El sistema electoral del bipartidismo


¿Se ha preguntado alguna vez por qué partidos como UPyD (1.140.242 votos y tan sólo 5 escaños) e Izquierda Unida (1.680.810 votos y 11 escaños), -por citar los dos casos más palmarios-, han obtenido un número igual o menor de escaños que, pongamos por caso, CIU ( 1.014.263 y ¡16 escaños!) , el PNV (323. 517 ¡¡y 5 escaños!!) o los filoetarras de Amaiur (333. 628 votos ¡¡¡y 7 escaños!!!) en las últimas elecciones generales de 2011?

Encontrará la respuesta a tan disparatada distribución tanto en la propia Constitución de 1978 (punto 2 del artículo 68), como en la LOREG (Ley Orgánica 5/1985 del Régimen General Electoral). No es ahora el momento de detenernos en un análisis pormenorizado de ambos documentos legales, pero ya los datos apuntados pueden suscitar algunas reflexiones: la primera que, en un intento por mantener la estabilidad política, según dicen, los responsables de esta ley electoral idearon un sistema de elección que favorece claramente a los dos partidos grandes (esto cada vez se va pareciendo más a la predecible Liga Española de Fútbol, con los dos equipos grandes beneficiados constantemente en forma de millonarios contratos televisivos o interminables secciones de deporte en los noticiarios en la que se termina hablando de los peinados de los jugadores de uno de uno y otro equipo), y a los partidos nacionalistas de ámbito regional a los que les importa poco o nada el Estado del que forman parte. En segundo lugar, el hecho de adoptar la provincia como circunscripción electoral genera situaciones absurdas como que para conseguir escaño en una provincia se requieran 38.000 votos, mientras que en otra se necesiten 130.000. De este modo, no vale lo mismo el voto de un ciudadano de Soria que el de uno de Barcelona o Madrid. Todo ello debido a la traducción de votos en escaños contemplada en la fórmula d’Hont. Así, mientras que el partido Geroa Bai necesitó 42.372 votos para obtener escaño, a UPyD le costó cada uno de sus cinco escaños 227.538 votos. Un sistema en el que la proporcionalidad de representación en el Congreso de los Diputados varía en función de la provincia es a todas luces un sistema injusto.

En este sentido, UPyD propone una reforma de la Ley Electoral vigente en la que el 50% de los diputados sean elegidos por circunscripción provincial y los restantes elegidos en una circunscripción única de carácter nacional; se sustituya la fórmula electoral d’Hont por otra fórmula electoral más proporcional, como la fórmula Hare (básicamente consiste en dividir el número de votos total por el de diputados para, de este modo, determinar el número de votos necesarios para obtener un escaño), o, en fin, en cuanto las herramientas informáticas lo permitan, adoptar el sistema de listas abiertas, de modo que el elector tenga la posibilidad de alterar el orden de los candidatos de la lista.

Todo ello con el objetivo último de lograr una representatividad parlamentaria más ajustada al voto de los ciudadanos. En cualquier caso, desde UPyD invitamos a la lectura, siquiera sea por encima, tanto de la Constitución (artículo 68) como de la LOREG, pues una democracia será más justa y vigorosa cuanto más informados estén los votantes que la integran.

One thought on “El sistema electoral del bipartidismo”

  1. ¿Saben ustedes cuántos años estuvo Rosa Díez detentando el poder gracias a esta ley electoral sin abrir el pico. R: 30, desde 1977 hasta 2007.
    Podría haber dicho algo antes, pero estaba ocupada en Bruselas.
    Así y todo, tienen razón en sus quejas, pero son los últimos en llegar y se quejan, no por justicia, sino porque buscan su beneficio. Como siempre ha hecho Rosa Díez.

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