Cruzando Europa a lomos de Pepino Bailarino

Esta curiosa historia comienza con Javier Martínez, conocido ecólogo local y asiduo colaborador de esta web, en lo alto de una palmera. Está en los Molinos de Félix, cerca del río Vinalopó, y se está aplicando en su faena de poda. Pero entonces, desde su posición privilegiada en altura, la visión de una pareja de viajeros capta su atención. Difícil era que hubieran pasado desapercibidos, todo hay que decirlo: el muchacho lleva una larga melena rasta y va descalzo, y ella, jovencísima, viste una gorra de visera, zapatillas y pantalones deportivos. Van cargados ambos de guitarra y mochilas, y acompañados por un burro.

Javier, por supuesto, bajó del árbol y se acercó a ellos (conociéndole de hace muchos años, puedo pensar cientos de razones para que les intercediera, pero no la que me contó días después: “yo siempre he querido viajar en burro”). Conectó en seguida con los viajeros, que le comentaron, chapurreando castellano, que venían siguiendo el sendero de largo recorrido GR-7 (de Tarifa a Grecia) desde Málaga, y que su intención era llegar a Francia a pie y con su querido burro, bautizado como Pepino Bailarino. Les estaba siendo difícil seguir el citado sendero a su paso por Elda, pero, desde la misma manera que yo conozco a Javier, él me conoce a mí, y les dio un destino mejor: el L’Avaiol. Con sus precisas indicaciones, a las tres de la tarde del día 3 de julio, viernes, llegaron a la partida rural, al grito de “¡holaaaa!, ¡holaaa!”

Asomado rápidamente al balcón, recuerdo verles ganar los últimos metros bajo el sol achicharrador tan tranquilos y contentos. Se nos presentan como Aline, la muchacha, y Florianne, el muchacho. Lo primero que pidieron fue agua para Pepino, y yo les ofrecí a ellos una ducha, hecho que me agradecieron muchísimo. Mientras que se refrescaban trataba de imaginar su historia, que no tardaron en contarme minutos después.

imga0628
Los tres viajeros embarcados en esta gran aventura, Pepino, Aline y Florianne.

Su aventura actual, y los avatares de su pasado, fueron desgranándose poco a poco, en los días que compartimos. Así, y pese a lo poco que le gustaba hablar de él, conocimos a Florianne, un joven francés, de 24 años recién cumplidos, caminante descalzo, asceta, vegetariano,  muy tímido y también una muy buena persona. Amante de la vida natural, nos explicó que  había encontrado en este viaje, en compañía de su burro, una armonía total en su vida. Nos reveló más cuando,  a la busca de un compañero para su burro, nos acercamos hasta  la casa del Rancho Grande de buena mañana,  y en un buen ambiente, tomando un café y al olor del corral, le explicaba a  José Amat “Guiña”,  a quien los viajeros cogieron un gran aprecio, que él trabajaba solo un par de meses al año, lo justo para sobrevivir el resto con muy poco, que era lo que el necesitaba, y que por eso podía hacer este largo viaje. Le contó a Guiña que él vivía en el Macizo Central Francés, en unas cuevas sin luz ni agua, pero que era muy feliz, en comunión total con la naturaleza. También le comentó que, después de 3 meses de viaje, todo el día con el burro, pensaba que el burro estaba solo y que necesitaba compañía.

Guiña y Aline también tuvieron la oportunidad, más tarde, de intercambiar impresiones.
Guiña y Aline también tuvieron la oportunidad, más tarde, de intercambiar impresiones.

La conversación se animó con la réplica de Guiña, sosteniendo que él, también en armonía con la naturaleza, trabajaba 365 días al año y muchas jornadas empezando a la 7 y acabando a las diez de la noche. Yo tercié en la discusión, haciendo ver que cada uno tenía responsabilidades y objetivos distintos, y al final tanto Pepe como yo le dimos la razón, ¿pues no es mejor trabajar dos meses que todo el año si en ese tiempo consigues todo el dinero que necesitas? Referente a lo de la compañía del burro, Pepe le explicaba que era complicado, porque si compraban una burra, al estar su burro Pepino “entero”, se podía armar un “lío total”, debido al legendario ímpetu sexual de los burros. Descartada la burra, que les impediría viajar tranquilos, se planteó la posibilidad de comprar un burro, pero con otro ejemplar adulto, ilustraba Guiña, las peleas entre ellos y los mordiscos serían continuos.

12 thoughts on “Cruzando Europa a lomos de Pepino Bailarino”

  1. Me ha sorprendido mucho la historia y que a estas alturas haya gente que decida vivir de esa manera, sin ataduras, sin lujos, con el sólo contacto de la naturaleza. Me resulta admirable y he de reconocer que yo no tendría valor para hacer algo así (de esta forma evito pasar muchas dificultades, pero también me pierdo una gran experiencia, eso seguro). Sí que me gustaría saber si consiguen su proeza, a ver si nos lo contáis más adelante…

  2. Jajaja, Pepino Bailarino! Y el video no tiene desperdicio, con música electrónica de fondo, mientras le ponen al burro las herraduras. Me ha parecido surrealista, pero muy divertido. Una aventura muy peculiar, si señor.

  3. Se erizan todos los sentimientos cada vez que tengo la suerte de estar con personas con esta mentalidad, energía en estado puro que transmiten con una sencillez y humildad arrolladora. Muchas dificultades asoman al reto que se ha impuesto esta pareja. Ayer estuve con Florianne en la masía reconstruida por un colectivo de mentes inquietas de Alcoy en pleno (sitio increíblemente bello) Barranc del Sinc, me comentaba algo que yo suponía desde el principio, piensa que el ritmo de paso que llevan no les va permitir cruzar el Pirineo antes del invierno, y desde luego no van a consentir que Pepino y Luis pasen frio, además después de más de tres meses de andaduras la bolsa de la economía está llena de telarañas, no es que necesiten una gran cantidad de dinero pero un mínimo si, según me explicaba desde que habían salido de Málaga nadie había sido tan solidario como los habitantes de L´Vaiol, algún trabajo esporádico por donde pasan les ayudaría bastante, tenemos la suerte de poder seguir de cerca este gran viaje y por supuesto lo seguiremos comentando desde estas páginas.
    Hacia territorios salvajes es una película basada en una historia real, recomiendo a quien quiera entender un poco la filosofía de estas personas que la vean y comprendan porque a veces es necesario este tipo de viajes.
    Un saludo a todos.

  4. Me sumo al primer comentario, estas historias son las verdaderamente interesantes, todo lo referente a política y políticos, más de los mismo.
    Me ha encantado la historia y pienso que los viajeros tuvieron suerte llegando a L’Vaiol pero los habitantes de la finca también, no todos los días te encuentras con personas tan peculiares y por lo que cuentas, tan encantadoras, suerte para ellos y que sean felices

  5. Menuda aventura…me encanta escuchar la historia de esta gente tan mágica, con ideas e inquietudes propias. Gracias por hacernósla llegar a los que vivimos demasiado lejos de «esa naturaleza» que tanto respetan vuestros amigos franceses

  6. La verdad es que al leer esta historia, y descojonarte de risa por lo increible y bien narrado que está, es el final lo que te dá rabia porque quieres leer más y más……….. por favor no perdais de vista a esta increible pareja y sobre todo a «Pepino» y a «luis». SR. Luis (me dirigijo a tu persona) por favor sigue informandonos si puede ser. Realmente estaria encantado de seguir leyendo tus relatos.

  7. Respecto al mensaje de Javier Martinez, os recomiendo que os leáis el libro antes de ver la película (para mi gusto demasiado «americanizada» y que cae en los patrones típicos del cine convencional). Se llama «Hacia Rutas Salvajes» y el autor es Jon Krakauer.

    Otro libro muy interesante que aborda esta temática, es el clásico «Walden» de Henry David Thoreau, un ensayo publicado en 1854, que trata de demostrar verdadera vida del hombre libre se encuentra en la vida en la naturaleza.

    Estas experiencias para muchos quizás constituyan locuras irracionales y poco comunes, pero puedo asegurar por experiencia propia que son una magnífica manera de disfrutar de la libertad, de sentirte libre de ataduras y disfrutar plenamente de la vida.
    Sin ir más lejos, el mes pasado regresaron dos buenos amigos de Rumania, Ivana y Alfredo. Habían recorrido a pie el GR-7 desde Penyagolosa hasta Rumanía, acompañados de sus inseparables perros. Una experiencia inolvidable y muy enriquecedora según me decían. Sólo hace falta decisión y ganas de aventura. La mayoría de la gente tiene en mente un tipo de vida que se supone que es la aceptada socialmente, y todo lo que se salga de ahí son extravagancias y locuras sin sentido. Pero, ¿realmente tiene más sentido el tipo de vida que lleva la mayoría de la gente hoy en día? Yo, ciertamente, lo dudo mucho.
    El núcleo esencial del alma humana es la pasión por la aventura. La dicha de vivir proviene de nuestros encuentros con experiencias nuevas y de ahí que no haya mayor dicha que vivir con unos horizontes que cambian sin cesar, con un sol que es nuevo y distinto cada día. Debes renunciar a una existencia monótona y segura. Te aseguro que sentirás una gran alegría si lo haces.

  8. Ramón, echaré un ojo a los libros que apuntas, a ver si valen la pena. Por lo demás, muy bien la aventura y me sumo a Eduardo-Sax, espero que prosiga el relato…

  9. Como decia mi abuela..»Esto es gloria bendita»… jovenes y libres.El camino por delante y sin ansias por llegar. Conozco por mi propia experiencia esta forma de » Vivír la vida «, me faltaron los borricos, aunque tuve compañeros de viaje, sin faltar,eh, que prestaban al grupo igual ayuda, incluso con menos agua.Era por los años 69 y 70 del pasado siglo, era joven y bastante menos libre que esta valiente pareja…con deciros que «en llegando» a las cercanias de Caudete y anocheciendo me dieron el alto la añorada «pareja» y me llevaron al cuartel para saber más de mi.Pura rutina, pero te despojaban de ilusiones o al menos así se lo hacias creer. Bien por tanto a las gentes que como Luis, Javi, Guiña, Patricia, etc,, dan su cobijo y apoyo a esta pàreja de valientes. Salud y fuerza.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *