propuestos y dotado de jardín para el recreo personal y esparcimiento familiar. Con tal fin, y queriendo hacer coincidir la inauguración de la nueva sede de la sociedad con la conmemoración del tercer centenario de la llegada de los patronos eclesiásticos a Elda, el día 5 de septiembre de 1903 la Sociedad «Casino Eldense» pidió un préstamo económico (11) con el fin de poder adquirir un inmueble en el que poder ubicar el Casino y varias fincas anexas donde establecer el jardín. Estas necesidades quedaron cubiertas en 1904, cuando el 10 de febrero se adquiere por compra a Vicente Cabanes Sempere (12), tres fincas, recayentes ala calle Nueva, dos de las cuales eran terrenos y en la tercera había una edificación. Inmueble que debió ser acondicionado, tal y como relata el cronista oficial de Elda «… a gran ritmo, emitiéndose 50 acciones a 100 pesetas cada una,reintegrables, y una cuota de 1’50 pesetas mensuales…», firmándose contrato con un maestro de obras para que adecuase el edificio a los nuevos usos (Navarro Pastor, 1981 II, 29). Apenas un mes y medio después de su compra, eran cursadas, con fecha 28 de marzo de 1904, las invitaciones al acto de inauguración del Casino:

Se invita a V. Para el acto de la Inauguración del Casino, situado en la Calle Nueva, nums. 38 y 40, que tendrá lugar el día 30 de Abril próximo, a la una de la tarde.

Elda, 28 de marzo de 1904 (13).

Inaugurado el sábado 30 de abril, y según se desprende de los datos notariales, el Casino estaba «….compuesto de dos pisos, situado en la calle Nueva de la ciudad de Elda, número treinta y ocho de policía, cuya superficie es de 248 m2; con una delantera sin edificar que mide 168 m2 y a la parte posterior, un jardín (…) de flores y árboles propios, el cual tiene una cabida de 1.404’50 m2, cercado por una verja de madera; lindante el edificio y delantera que está sin edificar, por derecha entrando, casa de Vicente Maestre Sempere, izquierdo otra casa de Luis Amat y Maestre y espaldas con el jardín antes indicado, acequia en medio; y la finca rústica linda por Este, con terrenos de la fábrica de calzado de Don Casto Peláez; Sur con la calle de Jardines, Oeste camino de servidumbre de Silvestre Hernández y Vicente Maestre, y por Norte el edificio expresado al principio, acequia de en medio».

Pocos meses mas tarde, el sábado 6 de agosto de 1904, reunida la Junta General extraordinaria de la sociedad, se aprobó la reforma de los estatutos del Casino Eldense (14). Estatutos que venían a sustituir a los fundacionales, modificando tanto aspectos formales como de fondo,y cubriendo lagunas que habían quedado sin especificar en los anteriores. Así, se establecen ahora unos estatutos constituidos por veintiuna bases, divididas en tres capítulos y un reglamento de funcionamiento interno, con sesenta y dos artículos divididos en once capítulos, quedando definido el objeto del Casino por la siguiente frase, del todo significativa, recogida en la base primera: «El Círculo constituido en esta ciudad, denominado CASINO ELDENSE, es una reunión de amigos, cuyo objeto es proporcionar los goces y recreos que autoriza la buena sociedad».

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Salón del Casino, tal como se conserva en la actualidad, con su balconada para la orquesta al fondo y sus artísticos artesonados en escayola, entre otras detalles.

Como se puede observar de su detenido análisis, y en consonancia con los tiempos que corrían, siguió siendo una sociedad clasista pues en ella «…no podrán ingresar…más que los varones de 17 años cumplidos, hijos de socios, y de 20 años, los que carezcan de esta condición…» (base segunda); dividiéndose los socios en fundadores, fundadores accionistas, numerarios fundadores, numerarios, transeúntes, honorarios y demérito (base tercera), siendo socios honorarios el alcalde y el juez municipal de la población (base cuarta) y perteneciendo todos los objetos y bienes del Casino a los socios fundadores y fundadores accionistas (base novena); eliminada la figura del Presidente de la Sociedad, la dirección del casino se organiza mediante una Junta de Gobierno, compuesta de un presidente, vicepresidente, tesorero, contador, tres directores y dos secretarios (base sexta) ; estableciéndose la cuota anual para toda clase de socios, excepto los honorarios, de mérito y transeúntes, de 18 pesetas, pagaderas en doce mensualidades a razón de 1’5 ptas. al mes (base vigésima). Del reglamento de régimen interior, además de las disposiciones orgánicas normales en este tipo de asociaciones, y tendentes a regular el correcto funcionamiento de los órganos de dirección y derechos y obligaciones de los diferentes socios, cabe destacar aquellos artículos que ponen especial énfasis en aspectos como el juego, la vestimenta, el comportamiento, etc. Así, se dispone que queda a cargo de la Junta de gobierno «…el proporcionar todos los recreos, juegos, comodidades y diversiones que autorice la buena sociedad; y sobre los juegos que haya establecidos ó se establezcan, imponer arbitrios…» (art.27); del mismo modo «Queda al cuidado de dicha Junta de gobierno, el fijar el número de criados,atender a su admisión, expulsión y reprender y castigar sus faltas, así como designar y pagar el sueldo que juzgue oportuno.» (art. 28). Respecto a la vestimenta se establece que «Para la mayor compostura en el local Casino, se prohíbe a todo socio o transeunte, concurrir a él con blusa o cualquiera otra prenda que revele falta de armonía en la buena presentación social; así como discutir en alta voz sobre todos los temas en general y sobre los políticos o religiosos en particular» (art. 61).

La Junta Directiva que aprobó los nuevos estatutos estaba compuesta por Manuel Vera, presidente, y Antonio Rico, Juan Guarinos, Emilio Rosas, Dionisio Martínez, Gabriel Vera, Eduardo Gras, Luis Amat y Francisco Ferrando (15), como secretario.

Durante los años siguientes el Casino Eldense fue experimentado un auge social que debió repercutir en el número de socios y en los gastos de mantenimiento y acondicionamiento del Casino. Gastos que originaron, en marzo de 1910, siendo miembros integrantes de la Junta Directiva Pedro Amat Pomares, Luis Amat Bernabé, José Joaquín González Payá (16), Marino Sempere Maestre y José Payá Vidal «Payá Lira», la formalización de un préstamo de 30.000 pesetas a diez años y al 8% de interés anual pagadero en mensualidades vencidas. Empréstito concedido, el jueves día 24 de marzo, por Gonzalo Soriano Calatayud, comerciante, vecino de Onteniente, a favor de la Sociedad, quien tuvo que proceder a imponer una hipoteca sobre el inmueble y jardín de su propiedad como garantía del mismo, siendo tasados para la ocasión en 40.000 pesetas.

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Socios del Casino en el Chorrico de la Almadraba. Abril de 1928.

El proceso de desarrollo y presencia del Casino en la «buena sociedad eldense» irá acompañado de un evidente incremento de las necesidades de espacio para satisfacer las necesidades recreativas de los socios. En ese proceso de ampliación de las instalaciones, vemos como el día 22 de abril de 1918, siendo presidente Manuel Maestre Payá y José Mª Gras Amat, secretario, la sociedad adquiere por compra a Mª Salud Amat Alonso (17) la casa de la calle Alfonso XIII (18), n° 42, situada junto al Casino, por el precio de 5.000 pesetas, abonando dicha cantidad en un plazo de cinco años, con un interés anual del 2%, y con la condición de que los vendedores se reservaban el derecho a habitar los altos de la casa durante el mencionado periodo de pago.

Adquisición que debió conllevar un incremento de los gastos como se desprende de la ampliación de la responsabilidad hipotecaria sobre el Casino, con un nuevo préstamo de 10.000 pesetas que la sociedad presidida ahora por Joaquín Coronel Rico se ve obligada a solicitar, en febrero de 1919, al mismo Gonzalo Soriano Calatayud. Financiación a diez años (1919-1928) que se viene a sumar en capital y en tiempo al préstamo hipotecario que pesaba sobre el Casino. Transacción que, por otra parte, permitió reducirlos intereses pagados del primer préstamo al 6% anual, al igual que los del segundo, pagaderos por trimestres vencidos.

Hipotecas que fueron canceladas antes del plazo previsto, satisfaciendo las cantidades adeudadas a Gonzalo Soriano en junio de 1926, mediante la imposición de otro préstamo hipotecario en marzo de 1924. Las sucesivas juntas generales celebradas los días 28 de noviembre de 1923, 11 de enero y 29 de febrero de 1924 acordaron, por unanimidad, el gestionar para la sociedad un préstamo hipotecario de 100.000 pesetas. Concertada tal operación en Junta celebrada el día 20 de marzo de 1924, se autorizó al presidente José Justamante Vera para formalizar la operación financiera con establecimiento de hipoteca a favor de Salvador Amorós Martínez, de Villena, por un plazo de diez años (1924-1934), con un interés anual del 7% (19).

Sin embargo, la década de los años veinte supondrá el período de consolidación del Casino Eldense. Periodo en el que destaca la figura de Arturo Sempere Juan (h. 1926-1927), bajo cuya presidencia se instaló un salón de juego.

La intensa y próspera actividad económica de Elda favorecerá su desarrollo y el incremento enel número de socios, lo que llevará a la Junta Directiva a encargar, en 1924-1925, y contando con el capital del préstamo económico financiado, la redacción de un proyecto de reforma al arquitecto AIfonso Jimeno, quien en febrero de 1926 hará entrega del mismo a la Sociedad. Proyecto con el que se quería igualar, e incluso superar, la categoría arquitectónica y artística del Casino Eldense con la de los restantes casinos y círculos burgueses de Monóvar, Novelda, Elche, Villena, Torrevieja, Alcoy o Alicante (20). Sin embargo, las grandes pretensiones del proyecto no se vieron plasmadas sobre el edificio existente que, a pesar de todo, y en el último lustro de los años 20, debió ser profundamente reformado, amalgamando en un edificio los diversos inmuebles de que constaba el Casino, y adquiriendo la fisonomía que presenta en la actualidad.

Siguiendo la descripción del mismo recogida en la Guía de la arquitectura de la provincia de Alicante, se puede decir que el edificio presenta dos plantas con cubierta de teja y un jardín posterior. La fachada, con balcones en el primer piso, es típica de la arquitectura burguesa destinada a viviendas del cambio de siglo, sin grandes compromisos formales. Como es habitual en este tipo de edificaciones, y en Elda en especial, hay ligeras resonancias modernistas en la ornamentación de balcones, recercados y carpinterías. En el interior presenta un especial interés la escalera principal y algunos artesonados de los techos de los salones, que permite relacionarlo con algunos de los casinos ya mencionados (Jaén et alii, 1999, 182).

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Arranque de la escalera que conduce al primer piso.

La década de los años veinte y la II República (1931-1936) vinieron caracterizadas por el aumento de socios, ya no sólo miembros de la burguesía eldense e industriales del calzado, sino también por los cada vez mas abundantes profesionales liberales, comerciantes, miembros de la banca, empleados, propietarios, etc. Al socaire de las nuevas corrientes intelectuales librepensadoras, filosóficas y políticas, algunos de los socios ingresaron en la logia masónica eldense Amor, fundada en 1927 e integrada en la Gran Logia Regional del Levante de España, con sede en Alicante. Entre los socios masones del Casino Eldense, y adscritos a la mencionada logia, cabe destacar a Ángel Vera Coronel (21) «Plutarco», Jenaro Vera Coronel «Estrella», José Capilla Beltrán (22) «Platón», Cándido Amat Casáñez «Progreso», José Tomás Sánchez «Pestalozzi», Joaquín Porta Rausa «Actividad», José Verdú Cuenca «Pascal» y Juan José Aguado.

Relacionadas tanto con el Casino como con la masonería, por la pertenencia y adscripción de sus miembros a unas y otras, las peñas de amigos -los Chamorros, los Indios, del Agua,etc.- fueron elementos singulares en la vida cotidiana de Elda, siendo tramadas en los salones del Casino muchas de las bromas realizadas, algunas de las cuales, dada la originalidad y trascendencia tenida, han logrado traspasar la barrera del tiempo, llegando a nosotros, circulando de forma oral entre quienes de niños o jóvenes las presenciaron.

Muestra del auge experimentado por la sociedad recreativa eldense durante las décadas de los años veinte y treinta es el número de socios, que ha sido estimado en 1.135 con anterioridad al estallido del conflicto bélico de 1936. La Guerra Civil vino a suponer una brusca interrupción de la vida del Casino Eldense, pues la alteración de la vida pública también se dejó sentir tanto en la sociedad como en los usos del inmueble del Casino. Requisado al inicio de la contienda, las autoridades republicanas, dadas sus características arquitectónicas, con espaciosos salones donde albergar hiladas de camas en batería, facilidad para el mantenimiento del orden y la higiene, fácil acceso desde la calle y amplio y soleado jardín, establecieron en él un Hospital de Sangre, destinado a albergar a los soldados heridos y convalecientes procedentes del frente. Periodo durante el cual hay que señalar la pérdida de la mayor parte de los volúmenes de la biblioteca del Casino, donde entre otras joyas bibliográficas recogidas desde la fundación de la sociedad, se encontraban las obras completas del gran tribuno eldense Emilio Castelar.

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Esta foto, tomada en las escaleras del Casino Eldense en 1958, recoge a un grupo de socios del Casino que, además, eran amigos y entre los cuales aparecen varios protagonistas de la popular canción eldense « Escuchen esta triste historia», una saeta burlesca que cantaron desde el balcón de la Chiqueta en los años 30 y que costó una noche de calabozo a sus autores. En la foto están Ramón Navarro «Nano» (1); Elías Vera{2); Alfonso Navarro (3); Amador Vera (4); José María Mellado (59; Pedro Payá (6); Santiago Bellod (7); Salvador Sapena (8); Joaquín Romero «Quinato» (9); Ismael Sirvent (10); Octavia Vera (11); Luis Cremades (12); Pepín Sirvent «Nene II» (13); Emilio Martínez «El Duque de la Tartana», del Hotel Sandalio (14); Ramón Gorgé (15); Francisco Crespo«Canutito» (16); Juan Verdú (17); José María Vila (18); José González «Gonzalito» (19); Juan Cabrera (20); Joaquín Guijarro «Matri» (21); Antonio Sirvent «Mondonguito» (22); Juan Guarinos (23); Leopoldo Merino (24); Vicente Sirvent «Nene I» (25); e Isidro Aguado (26).

En abril de 1939, al termino del conflicto de la fundación de la sociedad, se encontraban bélico, el Casino fue restituido a la sociedad propietaria, recobrando su uso como lugar de esparcimiento y distracción, ahora, de la clase social vencedora.

A los escasos seis años de finalizar la guerra,y durante el ejercicio como presidente de Manuel Tamayo, el Casino Eldense solicita un préstamo económico de 125.000 pesetas a María Ibáñez Lloret, vecina de Alicante. Empréstito a cinco años y a un interés del 5% anual, pagadero por trimestres anticipados, que fue protocolizado por medio de escritura otorgada en Alicante el 28 de septiembre de 1945, ante el notario José González-Román y González-Elipe, quedando obligado el Casino a tener aseguradas contra incendios las fincas hipotecadas.

En junio de 1946, bajo la presidencia de M. Tamayo y siendo Vicente Mateo Luengo (23),secretario-contador de la Junta de Gobierno, se procedió a levantar la hipoteca que, desde 1924, pesaba sobre las fincas que componían el Casino, mediante el pago de las cantidades adeudadas a los herederos de Salvador Amorós. Del mismo modo en febrero de 1953, tras haber satisfecho la cantidades adeudadas,también quedaba cancelada la hipoteca a favor de María Ibáñez Lloret, recuperando la sociedad Casino Eldense la total propiedad legal del inmueble.

Las décadas de los años cincuenta,sesenta y setenta supusieron una segunda Edad de Oro del Casino Eldense y de sus instalaciones. Durante esos años el Casino fue el lugar de diversión mejor considerado por la «buena sociedad eldense». Sus bailes y verbenas durante las Fiestas Mayores de septiembre eran verdaderos acontecimientos sociales. Eventos sociales y lúdicos que, sabiamente, fueron complementados por las sucesivas juntas de gobierno con una oferta cultural atractiva, celebrándose en sus salones exposiciones de pintura, fotografía, conferencias, etc. Actos que, durante casi tres décadas, convirtieron al Casino en referencia de la vida cultural de Elda.

Muestra de ello es el cambio de denominación de la misma con la aprobación del nuevo reglamento de régimen interno (24). Así, en su primer artículo se establece que «La Sociedad….Se denomina SOCIEDAD ARTÍSTICO CULTURAL CASINO ELDENSE». Espíritu recalcado en el artículo segundo, donde se especifica que «Los fines … son propagar la cultura y el arte en todas sus manifestaciones y al mismo tiempo proporcionar a sus competentes las distracciones y recreos que autorizan las buenas costumbres y sean propias de personas cultas…». Del mismo modo, en el décimo segundo artículo se establece la creación dela llamada «Sección de Asociados Jóvenes», como instrumento de nutrir a la sociedad de futuros socios.

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Vista del jardín del Casino en los años 70, tal como se editó en una postal. Detalle: los artísticos bancos de azulejos que ya no existen.

Pero los tiempos corrían y lo hacía más rápido fuera que dentro del Casino. Las décadas de los años ochenta y noventa han supuesto para el Casino Eldense el alejamiento de su seno de la savia más joven y su conversión en salón de nostálgicas reuniones de los socios más veteranos. Las nuevas generaciones de eldenses no encontraron en el Casino ni la motivación cultural, ni la diversión lúdica ni el ambiente social más adecuado a sus inquietudes e iniciativas. El Casino Eldense, perdido todo su dinamismo,adquiere entonces el espíritu venerable que le confiere la edad centenaria.

Durante la década de los noventa, tanto la sociedad como el edificio que la alberga han conocido varias tentativas para devolverle la actividad pasada. Iniciativas encaminadas a la revitalización del uso del Casino,especialmente de sus jardines.La primera de ellas con el montaje de un catering de banquetes y celebraciones mediante la instalación de unas carpas prefabricadas para la celebración de bodas, comuniones, bautizos, etc.

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Fachada actual del Casino a la calle Nueva, tras el remozamiento general que se le hizo al edificio en 1998.

Sus jardines, antaño lugar de paseo y mágico encuentro de jóvenes enamorados bajo la sombra de sus árboles y rodeados del perfume de sus flores en las cálidas noches de verano, fueron reformados desapareciendo en pro de la modernidad los maceteros que remataban los pináculos del vallado y sus artísticos bancos alicatados con azulejos, a lo que se sumó la reciente reforma del vallado perimetral, tanto en la fachada que da a la calle Jardines como en la actual Plaza Princesa, mediante el retranqueo de la valla siguiendo las nuevas alineaciones de los mencionados espacios urbanos.

A juicio de los autores,que en este momento abandonamos la cómoda posición de historiadores para pasar a exponer nuestra opinión como ciudadanos eldenses a los que les importa, y mucho, la supervivencia del Casino y su buena salud, sólo un cambio de timón que sepa dirigir el barco de esta institución centenaria por las trepidantes y cambiantes aguas del nuevo siglo, adaptándola a las nuevas necesidades exigidas por la sociedad, permitirá que esta institución recupere su dinamismo social. Cambio de rumbo que, sin perder el primigenio espíritu de la sociedad, deberá ser realizado a base de soltar los lastres que anclan el Casino en el pasado, para poder permitir enrolaren el barco a los «jóvenes navegantes eldenses».

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Fachada interior del edificio. Al fondo, la carpa para celebraciones que ocupa parte del jardín.

Por último, quisiéramos agradecer a Juan Maestre Pérez, actual presidente del Casino Eldense,y a Manuel Sirvent Martínez, socio de la sociedad, la información facilitada para la redacción de este trabajo, así como todas las facilidades dadas para el acceso y consulta de cuanto material ha sido necesario. Del mismo modo, queremos mostrar nuestra gratitud a Mª Josefa Anaya Anaya, hija de Manuel Anaya García, socio fundador que fue del Casino, por haber donado al Museo Etnológico de Elda los sucesivos estatutos y reglamentos que tuvo el Casino Eldense.

Bibliografia

-(1901): Reglamento para el Casino Eldense. Hijos de Muñoz, impresores. Villena.

-(1904): Reforma de los Estatutos y Reglamento del Casino Eldense, aprobado en Junta General Extraordinaria. Sesión del 6 de agosto de 1904. Imp. de J. Rovira López. Alicante.

-(1966). Reglamento del Casino Eldense. Tip. Moderna. Elda.

JAÉN, G. (dir.) Et alii. 1999: Guía de Arquitectura de la provincia de Alicante. Instituto de Estudios «Juan Gil-Albert».Alicante.

MARTÍNEZ MEDINA, A. 2000: La arquitectura de la ciudad de Alicante, 1923-1943. La aventura de la modernidad. Instituto de Cultura «Juan Gil-Albert». Alicante.

NAVARRO PASTOR, A.1981: Historia de Elda. 3 vol. Alicante.

– 2000: Eldenses Notables. Elda.

REQUENA SAEZ, Mª.C. 1987: «Masonería en Elda (1886-1937). Alborada, n° 34, pp. 7-11. Ayuntamiento de Elda.

Notas

1. Presidente del Consejo de Ministros entre el 5 de diciembre de 1903 y el 16 de diciembre de 1904.

2. En 1900 la población de Elda era de 6.131 habitantes,siendo en 1910 de 8.028 habitantes (Valero Escandell,1986,12).

3. Procedente de unos apuntes manuscritos sobre la historia del Casino existente en la Sala de Juntas de la misma Sociedad, enmarcados por J. Payá Sánchez el día 1 de mayo de 1922, y donde quedan recogidos los principales acontecimientos

4. Base Primera del Reglamento para el Casino Eldense. Hijos de Muñoz, impresores. Villena,1901.

5. Artículo 1° del «Reglamento para el Casino Eldense».

6. Para datos biográficos ver Navarro Pastor, 2000,363-365.

7. Según recoge el artículo 14 del Reglamento de 1901 el Presidente del Casino constituye un cargo independiente de la Junta directiva, siendo elegido en la misma forma y sesión que los miembros de ésta.

8. Para datos biográficos ver Navarro Pastor, 2000,367-374.

9. Para datos biográficos ver Navarro Pastor, 2000,375-377.

10. Para datos biográficos ver Navarro Pastor, 2000,387-388.

11. Base Cuarta de la Reforma de los Estatutos y Reglamento del Casino Eldense. Imp. de J. Rovira-López. Alicante,1904.

12. Y no a Vicente Maestre Sempere, como se ha venido afirmando (Navarro Pastor,1981 II, 27)

13. Invitación cursada a nombre de José Payá Vidal, más conocido como «Payá Lira», y conservada en la Sala de Juntas del Casino Eldense.

14. Reforma de los Estatutos y Reglamento del Casino Eldense aprobado en Junta General extraordinaria. Sesión del 6 de agosto de 1904. Imp. de J. Rovira-López. Plaza de Isabel II. Alicante, 1904.

15. Para datos biográficos ver Navarro Pastor, 2000,155-156.

16. Para datos biográficos ver Navarro Pastor, 2000, 489-496.

17. Casada con Luis Amat y Maestre, e hija de Miguel Amat y Sempere y de Teresa Alonso y Juez, de quien recibió la finca como herencia materna.

18. Calle conocida anteriormente como «Nueva», y que en septiembre de 1917 fue rotulada con el nombre del monarca reinante (Navarro Pastor,1981 II, 86-87).

19. Escritura de hipoteca dada el 31 de marzo de 1924,ante el notario de Villena, don Antonio Tovar Núñez. A(rchivo) P(rotocolos) N(otariales) U(illena).

20. Este proyecto es objeto de un detenido análisis en esta misma revista por parte de A. Martínez Medina y M. Guill Gran, arquitectos.

21. Para datos biográficos ver Navarro Pastor, 2000,599-605.

22. Para datos biográficos ver Navarro Pastor, 2000,591-597.

23. Jefe local del Movimiento Nacional y concejal del Ayuntamiento de Elda, en representación del tercio de representación de entidades profesionales, en la corporación municipal de 1949-1952.

24. Reglamento del Casino Eldense, Tip. Moderna.-Elda. Estatutos aprobados por la Junta General Extraordinaria celebrada el 17 de diciembre de 1965,siendo presidente Eustaquio Cantó y secretario Vicente Mateo, y visados y legalizados por la Dirección General de Política Interior del Ministerio de la Gobernación el día 30 de abril de 1966.