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1940-2015: 75 años de revista de Moros y Cristianos de Petrer. Pasen y lean

*Nota: Este artículo es obra de Mari Carmen Rico Navarro y Patricia Navarro Díaz. Se publicó originalmente en la revista de Moros y Cristianos de este año, que en sus 240 páginas recoge artículos y fotografías de gran calidad. Se puso recientemente la venta y desde la publicación recomendamos encarecidamente su adquisición.

foto01 [1]Este artículo pretende ser un pequeño homenaje a todas las personas que han trabajado y continúan trabajando cualquier aspecto relacionado con esta revista y que han puesto toda su ilusión y empeño hasta llegar a lo que es y lo que supone para los festeros en particular y para todo Petrer en general, además de poner en valor una publicación que forma parte de nuestro devenir como pueblo.

Este año la revista de fiestas o el programa, como a muchos popularmente les gusta denominarlo, cumple 75 años de vida. Esta conmemoración se debe a que es a partir de 1940 cuando empieza a contar su numeración. Debemos que tener en cuenta que no es hasta 1962 cuando aparece en el mismo el número 23, partiendo dicha numeración desde el primer programa editado tras la Guerra Civil, aunque es necesario decir que esta publicación periódica es más longeva ya que, como veremos más adelante, el primer programa impreso data de 1928.

Los programas de fiesta son fundamentales por muchos motivos: en primer lugar y principalmente porque nos permiten conocer la evolución y los cambios que se han producido en las mismas. También nos permiten conocer qué cargos han sido más importantes en cada momento de la historia festera y a los protagonistas de la fiesta. Desde hace ya varios años el principal objetivo de esta publicación es ser el resumen de la actividad festera a año vencido, anunciar el programa de actos y los cargos que representarán a las distintas comparsas, y además incluir trabajos de interés para el conocimiento de nuestra fiesta y de nuestra historia.

Aunque ya en el año 1996 publicamos un estudio bastante completo sobre esta revista en la que se incluía la ficha técnica de la misma, han pasado ya casi veinte años desde entonces y el actual consejo de redacción ha creído conveniente con- memorar los 75 números de esta publicación que la Unión de Festejos edita con motivo de la fiesta de Moros y Cristianos en honor a San Bonifacio, Mártir. Los resultados de la investigación y el vaciado de la revista nos permite conocer de una forma clara y concisa una publicación que por aquel entonces contaba con 56 años de historia, si partimos del 1940, número 1 de la revista como ya hemos comentado. En 1996 para analizar esta publicación periódica se realizó una ficha técnica que comprendía tres apartados. El primero fue la descripción que recogía los elementos formales o externos de la revista: la cabecera, la datación y las características técnicas; en segundo lugar, la ficha analítica, que englobaba datos básicos sobre la propiedad, autoría, difusión y orientación; en tercer lugar, se estudiaron los aspectos históricos, su significado y los artículos más destacados, viendo así para qué temas concretos resulta interesante su consulta y constituyendo, de este modo, una bibliografía de los trabajos más importantes que se han publica- do en la dilatada vida de la revista. Al mismo tiempo, el vaciado de artículos facilitaba la labor a los investigadores y curiosos, a quienes interesaba un tema determinado. Por último, la ficha técnica proporcionaba la localización de los fondos existentes, bien del original, bien de las diversas copias microfilmadas. También se publicaron las portadas de todas las revistas impresas que quedaron recopiladas en esta publicación.
foto02 [2]La revista de Moros y Cristianos tiene una larga vida como publicación impresa y, como ya hemos dicho, el primer programa del que tenemos noticia data de 1928; han pasado por lo tanto 87 años desde aquel entonces. Las únicas suspensiones de esta publicación son anteriores a 1940 y corresponden por tanto a la época en la que no contaba la numeración. Se corresponden a los periodos que van de 1930-1933 y 1936-1939, por motivo de la suspensión de las fiestas con la llegada de la Segunda República y durante la Guerra Civil.

Pero aunque el tema que nos ocupa son los 75 números de revista hemos creído conveniente hacer un breve repaso por aquellos primeros programas manuscritos de los que tenemos constancia, que precedieron a los impresos y que son los correspondientes a los años: 1887-1890, 1892, 1896, 1900-1901, 1918-1922 y 1926 y ver así la evolución de la publicación hasta llegar al año 1940. Estos documentos son fundamentales para saber las comparsas que existían en cada momento y conocer cómo se celebraba la fiesta en el último cuarto del siglo XIX y primeras décadas del siglo XX hasta que aparece el primer programa impreso.

Los programas manuscritos

¡Cuánto tiempo transcurrido desde aquellos primeros programas manuscritos de la fiesta de Moros y Cristianos que celebramos en honor a San Bonifacio! Desde aquel primer programa correspondiente a 1887 del que conservamos una fotocopia ha transcurrido más de un siglo, concretamente 128 años, y a través de estos documentos podemos conocer lo esencial de la fiesta.

Los trece programas manuscritos conocidos se han conservado gracias a la labor de búsqueda, recopilación y transcripción realizada por Hipólito Navarro Villaplana. Todos ellos es- tán escritos a pluma, en papel ya ajado por el tiempo y ocupan tres o cuatro páginas sueltas sin ningún dibujo o adorno. Pese a que describen el programa de actos, no parece que se difundieran entre los vecinos, sino que su redacción apunta a un uso de acta de la celebración de las fiestas en honor a San Bonifacio, Mártir y de testimonio de los contenidos de la misma. A partir de 1918 sí que hay dos copias del programa manuscrito, lo que podría indicar que se realizaban algunas copias para dis- tribuir entre determinadas instituciones o vecinos.

Si hacemos un pequeño recorrido y trazamos unas breves pinceladas de estos primeros programas, vemos que “El programa de la fiesta y obsequios religiosos que la villa de Petrel tributa y celebra en el presente año a su patrono San Bonifacio Mártir y que presenta a la aprobación y licencia de las autoridades Civil y Eclesiástica de esta villa” del año 1887 incluye a las comparsas o “congregaciones” de Vizcaínos, Garibaldinos, Moros, Tercios de Flandes y Chusma. Su interés radica en que es el primer programa de fiestas de San Bonifacio y el primer orden de actos que se conserva. Resulta interesante para observar con claridad la evolución de la fiesta si lo comparamos con los programas de 1941 y con los actuales.

En este programa sólo se cita a los capitanes. El santo se baja de la ermita el día 13 después de la entrada y se sube el día siguiente por la mañana después de la misa solemne, prohibiéndose la costumbre de darle vueltas una vez que llega a la ermita. Junto con las dianas que se hacen, y seguirán haciéndose, hasta mediados del siglo XX; el día 13 de mayo, a las siete de la mañana, se realiza la entrada, formando las comparsas en la era que había al final del camino de los Pasos y desfilando por la calle San Vicente, plaza Mercado, calle Mayor, Iglesia, plaza Constitución, Cuatro Esquinas, Portal y Hoyos, terminando en las Cuatro Esquinas de la casa de Juan Soria.

En el programa de 1889 consta, por primera vez, en el día 14 la retreta o pasacalle general a las nueve de la noche, sin faroles, por todas las músicas y comparsas que guardando el orden conveniente recorrerán las calles de la población terminando antes de las diez en la plaza Constitución donde se hará desfile general.

Al año siguiente ya no figura la comparsa Garibaldinos, que se había fundado en 1876, celebrando la fiesta por tanto tres comparsas: Vizcaínos, Tercio de Flandes y Moros, junto a la Chusma. La primera retreta en la que cada comparsa porta su farola data de 1890. Ese año el toque de diana era a las cuatro de la mañana y a las cinco ya se reunían las comparsas para el desfile. En un borrador del programa de fiestas de este año, correspondiente al día 24 de marzo, aparece la primera referencia a la Mahoma, cuya cabeza se explota tras la embajada del día 14. También en este mismo borrador figura, por vez primera, la solemne procesión del santo que recorre las calles Cuatro Esquinas, Portal, Hoyos, San Vicente, Mesón, Salamanca, Mayor, Iglesia y Constitución hasta la iglesia. Se da la circunstancia de que en el programa correspondiente al día 1 de mayo, el cual está firmado por los representantes de las tres comparsas, no constan estos dos actos.

foto03 [3]El programa de 1892 aporta novedades e incluye las bases o condiciones para que se efectúe la fiesta. Son nueve y entre ellas figura la de proveerse cada comparsa de una farola para la retreta, cuyo coste no ha de exceder de 50 ptas.; también se prohíbe la comida pública que se da a los pobres forasteros para evitar escándalos y accidentes. Ésta era una comida que se ofrecía a las dos de la tarde el día 14 de mayo en la plaza de la Constitución con arroz, carne, pan y vino para los indigentes y pedigüeños que venían a las fiestas y que sufragaban los miembros de la Chusma. Aparece por primera vez la figura de jefe de comparsa. Hasta este año se sube el santo a la ermita el día 14 de mayo (tercero de la fiesta) después de la misa mayor, por la mañana. A partir de 1892 se sube el día 15, último de la fiesta, igualmente por la mañana. Se establece que el Domingo de Ramos de cada año deberán reunirse los representantes de las comparsas para tratar de todas las incidencias de la próxima fiesta y dar cuenta a la autoridad de su resultado. También en una nota que figura al final aparece la primera referencia escrita al Día de las Banderas como anuncio de la fiesta de Moros y Cristianos y se indica que el segundo día de Pascua se sacarán las banderas, cuyo acto será el anuncio de la fiesta anual.

Los cargos festeros que figuran en el programa de 1896 son los capitanes de fiesta, abanderados, embajadores y las rodelas, siendo la primera vez que se nombra este cargo en la subida del día 15. Este año vuelve a celebrarse la comida de los pobres ofrecida, según consta a partir de este año, por la Chusma. El día 14 de mayo se instaura la procesión general, que nace como consecuencia de eliminarse la retreta que se celebraba este día y que pasa a hacerse el día 13. Las farolas de Moros y Cristianos se llevan en la procesión y todos los individuos portan su vela. En las observaciones que se incluyen al final del programa destacan que en las entradas y embajadas pueden sacarse todos los caballos que se quiera y que el cargo de embajador, el más importante de la fiesta, no puede desempeñarlo ningún individuo que no tenga los 20 años cumplidos.

En 1900 participan en la fiesta las comparsas Moros, Vizcaínos, Marinos y Tercio de Flandes. En las notas anexas al programa de fiestas se responsabiliza a los jefes de comparsa de “cualquier accidente desagradable que ocurriese por faltar algún individuo a las órdenes dictadas por la autoridad”. También se añade que la Chusma formará detrás de todas las comparsas. Cinco años después, en 1905, se instituye en la historia de nuestra fiesta el cargo de abanderada en la comparsa Moros, siendo la primera abanderada Ramona García, aunque en posteriores programas y hasta 1946 aparece siempre este cargo como abanderado.

Los programas manuscritos, las noticias de la prensa provincial y antiguos manuscritos del Archivo Municipal muestran que se celebró fiesta a Sant Bonifaci en 1901, 1904-1905, 1908,1918-1919, 1926-1930 y 1934-1935. Sin embargo, en las dos primeras décadas de siglo las fiestas estuvieron supeditadas a la escasez económica, las malas cosechas y las broncas festeras. Por esas fechas la prensa alicantina informaba de que las fiestas se habían suspendido por falta de medios o que, si finalmente se habían celebrado, habían resultado deslucidas. Esta escasez hizo incluso desaparecer el programa de fiestas varios años.

En el programa de 1918 se cita por primera vez a la Unión de Labradores y Festejos de San Bonifacio, Mártir, cuyo fin es sostener en todo su vigor las tradicionales fiestas de San Bonifacio, Mártir. También figura en el sello de caucho de la Unión de Festejos de San Bonifacio, Mártir estampado en el mismo. Hemos de tener en cuenta la interrupción que existe, ya que el anterior que conservamos es de 1901. El reglamento, desgraciadamente desaparecido, se referencia por primera vez en este programa. Figura también por primera vez el cargo de alcalde de fiestas, nombrado por la junta directiva, a quien todos los festeros deberán obedecer y respetar. Se cita la distribución de alojamiento de los músicos, tras la entrada de las bandas el día 12 de mayo. Por la noche, durante la retreta, se visita al patrón en la ermita. También se establecen los criterios que se han de seguir para disparar los arcabuces, así como que no podrán ser capitanes los menores de 18 años; que no podrán salir uniformados los menores de 10 años; que para ser abanderado se requiere haber cumplido 14 años, pudiendo ser también una mujer; y que un mismo individuo puede quedarse con la capitanía y con la bandera. Por lo que se refiere a los gastos, todas las comparsas están obligadas a contribuir por partes iguales a los gastos generales de la fiesta. Únicamente pueden tener capitán y abanderada aquellas comparsas que por turno les corresponde la media fiesta. A las comparsas que no tienen la media fiesta se les permite llevar un banderín como señal de comparsa pero no llevarán insignia de abanderado. El orden de las comparsas para llevar la media fiesta es rotativo. El programa de fiestas del año siguiente, 1919, es idéntico al de 1918.

Del primer programa impreso hasta la actualidad

El primer programa impreso del que tenemos conocimiento es de 1928, tiene unas reducidas dimensiones (15 x 10 cm), tan sólo 20 páginas, y se hizo en la Imprenta Belda (Elda). Sabemos que en las fiestas de ese año desfilaron los Artilleros, Marinos, Tercio de Flandes, Moros y Turcos. A partir de este año las bandas de música que participan en la fiesta ya empiezan a figurar en los programas. En 1928 y 1929 no hay publicidad en los programas. En 1930, aunque no se conserva el programa y pensamos que no se realizó, sí tenemos constancia de que se celebraron y desfilaron las comparsas Moros, Tercio de Flandes y Estudiantes. Ese año se conmemoró el III centenario de la Virgen del Remedio en cuyos festejos tomaron parte los Moros y Cristianos.

foto04 [4]En 1940 se incluye el primer texto escrito en un programa, no apareciendo únicamente, como había ocurrido hasta entonces, el orden de festejos y los abundantes anuncios publicitarios que se generalizan a partir del año 1934. La portada del mismo es una copia exacta del de 1935. Es a partir de 1942 cuando ya se empiezan a vislumbrar los cambios y las claves que servirán para confeccionar los de los años venideros. Así aparecen, además del programa oficial de festejos, las primeras fotografías del santo y de las comparsas, además de contar también con las primeras colaboraciones literarias sobre la tradición de la fiesta, con los consabidos tópicos y mucha publicidad.

La publicación de 1942 es la que marca el inicio de la evolución del programa de fiestas que pasa de ser un mero anunciador del orden de festejos a una publicación que busca transformarse en una revista que sea un canto a las fiestas a través de las colaboraciones literarias. Se conserva su pequeño formato, se acerca ya a las 100 páginas e incluye por primera vez fotografías en blanco y negro de vistas de Petrer y fotografías de los cargos festeros del año anterior distribuidos por comparsas. La presencia del régimen se muestra en el monumento de los Caídos que preside el programa con la lista de trece de los muertos de la Guerra Civil y el emblemático saludo de “¡Presentes!”. Este número se sale del escueto programa de festejos, artículos de corte patriótico y otros que cantan a las excelencias de la patria chica, poemas de devoción al patrono, panegíricos en los que el triunvirato de “Fe, patria y religión” estará constantemente presente.

El día 12 de mayo de 1942 por la tarde, después de la entrada de músicas, se realiza la bendición de las nuevas banderas de las comparsas Moros y Caballeros de Flandes. En las notas se nos informa de la recuperación de una costumbre anterior a la guerra: “Durante los días de Fiesta se les suministrará a los acogidos en Auxilio Social comidas extraordinarias”. Junto a la recomendación de engalanar e iluminar las fachadas y balcones de las casas se indica que “las fachadas del Ayuntamiento y edificios oficiales lucirán estos días espléndidas iluminaciones”.

Los antiguos programas se encabezaban con una foto de San Bonifacio y ahora irá seguida por las imágenes del caudillo a las que se añadirán, en ocasiones, el gobernador civil de Alicante, el obispo de Orihuela y el alcalde de Petrer. Algunas revistas incluyen frases “históricas” de Francisco Franco como: “Nuestro Estado ha de ser un Estado católico en lo social y en lo espiritual; porque católica ha sido, es y será la verdadera España”. Francisco Rodríguez, Rafael Duyos, el sacerdote Vicente Hernández Romero, Emigdio Tato, Enrique Amat, Gabriel García Romeu, el párroco Jesús Zaragoza, Libertad Brotons, Juan José Navarro, Juan Madrona y el poeta Paco Mollá fueron los redactores iniciales del programa con colaboraciones literarias desinteresadas aunque centradas en la exaltación de la belleza de las fiestas y carentes de valor histórico. A esta nómina se añadirían en 1946 y, gracias a la mediación del periodista Emigdio Tato Amat, prestigiosas firmas de destacados intelectuales, periodistas y artistas de la capital que aportan breves colaboraciones en las que brilla más el nombre de los colaboradores que la calidad literaria de los textos. Algunos de los que componen la larga lista son: Pilar Millán Astray, escritora; Luis Martínez Kleiser de la Real Academia Española; Vicente Castañeda, conde de Romanones y presidente de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando; Jacinto Guerrero, compositor musical; Manuel Machado; Mariano Benlliure; Guillermo Fernández Shaw, autor dramático; Conrado del Campo, director de la Orquesta Sinfónica; el conde de Casal, académico de la Lengua y el marqués de Lozoya, director general de Bellas Artes.
En el programa de fiestas del año 1946 por primera vez figuran los nombres de las personas que ostentan los cargos festeros. Es a partir de este momento, como ya hemos apuntado, cuando el cargo de abanderado es rectificado por el de abanderada, a pesar de que desde 1905 ocupaban este cargo mujeres jóvenes.

En 1947 junto a la firma de Emigdio Tato aparece la de su hermano, Miguel Tato Amat, periodista y cronista de Elda y consigue recabar trabajos de otros colaboradores ilustres de la capital, entre otros, Mariano Moncó, presidente de la “Casa de los Gatos” de Madrid; Rogelio Pérez Olivares, periodista y autor dramático; Mauricio Legendre, director de la Casa Velázquez de Madrid, y de nuevo la escritora Pilar Millán Astray y el marqués de Lozoya.

En 1949 y en 1950 la confección del programa costó 6.000 ptas. Dos años después, en 1952, el precio por unidad era de 5 ptas. En 1953 aumenta la tirada y se pasa de 800 a 1.000 ejemplares, para volver a los 800 ejemplares al año siguiente. En 1954 se hizo el primer cartel de fiesta, otro elemento más para difundir la misma, también se mejoró el programa tanto en tamaño como en calidad. El coste de un programa de fiestas, en 1960, era de 35 ptas. por unidad, produciéndose un importante aumento respecto a las 5 ptas. que valía nueve años antes. Ese mismo año empieza a publicarse el periódico humorístico “La Chusma”.

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De todos es sabido que Hipólito Navarro fue una figura clave en la fiesta de Moros y Cristianos. Su labor de investigación histórica le llevaron a ser cronista oficial de la villa de Petrer en febrero de 1980, y en febrero de 1995 fue nombrado “Hijo predilecto”. Su afán renovador llegó al programa de Moros y Cristianos en 1960. Para él la revista era el reflejo de un pueblo, de su cultura, y trató de darle un tono más literario y selecto preconizando la publicación de fotografías más espontáneas e incluso en color. El programa de este año lleva color en la portada y en el diseño de las páginas interiores para hacer más atractiva y actual la revista. Al mismo tiempo se incrementa el número de páginas y se amplía el número de colaboradores.

En 1962 se convoca el I Concurso Provincial de Fotografías de Moros y Cristianos de Petrel. Los participantes en las sucesivas convocatorias de este concurso van dejando su huella en las revistas de fiestas, pudiendo conocer sus nombres a través de los sumarios de las mismas. Es en el año 1987 cuando aparecen publicadas en la revista las actas de los premios de honor y el primer premio a doble página. En 1988 se reproducen los tres premios principales y a partir del año 1991 y hasta la fecha se publican también los diez premios de comparsas. En la revista del año 2007 es el último año en que constan los premios de diapositivas. Se incorpora la presentación de las obras en papel para los premios de honor y el archivo digital para los premios de comparsas. Este año, 2015, se celebra la 55 edición del concurso. Hay que resaltar y reconocer la colaboración y el buen entendimiento que ha habido siempre entre el Grup Fotogràfic de Petrer y todas las directivas festeras que han pasado por la Unión durante estos últimos años. La agrupación fotográfica ha participado activamente en la comisión de la revista, confección de audiovisuales con diapositivas y más tarde audiovisuales digitales, así como en la elaboración de las bases, aportando también miles de fotografías que después son protagonistas de las revistas de fiesta. Desde estas líneas deseamos por el bien de nuestra fiesta y de esta publicación que esta sinergia continúe siendo tan fructífera.

Desde 1966 se van introduciendo cada vez más fotografías en color en la revista y diseños innovadores que emplean varias tintas. En los años sesenta habrá algunos artículos evocadores de las antiguas fiestas de Enrique Amat y Juan José Navarro, y una interesante entrevista de Juan Ramón Montesinos a la primera abanderada Ramona García. Pero no será hasta la década de los setenta cuando el deseo de recopilar la historia de las fiestas se haga más explícito.

Se ha modernizado la imagen del programa de fiestas y además la revista será un “escaparate” para las fiestas con sus fotografías y sus artículos literarios de exaltación de su belleza. Es por ello que la labor de anunciar las fiestas se traslada, a partir de 1970, al tríptico o programa de mano con el orden de festejos y algunas fotografías que se reparten como promoción de las fiestas. Desde inicios de los años sesenta se convierte en la crónica de las pasadas fiestas, con un informe y numerosas fotografías, y ahora empieza a tratar de ahondar en las raíces de su propia historia. El punto de partida de la investigación histórica podría marcarse en el programa de 1972, en el que Hipólito Navarro Villaplana entrevista a Francisco Mollá Cortés, Paco el Hereu, para extraer de su recuerdo anécdotas y datos de las fiestas del siglo XIX, y transcribe el programa manuscrito de las fiestas de 1887.

En el periodo comprendido entre 1962 y 1964 está al frente de la publicación Enrique Amat Payá y entre 1970-1973 Evaristo Pla Medina. Hipólito Navarro desde la presidencia de la Unión de Festejos hará un seguimiento de su evolución y contenidos. El día 19 de marzo de 1963 se rindió un homenaje en el local de la Unión de Festejos a los embajadores y a Enrique Amat por su gran dedicación a la revista de fiestas, y se le premió con la primera medalla de plata de la Unión de Festejos.

Desde 1974, y hasta la fecha, se encargará de la coordinación del programa de fiestas la comisión delegada de la Unión de Festejos. En sus objetivos estaba: “ser la expresión fiel de toda nuestra fiesta, reflejando el aspecto pintoresco y el problemático. (…) El punto de mayor interés sería mostrar la manifestación pluricolorista que dice de la belleza de nuestros actos de fiesta. (…) Había una clara y positiva solución: insertar el mayor número posible de fotografías a todo color, dentro de nuestro presupuesto. Y así lo hicimos, incluyendo con las fotografías en blanco y negro, más de treinta a color y tamaño considerable, fenómeno dado por primera vez en esta revista. La otra cuestión, mucho más delicada, era el montaje literario. Queríamos que cualquiera que leyese esta revista tuviese la sensación de aflorar en las cuestiones y problemas que la misma fiesta tiene planteados (…) y quedarán imborrables en este archivo histórico que lo constituyen esta serie de revistas de Moros y Cristianos.” (“Presentación”, Moros y Cristianos. Petrel 1974, p. 14).

Será a partir de 1974 cuando el programa amplía considerablemente sus páginas. A las casi cien de texto se suman 116 páginas dedicadas a la publicidad con anuncios más amplios y una “Guía comercial” de Petrer en sus últimas páginas que cierran el programa y permiten costear la mejora en la calidad de impresión y presentación. La revista adopta un formato tamaño folio y las colaboraciones de los fotógrafos se hacen casi tan valiosas como la de los redactores literarios e históricos. Desde la década de los sesenta hasta la actualidad el programa ha publicado instantáneas de un centenar de fotógrafos aficionados y varios establecimientos profesionales, además de muchas imágenes en blanco y negro extraídas de álbumes familiares y archivos.

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En 1982 se crea la Comisión Artística y el “Editorial” de la revista de fiestas explica y defiende su cometido: “recopilar datos y facetas referentes a la fiesta tanto antiguos como actuales, búsqueda de fotografías antiguas, trajes, adornos, cuadros de pintores, retratos, etc. Todo ello para poder crear en su día un museo festero en el que además de la recopilación de trajes y demás atuendos, puedan exponerse también cuantos documentos antiguos y modernos se recojan referentes a la vida de la fiesta.” (“Editorial”, Moros y Cristianos. Petrel 1982, p. 8.). En la revista se aprecia una evolución muy positiva. “La Revista de Fiestas ha logrado una extraordinaria calidad, si bien cabría mejorar la sección literaria. La aceptación del público es muy buena, pues se reciben cartas de distintos puntos de nuestra geografía solicitando ejemplares.” (“Informe-Crónica de los Festejos de 1982”, Moros y Cristianos. Petrel 1983, p. 48.). Una curiosidad importante de esta publicación es que desde el número 64, correspondiente al año 2003, la imagen del cartel y la portada de la revista se van alternando entre todas las comparsas, siendo la imagen de los mismos las comparsas que han ostentado la media fiesta. Así todas se ven reflejadas de una forma equitativa y rotatoria.

A partir del año 1991 se aprecia un diseño más actual en la publicación y se crea una sección denominada “Entrada” donde aparecen los cargos festeros y filas de cada comparsa junto a las bandas de música y piezas interpretadas durante las entradas. En el programa de 1992 se dice que la fiesta se acerca a los 3.000 comparsistas. La revista está muy cuidada en su presentación y en su fondo. Hay artículos históricos, biografías festeras y se presenta a cada comparsa por bloques fotográficos acompañados de un poema. Se incluyen apartados fotográficos de todas las rodelas, capitanes y abanderadas del año anterior con sus trajes de gala y gran cantidad de fotografías a doble página. También hay una página entera o dos dedicada a las actividades de cada comparsa.

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Como se ha indicado, a principios de los noventa el diseño de la revista empieza a mejorar perceptiblemente, pero es en 1993 y hasta la actualidad cuando su maquetación y distribución de contenidos alcanza su mayor calidad. Una nota significativa es que en 1991 se introduce por primera vez la paginación.

Respecto al nombre o título de la revista éste ha experimentado diversas variaciones. Si hacemos un repaso por las mismas podemos ver cómo se denomina desde 1928 hasta la actualidad: Solemnes Festejos que la Villa de Petrer dedica a su Excelso Patrono el Mártir San Bonifacio… (1928-1929), Fiestas Tradicionales de San Bonifacio (1934), Fiestas de Moros y Cristianos (1935, 1940, 1942, 1949 y 1953), Tradicionales Fiestas de Moros y Cristianos (1941), Moros y Cristianos (1943-1948, 1954-1966 y 1970-1996), Fiestas Hispano-Árabes (1967-1969) y Festes de Sant Bonifaci, Mártir, Moros i Cristians. Petrer, desde 1997 hasta hoy.
En lo referente a la estructura y contenido de la publicación cabe destacar en los primeros números las fotos en blanco y negro de imágenes de las fiestas, festeros y paisajes de Petrer y aspectos destacados de la vida local, predominando el color desde los años setenta hasta la actualidad. Los fotógrafos han sido y continúan siendo una parte esencial de la revista como ya se ha expuesto anteriormente. La revista basa una parte muy importante de su mensaje en las imágenes. En los últimos años incluye una media cercana a las 300 fotografías en cada número. Pero antes de que la fotografía se generalizara fueron los dibujantes los que con sus ilustraciones y grabados daban vida a la revista conviviendo con ésta en varios números. Como muestra tenemos las obras de Helios Villaplana, Vicente Melió, Edu, Gabriel Poveda, Luis, Vicente Montesinos, Carroggio, Solbes, Maciá, Francisco Rodríguez, Ernesto Montesinos, Salvador Martínez, Juan Mira, Blas, Luis Valero, Luis Villaplana, Manuel Baeza y Evaristo Pla.

La revista se ha diseñado, maquetado e impreso en diferentes imprentas. Desde 1992 hasta la actualidad algunos años no coincide la empresa que la diseña y la que la imprime. Nosotras hemos optado en estos casos por reflejar la que realiza el diseño y la maquetación. También las dimensiones y el número de páginas de esta publicación periódica han experimentado cambios a lo largo de su dilatada historia.

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Hasta el año 1945 la mayor parte de la revista es publicidad y a partir del n.º 7 correspondiente al año 1946 están claramente diferenciados y separados publicidad y textos, por lo que aquí sólo contabilizamos las páginas de texto.

Por lo que se refiere a las secciones, el plato fuerte de la publicación son los artículos de trasfondo histórico sobre diversos aspectos de la fiesta y las biografías festeras. A ellas se añaden las secciones habituales que indican las actividades y cargos festeros de cada edición anual de la celebración. En la mayor parte de las ediciones aparecen poesías dedicadas a los cargos festeros y de forma esporádica los apartados “Xiquets i festa” con fotografías de los festeros más pequeños y “La fiesta vista por los niños” a través de redacciones y dibujos. Las secciones habituales se completan con los apartados dedicados exclusivamente a la información de cada comparsa desde las últimas ediciones de los ochenta. En 1992 se incluye un separador por comparsa con fotografía y versos dedicados a cada formación festera y en la edición de 1995 se le dedica un mayor espacio a cada comparsa con una o dos páginas para relatar sus actividades y a aquellas filas que celebran su aniversario. Desde la edición de 1997 se hace coincidir la información de la comparsa con sus actividades, cargos festeros, aniversarios de filas y colaboraciones históricas sobre las mismas.

El gran fuerte de la publicación, como ya hemos apuntado anteriormente, son las imágenes que recoge de la fiesta, de gran calidad estética y cuidada presentación. En ellas se combinan las instantáneas de las fiestas presentes, con las fotografías en blanco y negro antiguas. La lista de colaboradores es inagotable y a ella hay que sumar las fotos de archivo y particulares. Dos datos: la revista de 1997 se ilustra con 233 fotografías y recoge el trabajo de 28 fotógrafos profesionales y aficionados, además de las instantáneas antiguas. El Grup Fotogràfic colabora muy activamente con la comisión de la revista y además se encarga de realizar reportajes de los actos de la Unión y de las fiestas. Se ha dado mimo y difusión al concurso habiendo conseguido superar la cincuentena de participantes. Ello unido a una considerable mejora de la profundidad y calidad de las colaboraciones, y la restricción de la publicidad, la han convertido en una valiosa publicación.

En definitiva, la revista desde hace unos años se caracteriza por la búsqueda de un statu quo entre textos e imágenes. Nuestra revista tiene muchísimas fotografías de cargos, eventos, actos de fiestas, etc. y a la vez, es un libro de historia pasada y actual de la fiesta. Como dato curioso decir que últimamente las fotos de los cargos festeros las aportan ellos mismos. De este modo los protagonistas de la fiesta eligen las imágenes que más les gustan. También desde el 2003 de las fotos a doble página se lleva un registro todos los años, para que en las comparsas no se repitan ni temas ni filas.

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Desde hace unos años la revista se caracteriza por su cuidada uniformidad. Es en 2003, y tras un cambio de directiva en la Unión de Festejos, cuando se produce una renovación muy importante. La revista divide todo el contenido en apartados o secciones, ese año hay ocho apartados y será al año siguiente, 2004, cuando se amplían a diez ya que se incluyen “Sant Bonifaci Màrtir” y “Col•laboradors”. Éstas desde entonces están perfectamente definidas, se repiten año tras año hasta la actualidad y paulatinamente se les va dotando de contenido. Son: Preludi, La festa, De maig a maig, Efemèrides, Sant Bonifaci, Màrtir, Institució, Vers i prosa, Miscel·lània, Ordre de festejos y Col·laboradors.

La revista se inicia con el sumario al que sigue un poema dedicado a San Bonifaci y tras estos preliminares se inician las secciones. “Preludi” recoge los escritos y saludas de la máxima autoridad festera, del alcalde y del párroco de San Bartolomé.

“La festa” incluye entre sus páginas el pregón de fiestas del año anterior y el informe crónica firmado por el cronista oficial de la fiesta que, junto a la memoria anual de festejos que se incluye en el apartado “De maig a maig”, se convierten en un documento fundamental para la historia de la fiesta, dotándolas de amplitud y detalle. Le sigue la entrada-saludo de las bandas de música en el que figura el orden y las bandas oficiales que participan en dicho acto con mención de su director, pieza interpretada y compositor. En el artículo que lleva por título “Pasodoble Petrel“ se incluyen desde 2004 los sentimientos y sensaciones que han experimentado las personas que lo han dirigido, “Ambaixada en valencià” también del año anterior, apertura bando cristiano, orden de entrada cristiana, apertura bando moro, orden de entrada mora, cargos festeros del año anterior, y trajes y filas de nueva confección.

“De maig a maig” recoge la memoria anual de la Unión de Festejos, las actividades de las comparsas, el concurso fotográfico Moros y Cristianos de Petrer y los cargos festeros (embajadores, capitanes, abanderadas y rodelas) que representarán a las diez comparsas. Por último el “In memoriam” recoge los festeros y festeras que faltaron y donde se recuerda su paso por la fiesta.

“Efemèrides” incluye los acontecimientos del entorno festero que celebran aniversarios, tanto desde el punto de vista de la fiesta en general como también de las comparsas y filas. Bajo el epígrafe “Personajes de nuestra fiesta” se da a conocer a los festeros más destacados.

En el año 2004 se incorpora el apartado “Sant Bonifaci, Màrtir” y en él se incluyen trabajos referentes al mismo, promoviendo de este modo que se escriba e investigue sobre el tema. El artífice de este apartado fue Vicente Pina, y gracias a esta iniciativa se han incrementado en buen número los estudios dedicados al santo.

“Institució” recopila las personas que trabajan o han trabajado por la fiesta. En primer lugar los miembros de la junta central directiva de la Unión de Festejos, de la que se incluye fotografía. Le siguen socios de honor, comisionados y una completa información sobre los componentes de las comisiones, compromisarios y juntas directivas de las diez comparsas que integran la fiesta.

Los poemas se incluyen en la sección “Vers i prosa”. La poesía ha sido siempre una constante en la revista, bien con poemas dedicados a San Bonifacio o bien a personas significativas de la fiesta, a los cargos festeros o a cualquier aspecto de la fiesta.

En “Miscel·lània” se publican artículos muy variados como ya indica el nombre de este apartado. Le sigue el “Ordre de festejos” donde desde hace unos años aparece al final del mismo la novena, con los días, horarios, temas y sacerdotes. Cierra la revista “Col·laboradors” donde se recogen los anuncios publicitarios de las empresas que contribuyen a que la publicación sea posible.

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Otra novedad importante se produce en el año 2008 cuando en la revista de fiestas de ese año se incluyó un DVD con la película del 2007.

La publicidad también ha jugado un papel muy importante en esta publicación y ha ido evolucionando. Los programas de 1928 y 1929 son muy escuetos, se limitan al orden de festejos y carecen de publicidad. Desde 1934 hasta 1941 la publicidad se multiplica. Se dedican más de 30 páginas a los anuncios de comercios, fábricas y establecimientos locales y unas 8 o 10 páginas a contar el programa de actos. En 1943 el programa empieza a incluir contenidos literarios mezclados entre un gran número de páginas de publicidad y en 1946 las 38 páginas de anuncios se sitúan al final del programa después de todos los textos y el orden de festejos, quedando claramente diferenciada de las colaboraciones literarias. La publicidad durante estos primeros años de la publicación hace referencia fundamentalmente a las fábricas de calzado, maquinaria y suministros para el calzado, comercios, transportistas, el Sindicato Agrícola y la Caja Rural de Ahorros y Préstamos de Petrel, el Banco Popular de los Previsores del Porvenir, el cabaret Fantasio de Elda, bares y cafés, etc. En 1962 se empieza a incluir el color en esta sección comercial y ocupará un gran volumen de páginas. En los años ochenta se añadirá una “Guía comercial” que se mantendrá en las ediciones de los noventa, reduciéndose en gran medida el volumen de páginas publicitarias. Es partir de 1992 cuando la publicidad se reduce, casi exclusivamente a la guía comercial, ocupando menos volumen. En la actualidad los anuncios suponen una treintena de páginas que incluyen también la guía comercial. Otro aspecto importante dentro de la publicidad es que desde hace ya algunos años la gestiona la propia Unión de Festejos y existe un control exhaustivo para conseguir los anuncios necesarios.

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Respecto a los colaboradores de esta publicación han sido muchos y algunos de ellos muy importantes, pero si tuviéramos que hablar de un colaborador con mayúsculas ese sería Hipólito Navarro Villaplana. La historia de la fiesta de Moros y Cristianos de Petrer se hubiera perdido en su mayoría sin la labor fundamental de Hipólito Navarro Villaplana (1909-1995). Fue él quien desenterró gran parte de la evolución de estos festejos extrayéndola de viejos legajos del archivo municipal e indagando entre los festeros más veteranos. Sus escritos son fundamentales para conocer la fiesta. Los fue elaborando y dando a conocer entre 1960 y 1995. Todos ellos se reunieron en dos libros: La fiesta de Moros y Cristianos de Petrer, publicado en 1983 y 1935-1995. 60 años de historia local, editado póstumamente en 1996 para recopilar todos sus escritos biográficos, etnográficos, históricos, teatrales y poéticos. En 1959 se convirtió en presidente de la Unión de Festejos y empezó a dar forma práctica a sus ideas.
En esta publicación han colaborado personas que son grandes conocedores de la fiesta de Moros y Cristianos, y aunque sería innumerable citar a todas las personalidades del mundo de la fiesta y de la cultura, entre los colaboradores más prolíficos, especialistas en el mundo de la fiesta, destacan: Hipólito Navarro, Enrique Amat, Jesús Zaragoza, Evaristo Pla, Valeriano Poveda, Luis Vera, Paco Máñez, Concepción Navarro, Elías Bernabé Payá, Elías Bernabé Pérez, Juan Poveda, Vicente Poveda, M.ª Carmen Rico y otros festerólogos de fuera de Petrer como Joaquín Barceló, José Luis Mansanet, José María Ferrero Pastor, Miguel Villar y Francisco Vañó Silvestre, entre muchos otros.

Por el interés de sus artículos y por la importancia que tienen para conocer la historia de Petrer, cabe citar a José María Soler, Alberto Navarro, Concepción Navarro, Mikel de Epalza y María Jesús Rubiera, Adrían Espí, Antonio Espinosa Ruiz y José Tormo, entre otros.

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Es importante el hecho de que la revista desde hace ya varios años, al menos desde 1994, “esté editada un mes antes de la fiesta y se haga una presentación acorde con la calidad e importancia de la misma, ya que esto ha propiciado aumentar el prestigio de la propia revista y que llegue con suficiente antelación a sus destinatarios” (El presidente y cargos electos de la Unión de Festejos San Bonifacio, Mártir, “Editorial” p. 4). Los colaboradores de la misma han presentado la publicación en más de una ocasión y las memorias anuales de la fiesta nos indican que en el año 2001 ya se presentó la revista.

La revista la reciben todos los socios de las comparsas y los anunciantes. También se vende en kioscos y librerías. El gran calado local de la fiesta hace que llegue prácticamente a todos los hogares y sea hojeado o leído por la mayoría de petrerenses. Las tiradas han quedado reflejadas en el propio programa.

Respecto al precio, en 1995 es de 1.500 ptas. (9,01 euros) y en 2014 fue de 10 euros. Como vemos se ha producido un importante aumento desde aquellas 5 ptas. (0,03 euros) que costaba en 1952.

El propósito de esta publicación es ser un resumen de la actividad festera con artículos e informes sobre el desarrollo de las pasadas fiestas, el balance anual de las actividades de la Unión de Festejos y de las comparsas, todo ello ilustrado con numeroso material fotográfico. Además anuncia el programa de actos de las fiestas venideras y muestra a los petrerenses que ostentarán los cargos festeros en la edición presente de las fiestas. Su finalidad más profunda es la recuperación de la historia de la fiesta, su evolución y la labor de los personajes festeros destacados. Y entre los muchos valores añadidos que tiene esta publicación es que, aparte de los magníficos trabajos que se han publicado en la misma que recogen la historia de la fiesta y aspectos de la cultura y la historia local, publica y nos permite conocer también los pregones de fiestas. Hasta hace no muchos años era, junto con la revista Festa, uno de los principales canales de publicación de artículos de contenido histórico, circunscribiéndose en la actualidad, principalmente, a la información festera y a la historia de la fiesta.

Las revistas de fiestas editadas por la entidad festera forman parte muy importante del fondo del archivo de la Unión de Festejos y se guardan como fieles testigos del devenir de la fiesta petrerense. No obstante, hay que decir que no se conserva toda la colección ya que faltan las más antiguas correspondientes a las primeras décadas del siglo XX. La información sobre las fiestas de Moros y Cristianos se completa con las publicaciones, en formato de revistas, de las comparsas y las filas, en las que se recopila la historia de éstas con motivo de la celebración de sus aniversarios. Todas estas publicaciones constituyen una aportación fundamental para conocer mejor las fiestas más populares y entrañables de Petrer.

Hasta aquí una breve historia de una revista que, como hemos visto, inició su trayectoria en 1928 siendo un mero programa de actos para las fiestas. Después de la guerra se transformó en una pequeña revista de colaboraciones literarias y fue a partir de los años sesenta y setenta cuando se sumó a la labor de la revista Festa con la publicación de artículos de investigación sobre la historia de Petrer y la propia fiesta de Moros y Cristianos. En la actualidad se ciñe esencialmente a la información festera presente y a la recuperación de la historia festera pasada y sus protagonistas, siendo además de su contenido bibliográfico todo un documento gráfico para conocer la evolución de las fiestas a través de imágenes fotográficas de gran calidad.

Para acabar nos gustaría formular un deseo: ver digitalizados estos 75 números (1940-2015) de la revista de Moros y Cristianos, y por qué no, todos los programas que se conservan de esta valiosa publicación, incluyendo también los programas manuscritos en un sencillo y práctico DVD que facilitara su consulta y las búsquedas. Sería importante para conocer mejor nuestra querida fiesta de Moros y Cristianos y tendríamos que trabajar por conseguirlo. Petrer y su fiesta más emblemática lo merecen.