El balnerario de Salinetas

Cartel publicitario de 1930 (fotografía cedida por Pau Herrero).
Cartel publicitario de 1930 (fotografía cedida por Pau Herrero).

A principios de los años veinte, se realizan ampliaciones y mejoras contando ya con cincuenta habitaciones, dos comedores y dos salones de tertulia, uno de ellos dotado de un piano y gramófono para la diversión de los clientes. A estos últimos, se unían vecinos de Elda y Petrel, que acudían los domingos por la tarde y organizaban bailes siendo dos fechas significativas de reunión las festividades de San Jaime y Santa Ana.

También se constata, desde los comienzos del establecimiento, la presencia de un equipo humano compuesto por los bañeros que atenderán a enfermos propios de su sexo trabajo que, según el doctor Bergez, estaba encomendado “a hombres y mujeres de inteligencia y honradez” (2). Por otro lado, estaba el equipo facultativo, cuyo director inicial fue el propio doctor Bergez, al que seguirán en su cometido los doctores Iborra García o Pérez Bernabeu, quienes se ocuparán de mantener las debidas precauciones para conservar todas las propiedades medicinales del agua, dictaminando las dosis y formas de tomarla el enfermo: en inmersiones, duchas, pulverizaciones, inhalaciones, baños de asiento y nasales o bebida, dependiendo del tipo de dolencia y nivel de gravedad que presentara el individuo. Cabe asimismo destacar que el agua del manantial llegó a venderse en las diversas droguerías y farmacias españolas, como así reza la etiqueta informativa del balneario en su última época de esplendor, los años 20 del pasado siglo.

Cartel anunciador de estilo modernista, que estuvo expuesto en el Casino de Novelda desde 1920 a 1930 (fotografía cedida por Pau Herrero).
Cartel anunciador de estilo modernista, que estuvo expuesto en el Casino de Novelda desde 1920 a 1930 (fotografía cedida por Pau Herrero).

El periodo de apertura pública de la hospedería y baños estuvo establecido del 15 de mayo al 15 de octubre en sus primeros años, variando luego, según informan documentos de principios de los años 20 del siglo XX, estableciéndose las fechas de acceso del 15 de junio al 30 de septiembre.

La última etapa de esplendor del establecimiento vendrá tras su compra en 1919 por Antonio Alenda Valero, nieto de uno de los primeros fundadores, que realizó importantes reformas. Amplió la capacidad del balneario e incidió en la difusión del lugar mediante carteles y propaganda. También se sustituye el gas por la electricidad y aumenta el espacio de zona verde con árboles y jardines. Y pasa a ser ordinario el trayecto desde la estación de tren Elda-Petrel en coche de caballos, disponiendo asimismo de un automóvil para recoger a futuros clientes en la estación de Novelda.

Surgencia actual en la rambla de Salinetas.
Surgencia actual en la rambla de Salinetas.
Balsa de baño actual en la rambla de Salinetas.
Balsa de baño actual en la rambla de Salinetas.

La muerte del Sr. Alenda en 1931 significó el cierre definitivo del complejo. Y tras la Guerra Civil, la falta de capitales impidió su apertura, siendo pasto el expolio en 1940 en una España necesitada. Diez años más tarde, los herederos del Sr. Alenda volvieron a adquirir los terrenos y los restos de las instalaciones, que volvieron a ser fruto del expolio en 1971, desapareciendo así toda traza sustancial de un lugar que fue de interés y utilidad pública y que algunos pensamos que, con intención, esfuerzo y voluntad sería posible recuperar.

Mi más sincera gratitud a Eladio González, Pau Herrero y al personal del Archivo Histórico de Novelda.

NOTAS

(1) Archivo Histórico de Novelda. Protocolo de Dº Antonio Herrero, 1857, fol. 167.

(2) Ildefonso Berguez: Apuntes sobre los baños minerales sulfurosos de las Salinetas de Novelda, p.p. 30. Alicante, 1858.

BIBLIOGRAFÍA

BERGEZ, I.: Apuntes sobre los baños minerales sulfurosos de las Salinetas de

Novelda. Imprenta Jose Marcili. Alicante, 1858.

ALDEGUER JOVER, F.: De Novelda, hechos y personajes. Edicions Locals, 1997.

ALBEROLA BELDA, Mª E.. “Salinetas de Novelda: Historia de un balneario”.

Cuadernos de La Mola, nº 5. Febrero 1991, pp. 22-42.

GUARINOS AMAT, R.: “Las Salinetas. Un balneario de hace medio siglo”. Alborada 1971, pp. 92-97.

CANDELAS ORGILES, R.: “El espíritu de un paraje”. Alborada 1996, pp. 88-89.

AYALA, H., MARTÍN, R. y MASIQUES, J.: “El turismo de sol y playa en el siglo XXI”. Convención de turismo de Cuba. 2003.

8 thoughts on “El balnerario de Salinetas”

  1. ayer estuve en el balneario despues de que salio en prensa ,habia mucha gente que lo queria conocer casi toda la gente que estabamos alli ,lo conocimos por la prensa,que lastima que este abandonado,nos fuimos asta la tercera laguna con los chorros de agua dulce esta muy bien este fin de semana volveremos a ir para bañarnos haber si mejoramos de las artrosis ya que mucha me confeso que si que es verdad ,incluso problemas de piel a una chica se le quito .alucinante

  2. Que conste que siempre ha sido de Novelda, y está en Novelda, y reparado ahora conforme está por el Ayuntamiento de Novelda, lo único que los eldenses quitaron la señal con una placa que ponía, rehabilitada la salida, por el Excmo. Ayuntamiento de Novelda, y término municipal de Novelda, y nunca por mucho que digan los eldenses, y petrelenses, ha sido, ni será suyo, así que nunca fue manantial de las salinetas de Elda, i si se diu i es El Clot de la Sal, ea !!.

  3. Una pena una cosa tanmaravillosa se aya enpleado para echar escomblos y basura un dia esto pudo canviar pero la siscuntancias no lo permitio sepreferio berlo como esta antes queotras personas louviesen conbertido en loqueera en antaño pero hay laconsencia de los dueños.undia no lejano contare lainjusticia queundia secometio.

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