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A un paso de proteger al Poblet del olvido

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Desde 2008, distintos colectivos de la localidad trabajan con ahínco para conseguir que El Poblet, esa finca situada al noroeste de Petrer y próxima a los límites de los municipios de Sax y Elda que sirvió de refugio al último gobierno de la  II República, sea declarado Bien de Interés Cultural (BIC).  El Centro de Estudios Locales, el Ateneo Cultural, el Grupo de Recuperación de la Memoria Histórica de Esquerra Unida y algunos particulares aúnan desde entonces esfuerzos para preservar esta espacio privado «del deterioro y olvido», recuperándolo como parte de la historia de España a través de la obtención del BIC.

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Éxito tras varios intentos

La iniciativa de solicitar el BIC para la emblemática finca la puso en marcha por primera vez hace cuatro años el Centro de Estudios Locales de Petrer. Por entonces, el colectivo solicitó a la Conselleria de Cultura esta catalogación, que justificaron en un dossier que previamente le había sido entregado al alcalde de Petrer, Pascual Díaz. A la iniciativa se sumó tiempo después el grupo municipal Esquerra Unida, con una nueva solicitud que, al igual que la anterior, no llegó a avanzar. El asunto incluso fue objeto de debate nacional a principios del pasado 2011, cuando el diputado de IU Gaspar Llamazares preguntó en el Congreso de los Diputados [3] entonces presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, si estaría dispuesto a “promover la recuperación de El Poblet como patrimonio del Estado y con una función histórica, museística, social y turística”. El máximo mandatario constató entonces el “interés histórico” de esta finca y se ofreció a colaborar tanto con el Ayuntamiento de Petrer como con la Consellería de Cultura, aunque, para la protección de esta finca, y según señaló,  ”no sería necesaria su adquisición por la Administración General del Estado, u otra administración territorial”, tan sólo “bastaría que fuera declarado Bien de Interés Cultural” por la Generalitat Valenciana. Finalmente, y tras una moción presentada por EU y apoyada por todos los grupos municipales, el consistorio petrerense presentó el pasado año su solicitud a las Cortes para que fuera estudiada.

Ahora, el trabajo de los colectivos está a punto de dar sus frutos, ya que la Conselleria de Cultura ha aceptado el expediente para que finalmente El Poblet sea declarado como Bien de Interés Cultural tras el respaldo de las Cortes Valencianas a la enmienda presentada por el Grupo Parlamentario Popular. Sin embargo, todavía habrá que esperar unos meses para que esta finca obtenga la catalogación definitiva, pues ahora la pelota está en el tejado de la Consellería de Educación y Cultura, encargada de tramitar esta concesión para la cual, además, debe tener en cuenta la opinión de los propietarios de la finca, que desde el primer momento se han mostrado herméticos a la apertura de El Poblet a la sociedad, aunque la última palabra la tiene el organismo autonómico.

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Dotación económica y apertura a la sociedad

La declaración de este espacio como «lugar histórico» y de su jardín como «jardín histórico» conlleva la financiación conjunta entre la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte, la Diputación Provincial de Alicante, el Ministerio de Cultura y el Ayuntamiento de Petrer  para su «conservación, restauración y mantenimiento del jardín histórico y del BIC», así como la potenciación «en la medida de lo posible», del potencial museístico y turístico del inmueble y de su entorno, según se extrae de la resolución de las Cortes Valencianas respecto a esta catalogación. Esta declaración conlleva además la apertura al público de la finca varios días al mes, tal y como reclamaban los colectivos que impulsaron esta iniciativa.

Un espacio con altas dosis de historia

Con cerca de 30 hectáreas y dos siglos de antigüedad, El Poblet es todo un enclave histórico. Y es que esta finca petrerina fue escogida por el último presidente de la II República, Juan Negrín, como refugio en las que resultaron ser las dos últimas semanas de vida de este sistema de gobierno desbancado por la dictadura de Franco. Aquí, en la acuñada Posición Yuste,  el gobierno republicano quemó los últimos cartuchos para lograr la continuidad del régimen con la celebración de los dos últimos Consejos de Ministros de la II República y fue en este lugar también donde Negrín conoció la dimisión del presidente Manuel Azaña y la victoria definitiva del bando franquista.

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A estos sucesos históricos, que tuvieron como escenario esta finca privada, se suma el hecho de que El Poblet fue también refugio, durante los primeros años de la guerra civil, de niños de distintos lugares de España que sufrieron bombardeos. Posteriormente, fue utilizada como hospital militar y centro de control aéreo. Su interés histórico, por tanto, está más que justificado.

Para indagar más en el tema, les ofrecemos el resumen realizado por el Grupo por la Recuperación de la Memoria Histórica d´ Esquerra Unida de Petrer acerca del valor histórico de la «Posición Yuste», un escrito que se incluye en el dossier elaborado por el grupo acerca de la que fue última residencia del gobierno de la II República.

EL POBLET, UN PATRIMONIO A CONSERVAR

La última sede del gobierno de la II República, “el Poblet” de Petrer, forma parte de nuestro patrimonio histórico y cultural que debemos conservar y proteger para las generaciones venideras.

El que fuera cronista oficial de la villa de Petrer hasta su muerte en 1995, Hipólito Navarro, en un detallado estudio que entregó al ayuntamiento, cuenta que la primera casa que forma el conjunto de El Poblet fue levantada a principio del siglo XIX por Jaime Tortosa, bisabuelo del que años más tarde sería alcalde de Petrer, Matías Bernabé Tortosa. En la  primera década del siglo XX la propiedad de la finca, pasó a manos de Vicente Amat Furió, abogado del Tribunal Supremo de Madrid y relator de la Audiencia de Barcelona. La mansión señorial se la debemos a él, así como el primer jardín que con algunas modificaciones se conserva en la actualidad. La periodista petrerense Patricia Navarro, en su inédito estudio sobre la prensa en Petrer, recoge una noticia de la revista Vinalopó de Elda del año 1903 en la que se puede leer que la Sociedad de Socorro Mutuo la “Protectora”, cuyo presidente era Vicente Amat, organizó “…la culta fiesta del árbol y regaló a los niños pinitos que plantaron en una eminencia cerca de la carretera de Ocaña”. Posteriores matrimonios, herencias y pagos por deudas convierten al abogado y hacendado alicantino Plácido Gras Boix en propietario de la finca. El señor Gras convierte  El Poblet “en una especie de oasis” con un cuidado esmerado  de los jardines  y una diversificación de cultivos regados con la compra de agua en abundancia.

José María Navarro, “Costalet”, en su libro de memorias Nacer y Vivir en Petrer cuenta que la finca El Poblet “…había sido un lugar inaccesible. En el pueblo se sabía de su existencia, pero pocos privilegiados la conocían […] Al comenzar la guerra el Estado Republicano se incautó de la totalidad de la finca y durante un prolongado periodo se instaló un hospital regentado por petrelenses”. El Poblet fue también colonia infantil y más tarde base de protección de vuelo «para comunicarse con los aviones que pasaban próximos». Queda añadir que desde el 25 de febrero de 1939 la finca El Poblet se convierte en la Posición Yuste, lugar estratégico que albergará el último reducto del poder legal de la II República, sitio histórico y lugar donde el Presidente del Gobierno D. Juan Negrín y sus ministros se instalarán  hasta su partida al exilio por el aeródromo del Fondó de Monòver.

Innumerables libros de historia en todos los idiomas del mundo cuentan los  detalles de lo acontecido durante los  últimos días del gobierno legal de la República en el enclave de la Posición Yuste, es decir de  El Poblet.  José Ramón Valero, profesor de la Universidad de Alicante, en su libro El Territorio de la Derrota nos relata  que el 27 de febrero de 1939, en el palacete de El Poblet, el Presidente del Gobierno D. Juan Negrín recibió la noticia de la dimisión del Presidente de la República D. Manuel Azaña, el reconocimiento ese mismo día del gobierno de Franco por parte de Francia y Gran Bretaña o el golpe de estado del Coronel Casado en Madrid. También es aquí donde se celebran los dos últimos Consejos de Ministros y también  donde se desarrolla la famosa conversación telefónica entre Casado y Negrín, relatada de distinta forma por García Prada, Cordón, Casado o Max Aub entre otros.

Por tanto,  resulta difícil comprender por qué El Poblet, sus inmuebles, jardines   y su zona forestal no gozan de una protección especial por parte del Estado, la Generalitat o el Ayuntamiento y porqué no pueden ser visitados dada su relevancia como patrimonio histórico y monumental. Lo cierto es que el grado de protección que se le asigna  en el  catálogo-inventario de patrimonio en el Plan General de Petrer es el mismo que tiene cualquier fachada singular del casco urbano de la población. A pesar de esta irresponsabilidad de los poderes públicos,  parece ser que  la finca se encuentra en buen estado de conservación, aunque está prohibido penetrar a su interior para comprobarlo. Desde el exterior y por algunas personas que han logrado visitarlo, hemos podido saber que los jardines se conservan en buen estado,  algunos árboles y  ramas de la vieja pinada han caído por falta de poda y  los inmuebles se conservan en buen estado   gracias a los cuidados de su propietario D. Plácido Gras, que supera los noventa años de edad y que a pesar de vivir en Alicante, gasta su dinero en el  mantenimiento de la finca.

La Ley de Patrimonio Valenciano de 1998 contiene la figura de Bien de Interés Cultural o  BIC para  proteger y conservar el patrimonio cultural de cierta  relevancia de su deterioro o desaparición. Su articulado explica que no es necesario que la administración sea propietaria del inmueble, lugar, sitio o jardín  para ejercer la obligación de conservarlos y mantenerlos a través de ayudas o subvenciones económicas así como  vigilando y prohibiendo la alteración o reforma que modifique su estado original. Por poner algunos ejemplos, tenemos torres de vigías que son BIC, también lo son algunas estaciones de trenes, viejas fábricas, ermitas… ¿porqué no El Poblet? No siendo la propiedad  pública, la ley estipula que por lo menos cuatro días al mes el inmueble o lugar estará abierto al público y si el propietario quisiera venderlo la Administración estaría en primer lugar para su compra por el derecho de tanteo y retracto.

Durante treinta años, muchas han sido las noticias sobre la puesta en valor de El  Poblet. En 1986 El Carrer escribía sobre el interés del Ministerio de Cultura para que El Poblet fuera patrimonio del Estado. La Mancomunidad en 1979 durante una sesión “borrascosa” propuso la adquisición de la finca “para estudiar la posibilidad de convertir a El Poblet en un parque público mancomunado”. En 1997 la prensa hablaba de que el gobierno belga quiso comprar la finca para convertirla en residencia del dictador congoleño Mobutu Sese Seko. También sabemos que Televisión Española no obtuvo permiso para filmar en el interior un capítulo sobre la Guerra Civil Española. En contrapartida,  nos encontramos como inminentes peligros para su conservación,  la puesta en marcha del polígono industrial de la Cantera  y la incertidumbre ante la edad del propietario. ¿A qué esperamos para actuar?

Grupo por la Recuperación de la Memoria Histórica d´ Esquerra Unida de Petrer.

Puede descargarse aquí el dossier completo [6]