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LOS AÑOS SESENTA .
La década de los sesenta fue un periodo próspero para Petrer y sus habitantes. El aumento de la población fue vertiginoso de 6.213 habitantes en 1950 se pasó a 10.650 en 1960 y a 15.889 en el año 1970. El porcentaje de población activa ocupada pasó en la agricultura de 46.80% en 1930 al escaso 3,5% en el año 1970. El crecimiento de la industria zapatera y la especialización de la ciudad quedó reflejada en los índices de población activa en la industria al pasar de un 46.4% en 1930 a un 81,8% en el año 1970. En la España de Franco estaba todo por hacer, el atraso y el bloqueo internacional en foros económicos como el Mercado Común Europeo debido al carácter dictatorial y fascista de las instituciones se fue atenuando en Estados Unidos y Europa firmando convenios y tratados especiales que aseguraban la inversión de cantidades enormes de capital, estos cambios, sumados a las divisas de millones de emigrantes y los ingresos del turismo, abrieron las primeras posibilidades para la modernización y desarrollo, entre ellos, el del sector del calzado.
“ ¡Qué poco queda de esa vieja fortaleza árabe!, Exclamaba Luis Vera Brotóns en un artículo de la Revista de Moros y Cristianos de Petrer en el año 1961. “…ese castillo semiderruido es la voz de la Historia de nuestro pueblo. Y si un pueblo como Petrel, (sic) honrado y laborioso, ha sabido crear, por iniciativa y continuado esfuerzo, una industria prestigiosa en el ámbito nacional, justo es que se preocupe por esas ruinas que pronto se vendrán a bajo si no encuentran una mano salvadora que detenga su definitiva destrucción… Se trataba de la llamada desesperada de un modesto comerciante de tejidos, corresponsal de prensa, fundador y Presidente de la Sección Local de la Asociación de Amigos de los Castillo, que anunciaba la necesidad y el deseo de iniciar la reconstrucción de la vieja fortaleza. Es de justicia reconocer que D. Luis Vera, jugó un papel de primer orden como catalizador y dinamizador en la conciencia de las autoridades con el fin de conseguir apoyos y subvenciones en la tarea de reconstrucción.
El grupo de Petrer de la Asociación de Amigos de los Castillos, entre ellos, Hipólito Navarro, Enrique Amat, José Navarro, Gabriel García entre otros, realizaron durante los años sesenta numerosas visitas a las autoridades provinciales y nacionales. Difundieron por todos los lados la idea de la reconstrucción e invitaron a sumarse al proyecto, a la Junta Central de Comparsas, Organización Juvenil Española, Antiguos Miembros del Frente de Juventudes, Centro Excursionista, Atlético Petrelense C.F., Sociedad Colombicultora y la Sociedad de Cazadores, es decir, a la totalidad de asociaciones y “partidos” permitidos durante la dictadura., “… ya que con su unánime colaboración nuestro castillo recogería el esfuerzo de esa juventud que tantas horas gloriosas ha dado a Petrel.”
Cuando repasamos la prensa de esos años llama la atención que cuando se exponen los motivos y la necesidad de la reconstrucción del castillo, a continuación y a modo de justificación, se detallan los logros políticos y sociales alcanzados, el progreso en temas sociales, la puesta en marcha de escuelas, viviendas, mercado… justificando con ello que habiendo alcanzado estos objetivos, era el momento de mirar hacia atrás, hacia un pasado olvidado y poco valorado para rescatarlo e incorporarlo a la modernidad.
Consta en los archivos que durante el año 1964, las autoridades locales con su alcalde, D. Nicolás Andréu, realizaron gestiones en organismo de Alicante con el fin de conseguir apoyos y fondos para llevar a buen fin el proyecto. Una de las ideas que tenían en mente era dedicar una de las dependencias del castillo para museo de la fiesta de Moros y Cristianos y, o para exposición de trajes de abanderadas. También, se habla durante estos años, en incorporar la fortaleza a una futura Ruta de los Castillo “… para esparcimiento de turistas que diera dinero al ayuntamiento”. Con todo, conviene resaltar que no hemos encontrado en ningún lugar, documento alguno que se refiera a la necesidad de realizar una excavación arqueológica antes de proceder al derribo y reconstrucción. Una excavación nunca realizada, a pesar de las sugerencias del Grupo Arqueológico local que sin duda hubiese ayudado a conocer con detalle las distintas fases de ocupación para llevar a cabo una reconstrucción más real con su pasado.
LA IGLESIA CEDE LA FORTALEZA Y EL AYUNTAMIENTO SOLICITA SUBVENCIONES A MADRID.-
A mitad de la década de los sesenta, el Ayuntamiento de Petrer, solicita al Obispado de Orihuela la cesión del castillo y las cuevas, para ello, cuenta con la ayuda y colaboración del Rvdo.D. Jesús Zaragoza, párroco de Petrer y hombre ilusionado con el proyecto de reconstrucción y que desde el primer momento actúa de intermediario con el obispado.
En mes de Agosto de 1964, Luis Vera escribía en el diario Información de Alicante, que el Rvdo. Jesús Zaragoza, “era el hombre clave para la reconstrucción”, junto con Enrique Amat, José Navarro, Hipólito Navarro, “… no dudo que pronto de todos los nombres citados brotará una junta que llevará a nuestro castillo al esplendor que antaño tuvo.”
En el año 1965, había treinta y cuatro cuevas ocupadas, unas de propiedad particular y otras arrendadas. La mayoría de cuevas-casas se habían convertido en verdaderos hogares para sus habitantes. Para lograr su desalojo, gras largas negociaciones con sus moradores, se pagaron en pesetas del año 1970, un mínimo de ocho mil pesetas por la cueva más barata y, un máximo de ciento veinticinco mil pesetas que cobró D. José Ibáñez en el año 1972. Con esta última compra venta, las cuevas quedaban definitivamente cerradas y clausuradas, aunque no faltó alguna que otra protesta por el precio que se pagó. En un documento del Archivo Municipal fechado el 22 de Junio de 1974 se relacionan los nombres de los dieciséis propietarios de las cuevas que fueron indemnizados con la cantidad de 640.650 Ptas. El maestro de obras de Petrer, Conrado Poveda se encargó del derribo.
Ya tenía el pueblo de Petrer la propiedad de su castillo, de las cuevas casas y los terrenos de alrededor, ahora, faltaba el dinero para su reconstrucción. Se abría una nueva etapa de visitas y contactos de amigos influyentes. En estos años en que los partidos políticos estaban prohibidos y perseguidos, las instituciones existentes no tenían ninguna representatividad y lo que era más importante, no existía una política fiscal que mereciera este nombre; casi nadie pagaba impuestos, los ricos los que menos, esto determinaba que los presupuestos locales y provinciales eran insuficientes y con apenas dotación para temas culturales y de patrimonio. Por tanto, sólo a través de amigos influyentes y bien situados en la administración franquista se podía conseguir ayudas para restaurar un castillo que, como tantos cientos en todo el país se caían de viejos y de abandono.
LA PRIMERA FASE DE LA RECONSTRUCCIÓN.-
La sección provincial de la Asociación Española de Amigos de los Castillos, en octubre de 1968, celebraba la donación del castillo al alcalde Pedro Herrero, de este modo “ Sepa que nos identificamos plenamente con Uds. deseamos ver pronto resurgir de ruinas cascotes, murallas torres, almenas… y que lo que hasta ahora fueron “maravillosos sueños” se conviertan pronto en precisas realidades,” firmado por Juan Mateo Box.
En otra carta de la Asociación Provincial fechada en julio de 1970, su Presidente el Sr. Mateo, le comunicaba al alcalde de Petrer D. Pedro Herrero, que habían remitido una carta a Madrid en Octubre de 1969, solicitando ayuda técnica y económica para la reconstrucción y conservación del castillo. Por este documento sabemos que el grupo de Petrer, elaboró una memoria que junto con una colección de fotografías fue remitida a Madrid con el ruego que procedieran a su estudio y consideración del dossier. Más adelante podemos leer: “Es interesante subrayar a esa Nacional el interés grande que el pueblo de Petrel tiene por su castillo…” “… una de las que mayor número de socios tiene en nuestra Asociación”
A pesar de las gestiones, las amistades y los contactos, la ayuda técnica y económica no llegaba y es en julio de 1970, cuando el alcalde de Petrer, D. Pedro Herrero, escribe a la Asociación de Amigos de los Castillos de Madrid diciéndoles “… no hemos sabido nada si se están realizando gestiones por esa Asociación con el fin de desplazar a un Arquitecto. Realmente, el estado actual de la edificación permite una reparación, que sería mucho más costosa y acaso no pudiera realizarse, si transcurren más años.”
Por fin, en los primeros meses de 1972 el Gobernador Civil de Alicante, comunica al Ayuntamiento de Petrer, que la Dirección General de Bellas Artes había concedido una subvención de 2.000.000 pesetas para las obras del castillo. Alejandro Ferrant, arquitecto conservador de monumentos para la zona de “Levante” refiriéndose a una carta de D. Luis Vera, dice que necesita datos más completos y dibujos adoptados de las alturas de los edificios, …con el dinero concedido podrían llevarse a cabo, la destrucción de la parte que amenaza ruina y peligro” más adelante dice también “… le ruego que D. Alejandro Perseguer me proporcionará esos datos, ya que será el Aparejador de la obra, como es natural.”.
El Alcalde Sr. Herrero, en una entrevista en la Revista Festa 73 declaraba que “… El inicio de las obras por causas ajenas a nuestros deseos se han demorado algo más de lo previsto. El día 5 de septiembre último nos visitó el Arquitecto Director D. Alejandro Ferrant asegurándonos que por todo el mes de septiembre quedaría ultimado el proyecto y dispuesto para iniciar las obras.”.
En 1974 comenzaron por fin las obras de restauración consistían según la Memoria del Ayuntamiento: Movimiento de tierras, consolidación del ángulo noroeste de la muralla, cegar las ventanas del salón abovedado, reconstruir en su lugar dos aspilleras, puerta de medio punto, puerta de madera, derribo, por ruina inminente de la parte superior de la Torre del Homenaje. En 1977 se acometió la construcción de los accesos al castillo hasta la puerta principal del mismo, se adecentó el entorno y el año siguiente se acometió la reconstrucción de la Torre del Homenaje “para recomponer su volumen primitivo”.
Las ayudas y subvenciones empezaran a llegar aunque siempre resultaron insuficientes para tan importante obra. A los 2.000.000 de pesetas iniciales, siguieron medio millón de pesetas en 1974 de la Dirección General de Bellas Artes y 300.000 Ptas. de la Diputación Provincial. El Ayuntamiento también destinaba fondos del presupuesto ordinario que se agotaban con rapidez, pero fue con el cambio democrático en el país y la toma de posesión de los Ayuntamientos Democráticos en 1979 con las elecciones libres y democráticas, cuando en realidad se consiguen importantes ayudas para llevar a cabo las distintas fases de la reconstrucción. En el año 1981 se adjudican de nuevo las obras con un presupuesto de 23 millones de pesetas. El Carrer del mes de Diciembre de 1984, escribe que aunque en los últimos siete años se han gastado ochenta millones de pesetas “para los contribuyentes locales sólo ha supuesto dos millones”.
Para terminar de exponer, a grandes rasgos, esta primera fase del proceso de reconstrucción, el 17 de noviembre de 1983 día memorable para Petrer, el Presidente de la Comunidad Valenciana, Joan Lerma, Antonio García Miralles, Presidente de las Cortes Valencianas, Emili Soler, Director de Cultura, Vicente Maestre, Alcalde de Petrer, Corporación en pleno y el pueblo en general, inauguraron oficialmente la reconstrucción de nuestro castillo declarado por el Consejo de Ministros, en este mismo año Monumento Histórico-Artístico.
EN RESUMEN:
Durante muchas décadas el extenso y rico patrimonio histórico y cultural de España estuvo abandonado y a la venta del mejor postor, además, el presupuesto de las administraciones locales o provinciales era tan escaso que era imposible financiar obras de esta naturaleza más si tenemos en cuenta de las carencias que padecía la población en otros ámbitos de la vida. Es bueno recordar para que se conozca la labor de aquellos hombres que miraron de frente su castillo y se esforzaron por verlo renacer de sus viejas y olvidadas ruinas.
En este artículo hemos intentado dar a conocer el importante papel desempeñado en la primera reconstrucción del castillo, por un grupo de entusiastas de la Asociación Local de Amigos de los Castillos, encabezado por D. Luis Vera. Sus sueños se han convertido hoy en realidad y, aunque muchos de ellos, no vieron totalmente reconstruida y vestida de gala su fortaleza, otros se apoyaron en su esfuerzo e hicieron realidad su proyecto. Nuestro total agradecimiento y reconocimiento por ello.
Por otro lado, es evidente que los graves desprendimiento de rocas en el entorno del castillo, durante el mes de febrero de 1980, nos revela que durante siglos, la colina que sustenta el castillo ha sufrido movimientos sísmicos de mayor o menor intensidad. Las ondas expansivas generadas por un terremoto de grado medio, de los muchos que han sucedido en la comarca o en territorios cercanos, afectaron sin duda, la estabilidad de las construcciones elevadas, es posible que cayeran totalmente o en parte como hemos visto con la Torre de Calahorra de Elche. Creemos que la torre más alta de la fortaleza, la torre cuadrada o del homenaje le falta altura. Las crónicas de viajeros como la de Josep Montesinos así lo atestiguan.
Parece evidente, que, durante su reconstrucción no se tuvo en cuenta lo que todavía podemos ver en las fotos de los años cincuenta y sesenta, se trata de un pináculo o resto de mampostería de la torre cuadrada, que sobresale en altura de la cota máxima que hoy vemos en la reconstrucción. Otro argumento que apoya nuestra hipótesis es que la escalera de acceso a la torre estaba construidas por la parte exterior de la misma. Si la función principal del edificio fue controlar el territorio y transmitir través de señales visuales o de otra índole, la existencia de alguna novedad o peligro, no tiene explicación que la torre se construyera con tan poca altura.
Por último, señalar que hacen falta barandillas que faciliten a las personas mayores o a aquellos que padecen alguna dificultad de salud, la subida y el disfrute a las cuevas y a la fortaleza, además de poder gozar de unas vistas sin igual.