1940-2015: 75 años de revista de Moros y Cristianos de Petrer. Pasen y lean

En el programa de 1918 se cita por primera vez a la Unión de Labradores y Festejos de San Bonifacio, Mártir, cuyo fin es sostener en todo su vigor las tradicionales fiestas de San Bonifacio, Mártir. También figura en el sello de caucho de la Unión de Festejos de San Bonifacio, Mártir estampado en el mismo. Hemos de tener en cuenta la interrupción que existe, ya que el anterior que conservamos es de 1901. El reglamento, desgraciadamente desaparecido, se referencia por primera vez en este programa. Figura también por primera vez el cargo de alcalde de fiestas, nombrado por la junta directiva, a quien todos los festeros deberán obedecer y respetar. Se cita la distribución de alojamiento de los músicos, tras la entrada de las bandas el día 12 de mayo. Por la noche, durante la retreta, se visita al patrón en la ermita. También se establecen los criterios que se han de seguir para disparar los arcabuces, así como que no podrán ser capitanes los menores de 18 años; que no podrán salir uniformados los menores de 10 años; que para ser abanderado se requiere haber cumplido 14 años, pudiendo ser también una mujer; y que un mismo individuo puede quedarse con la capitanía y con la bandera. Por lo que se refiere a los gastos, todas las comparsas están obligadas a contribuir por partes iguales a los gastos generales de la fiesta. Únicamente pueden tener capitán y abanderada aquellas comparsas que por turno les corresponde la media fiesta. A las comparsas que no tienen la media fiesta se les permite llevar un banderín como señal de comparsa pero no llevarán insignia de abanderado. El orden de las comparsas para llevar la media fiesta es rotativo. El programa de fiestas del año siguiente, 1919, es idéntico al de 1918.

Del primer programa impreso hasta la actualidad

El primer programa impreso del que tenemos conocimiento es de 1928, tiene unas reducidas dimensiones (15 x 10 cm), tan sólo 20 páginas, y se hizo en la Imprenta Belda (Elda). Sabemos que en las fiestas de ese año desfilaron los Artilleros, Marinos, Tercio de Flandes, Moros y Turcos. A partir de este año las bandas de música que participan en la fiesta ya empiezan a figurar en los programas. En 1928 y 1929 no hay publicidad en los programas. En 1930, aunque no se conserva el programa y pensamos que no se realizó, sí tenemos constancia de que se celebraron y desfilaron las comparsas Moros, Tercio de Flandes y Estudiantes. Ese año se conmemoró el III centenario de la Virgen del Remedio en cuyos festejos tomaron parte los Moros y Cristianos.

foto04En 1940 se incluye el primer texto escrito en un programa, no apareciendo únicamente, como había ocurrido hasta entonces, el orden de festejos y los abundantes anuncios publicitarios que se generalizan a partir del año 1934. La portada del mismo es una copia exacta del de 1935. Es a partir de 1942 cuando ya se empiezan a vislumbrar los cambios y las claves que servirán para confeccionar los de los años venideros. Así aparecen, además del programa oficial de festejos, las primeras fotografías del santo y de las comparsas, además de contar también con las primeras colaboraciones literarias sobre la tradición de la fiesta, con los consabidos tópicos y mucha publicidad.

La publicación de 1942 es la que marca el inicio de la evolución del programa de fiestas que pasa de ser un mero anunciador del orden de festejos a una publicación que busca transformarse en una revista que sea un canto a las fiestas a través de las colaboraciones literarias. Se conserva su pequeño formato, se acerca ya a las 100 páginas e incluye por primera vez fotografías en blanco y negro de vistas de Petrer y fotografías de los cargos festeros del año anterior distribuidos por comparsas. La presencia del régimen se muestra en el monumento de los Caídos que preside el programa con la lista de trece de los muertos de la Guerra Civil y el emblemático saludo de “¡Presentes!”. Este número se sale del escueto programa de festejos, artículos de corte patriótico y otros que cantan a las excelencias de la patria chica, poemas de devoción al patrono, panegíricos en los que el triunvirato de “Fe, patria y religión” estará constantemente presente.

El día 12 de mayo de 1942 por la tarde, después de la entrada de músicas, se realiza la bendición de las nuevas banderas de las comparsas Moros y Caballeros de Flandes. En las notas se nos informa de la recuperación de una costumbre anterior a la guerra: “Durante los días de Fiesta se les suministrará a los acogidos en Auxilio Social comidas extraordinarias”. Junto a la recomendación de engalanar e iluminar las fachadas y balcones de las casas se indica que “las fachadas del Ayuntamiento y edificios oficiales lucirán estos días espléndidas iluminaciones”.

Los antiguos programas se encabezaban con una foto de San Bonifacio y ahora irá seguida por las imágenes del caudillo a las que se añadirán, en ocasiones, el gobernador civil de Alicante, el obispo de Orihuela y el alcalde de Petrer. Algunas revistas incluyen frases “históricas” de Francisco Franco como: “Nuestro Estado ha de ser un Estado católico en lo social y en lo espiritual; porque católica ha sido, es y será la verdadera España”. Francisco Rodríguez, Rafael Duyos, el sacerdote Vicente Hernández Romero, Emigdio Tato, Enrique Amat, Gabriel García Romeu, el párroco Jesús Zaragoza, Libertad Brotons, Juan José Navarro, Juan Madrona y el poeta Paco Mollá fueron los redactores iniciales del programa con colaboraciones literarias desinteresadas aunque centradas en la exaltación de la belleza de las fiestas y carentes de valor histórico. A esta nómina se añadirían en 1946 y, gracias a la mediación del periodista Emigdio Tato Amat, prestigiosas firmas de destacados intelectuales, periodistas y artistas de la capital que aportan breves colaboraciones en las que brilla más el nombre de los colaboradores que la calidad literaria de los textos. Algunos de los que componen la larga lista son: Pilar Millán Astray, escritora; Luis Martínez Kleiser de la Real Academia Española; Vicente Castañeda, conde de Romanones y presidente de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando; Jacinto Guerrero, compositor musical; Manuel Machado; Mariano Benlliure; Guillermo Fernández Shaw, autor dramático; Conrado del Campo, director de la Orquesta Sinfónica; el conde de Casal, académico de la Lengua y el marqués de Lozoya, director general de Bellas Artes.
En el programa de fiestas del año 1946 por primera vez figuran los nombres de las personas que ostentan los cargos festeros. Es a partir de este momento, como ya hemos apuntado, cuando el cargo de abanderado es rectificado por el de abanderada, a pesar de que desde 1905 ocupaban este cargo mujeres jóvenes.

En 1947 junto a la firma de Emigdio Tato aparece la de su hermano, Miguel Tato Amat, periodista y cronista de Elda y consigue recabar trabajos de otros colaboradores ilustres de la capital, entre otros, Mariano Moncó, presidente de la “Casa de los Gatos” de Madrid; Rogelio Pérez Olivares, periodista y autor dramático; Mauricio Legendre, director de la Casa Velázquez de Madrid, y de nuevo la escritora Pilar Millán Astray y el marqués de Lozoya.

En 1949 y en 1950 la confección del programa costó 6.000 ptas. Dos años después, en 1952, el precio por unidad era de 5 ptas. En 1953 aumenta la tirada y se pasa de 800 a 1.000 ejemplares, para volver a los 800 ejemplares al año siguiente. En 1954 se hizo el primer cartel de fiesta, otro elemento más para difundir la misma, también se mejoró el programa tanto en tamaño como en calidad. El coste de un programa de fiestas, en 1960, era de 35 ptas. por unidad, produciéndose un importante aumento respecto a las 5 ptas. que valía nueve años antes. Ese mismo año empieza a publicarse el periódico humorístico “La Chusma”.

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De todos es sabido que Hipólito Navarro fue una figura clave en la fiesta de Moros y Cristianos. Su labor de investigación histórica le llevaron a ser cronista oficial de la villa de Petrer en febrero de 1980, y en febrero de 1995 fue nombrado “Hijo predilecto”. Su afán renovador llegó al programa de Moros y Cristianos en 1960. Para él la revista era el reflejo de un pueblo, de su cultura, y trató de darle un tono más literario y selecto preconizando la publicación de fotografías más espontáneas e incluso en color. El programa de este año lleva color en la portada y en el diseño de las páginas interiores para hacer más atractiva y actual la revista. Al mismo tiempo se incrementa el número de páginas y se amplía el número de colaboradores.

En 1962 se convoca el I Concurso Provincial de Fotografías de Moros y Cristianos de Petrel. Los participantes en las sucesivas convocatorias de este concurso van dejando su huella en las revistas de fiestas, pudiendo conocer sus nombres a través de los sumarios de las mismas. Es en el año 1987 cuando aparecen publicadas en la revista las actas de los premios de honor y el primer premio a doble página. En 1988 se reproducen los tres premios principales y a partir del año 1991 y hasta la fecha se publican también los diez premios de comparsas. En la revista del año 2007 es el último año en que constan los premios de diapositivas. Se incorpora la presentación de las obras en papel para los premios de honor y el archivo digital para los premios de comparsas. Este año, 2015, se celebra la 55 edición del concurso. Hay que resaltar y reconocer la colaboración y el buen entendimiento que ha habido siempre entre el Grup Fotogràfic de Petrer y todas las directivas festeras que han pasado por la Unión durante estos últimos años. La agrupación fotográfica ha participado activamente en la comisión de la revista, confección de audiovisuales con diapositivas y más tarde audiovisuales digitales, así como en la elaboración de las bases, aportando también miles de fotografías que después son protagonistas de las revistas de fiesta. Desde estas líneas deseamos por el bien de nuestra fiesta y de esta publicación que esta sinergia continúe siendo tan fructífera.

Desde 1966 se van introduciendo cada vez más fotografías en color en la revista y diseños innovadores que emplean varias tintas. En los años sesenta habrá algunos artículos evocadores de las antiguas fiestas de Enrique Amat y Juan José Navarro, y una interesante entrevista de Juan Ramón Montesinos a la primera abanderada Ramona García. Pero no será hasta la década de los setenta cuando el deseo de recopilar la historia de las fiestas se haga más explícito.

Se ha modernizado la imagen del programa de fiestas y además la revista será un “escaparate” para las fiestas con sus fotografías y sus artículos literarios de exaltación de su belleza. Es por ello que la labor de anunciar las fiestas se traslada, a partir de 1970, al tríptico o programa de mano con el orden de festejos y algunas fotografías que se reparten como promoción de las fiestas. Desde inicios de los años sesenta se convierte en la crónica de las pasadas fiestas, con un informe y numerosas fotografías, y ahora empieza a tratar de ahondar en las raíces de su propia historia. El punto de partida de la investigación histórica podría marcarse en el programa de 1972, en el que Hipólito Navarro Villaplana entrevista a Francisco Mollá Cortés, Paco el Hereu, para extraer de su recuerdo anécdotas y datos de las fiestas del siglo XIX, y transcribe el programa manuscrito de las fiestas de 1887.

En el periodo comprendido entre 1962 y 1964 está al frente de la publicación Enrique Amat Payá y entre 1970-1973 Evaristo Pla Medina. Hipólito Navarro desde la presidencia de la Unión de Festejos hará un seguimiento de su evolución y contenidos. El día 19 de marzo de 1963 se rindió un homenaje en el local de la Unión de Festejos a los embajadores y a Enrique Amat por su gran dedicación a la revista de fiestas, y se le premió con la primera medalla de plata de la Unión de Festejos.

Desde 1974, y hasta la fecha, se encargará de la coordinación del programa de fiestas la comisión delegada de la Unión de Festejos. En sus objetivos estaba: “ser la expresión fiel de toda nuestra fiesta, reflejando el aspecto pintoresco y el problemático. (…) El punto de mayor interés sería mostrar la manifestación pluricolorista que dice de la belleza de nuestros actos de fiesta. (…) Había una clara y positiva solución: insertar el mayor número posible de fotografías a todo color, dentro de nuestro presupuesto. Y así lo hicimos, incluyendo con las fotografías en blanco y negro, más de treinta a color y tamaño considerable, fenómeno dado por primera vez en esta revista. La otra cuestión, mucho más delicada, era el montaje literario. Queríamos que cualquiera que leyese esta revista tuviese la sensación de aflorar en las cuestiones y problemas que la misma fiesta tiene planteados (…) y quedarán imborrables en este archivo histórico que lo constituyen esta serie de revistas de Moros y Cristianos.” (“Presentación”, Moros y Cristianos. Petrel 1974, p. 14).

Será a partir de 1974 cuando el programa amplía considerablemente sus páginas. A las casi cien de texto se suman 116 páginas dedicadas a la publicidad con anuncios más amplios y una “Guía comercial” de Petrer en sus últimas páginas que cierran el programa y permiten costear la mejora en la calidad de impresión y presentación. La revista adopta un formato tamaño folio y las colaboraciones de los fotógrafos se hacen casi tan valiosas como la de los redactores literarios e históricos. Desde la década de los sesenta hasta la actualidad el programa ha publicado instantáneas de un centenar de fotógrafos aficionados y varios establecimientos profesionales, además de muchas imágenes en blanco y negro extraídas de álbumes familiares y archivos.

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En 1982 se crea la Comisión Artística y el “Editorial” de la revista de fiestas explica y defiende su cometido: “recopilar datos y facetas referentes a la fiesta tanto antiguos como actuales, búsqueda de fotografías antiguas, trajes, adornos, cuadros de pintores, retratos, etc. Todo ello para poder crear en su día un museo festero en el que además de la recopilación de trajes y demás atuendos, puedan exponerse también cuantos documentos antiguos y modernos se recojan referentes a la vida de la fiesta.” (“Editorial”, Moros y Cristianos. Petrel 1982, p. 8.). En la revista se aprecia una evolución muy positiva. “La Revista de Fiestas ha logrado una extraordinaria calidad, si bien cabría mejorar la sección literaria. La aceptación del público es muy buena, pues se reciben cartas de distintos puntos de nuestra geografía solicitando ejemplares.” (“Informe-Crónica de los Festejos de 1982”, Moros y Cristianos. Petrel 1983, p. 48.). Una curiosidad importante de esta publicación es que desde el número 64, correspondiente al año 2003, la imagen del cartel y la portada de la revista se van alternando entre todas las comparsas, siendo la imagen de los mismos las comparsas que han ostentado la media fiesta. Así todas se ven reflejadas de una forma equitativa y rotatoria.

A partir del año 1991 se aprecia un diseño más actual en la publicación y se crea una sección denominada “Entrada” donde aparecen los cargos festeros y filas de cada comparsa junto a las bandas de música y piezas interpretadas durante las entradas. En el programa de 1992 se dice que la fiesta se acerca a los 3.000 comparsistas. La revista está muy cuidada en su presentación y en su fondo. Hay artículos históricos, biografías festeras y se presenta a cada comparsa por bloques fotográficos acompañados de un poema. Se incluyen apartados fotográficos de todas las rodelas, capitanes y abanderadas del año anterior con sus trajes de gala y gran cantidad de fotografías a doble página. También hay una página entera o dos dedicada a las actividades de cada comparsa.

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Como se ha indicado, a principios de los noventa el diseño de la revista empieza a mejorar perceptiblemente, pero es en 1993 y hasta la actualidad cuando su maquetación y distribución de contenidos alcanza su mayor calidad. Una nota significativa es que en 1991 se introduce por primera vez la paginación.

Respecto al nombre o título de la revista éste ha experimentado diversas variaciones. Si hacemos un repaso por las mismas podemos ver cómo se denomina desde 1928 hasta la actualidad: Solemnes Festejos que la Villa de Petrer dedica a su Excelso Patrono el Mártir San Bonifacio… (1928-1929), Fiestas Tradicionales de San Bonifacio (1934), Fiestas de Moros y Cristianos (1935, 1940, 1942, 1949 y 1953), Tradicionales Fiestas de Moros y Cristianos (1941), Moros y Cristianos (1943-1948, 1954-1966 y 1970-1996), Fiestas Hispano-Árabes (1967-1969) y Festes de Sant Bonifaci, Mártir, Moros i Cristians. Petrer, desde 1997 hasta hoy.
En lo referente a la estructura y contenido de la publicación cabe destacar en los primeros números las fotos en blanco y negro de imágenes de las fiestas, festeros y paisajes de Petrer y aspectos destacados de la vida local, predominando el color desde los años setenta hasta la actualidad. Los fotógrafos han sido y continúan siendo una parte esencial de la revista como ya se ha expuesto anteriormente. La revista basa una parte muy importante de su mensaje en las imágenes. En los últimos años incluye una media cercana a las 300 fotografías en cada número. Pero antes de que la fotografía se generalizara fueron los dibujantes los que con sus ilustraciones y grabados daban vida a la revista conviviendo con ésta en varios números. Como muestra tenemos las obras de Helios Villaplana, Vicente Melió, Edu, Gabriel Poveda, Luis, Vicente Montesinos, Carroggio, Solbes, Maciá, Francisco Rodríguez, Ernesto Montesinos, Salvador Martínez, Juan Mira, Blas, Luis Valero, Luis Villaplana, Manuel Baeza y Evaristo Pla.

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