El Mundial de fútbol y la roja y la gualda

De Zapatero qué decir, esperar pacientemente a que las frustraciones de sus engañosas y pueriles medidas no provoquen la total y absoluta desaparición de ilusiones en el cuerpo social de España. Pero miren por dónde, disponemos de un buen reconstituyente o anticuerpo para este eminente y referido peligro, los Mundiales de Futbol. Fíjense ustedes en la proliferación de banderas españolas, todo el orbe poniendo la bandera en balcones, mástiles improvisados en sus casas de campo, en sus coches, como adorno de sus vestimentas o de cualquier otro enser personal que se preste a ello. ¿No les parece un fenómeno al menos curioso y un tanto sorprendente ese generalizado y masivo uso de la roja y gualda? Solo partiendo de la fundada credibilidad de ser campeones, el sentir colectivo de los españoles se reafirma, ahora que tan mal nos tratan, y la chispa, el revulsivo han sido los Mundiales de Futbol. Como si el subconsciente de todo el País sintiera una necesidad vital de reconocerse como tal, de gritar al mundo entero “¡soy español!” y le importara un bledo que los voceros de siempre, pocos pero muy gritones, hechos lo que son, snobs trasnochados presumiendo de progres modernistas, les tildasen de “fachas” como siempre hacen. Me pregunto qué lluvia de banderas se provocará si España consigue ser campeona mundial de futbol, los chinos iban a hacer su agosto.

A riesgo de ser subjetivo, creo que en el fondo del asunto esta compleja reacción popular es algo tan simple como el deseo irrefrenable que en momentos especiales de dificultades o de satisfacciones uno tiene de reafirmarse, de sentirse en un todo, de tener fe con los próximos en un objetivo común. Sería de auténtico cachondeo que todo el esfuerzo del Gobierno por desunir y desmoralizar se le viniera abajo por el simple hecho de quedarnos campeones en los Mundiales de Futbol de Sudáfrica.

3 thoughts on “El Mundial de fútbol y la roja y la gualda”

  1. Que bien le ha venido a Vd. eso de la roja, el fútbol, el mundial, etc para:
    a)darle caña a Zapatero (su deporte favorito)
    b)sacar su nacionalismo español más rancio (roja y gualda)
    c)hablar de estupidas ilusiones deportivas.

    Mi ilusión sería que el carota de mi jefe (empresario, diría Vd. siempre sumiso) me garantizara la continuidad en mi trabajo en lugar de comprarse el último BMW del mercado, el más caro, claro: la crisis).
    A mi esta selección no me une a nada ni a nadie («la roja me la trae floja / la gualda, ni me la escalda»). La unión con los otros españoles yo la prefiero con mecanismos fiscales solidarios: que paguen mucho más los que más tienen y más gasto supérfluo generan.

    No sé si cantará el «Cara al Sol» o el «Viva España» cuando gane el mundial , que es mucho decir, pero cante lo que cante solo le deseo que se emocione mucho con esta España de charanga, pandereta y pelota. Ah, y si es del R. Madrid, sepa Vd. que en realidad la roja y gualda es la «blaugrana». Supongo que se habrá dado cuenta.

    Insisto: La roja me la trae floja, sus inflamaciones nacionalistas, también.

  2. A Pedro:
    ¿Por qué su jefe le ha de garantizar la continuidad en el trabajo, quien le garantiza a él los pedidos y las mejores condiciones para producirlos? ¿Quien les ha garantizado esto a los cinco millones de obreros en paro y a más de medio millón de jefes en paro y arruinados? Si lo piensa, verá usted que es bastante franquista en sus razonamientos. Mi ilusión sería que España saliese de esta sima inacabable en la que continua sumergiéndonos el político má zoquete de España desde hace siglos.

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