El Franquismo: Del olvido a la memoria histórica

El próximo 1 de octubre se cumplirán 70 años del final de la Guerra Civil Española, y del inicio de un gobierno fascista que se mantuvo en el poder durante  40 años. Después de ganar la guerra, el régimen franquista lejos de practicar un modelo de reconciliación y perdón, ¿no era Caudillo de España  por la gracia de Dios?,  y  bajo el palio de la Iglesia Católica, el franquismo utilizó las represalias más atroces  y los  asesinatos más crueles, para sembrar por toda España una oscura paz y un terror que inmovilizó al pueblo. Y ciertamente tenían ya mucha experiencia en estas prácticas. Desde la rebelión -alzamiento nacional- habían practicado hechos delictivos como  detenciones, secuestros, asesinatos y torturas, para  acabar con el  sistema y ordenamiento  jurídico legalmente constituido por la 2ª República.

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Todo aquel tiempo de terror, que los franquistas crearon después de la guerra y que se mantuvo vigente durante varias décadas, ha sido condenado por el Consejo de Europa e instaba al gobierno de España a honrar a sus víctimas. La decisión fue tomada gracias a un informe, realizado con el soporte técnico del historiador Paul Preston, donde se detallaban las atrocidades cometidas por el aparato de represión franquista desde 1939 a 1975.

Tras  30 años de democracia, en octubre de 2007 el Parlamento Español aprobó la Ley de Memoria Histórica,  que condena la dictadura del general Francisco Franco y fija y amplía las medidas de reconocimiento a las víctimas de la Guerra Civil (1936-1939), además de ordenar la retirada de los símbolos franquistas que todavía perviven.

La ley fue aprobada por el Congreso de los Diputados, la cámara baja del parlamento, con el rechazo del principal grupo de la oposición, el conservador Partido Popular.

El texto, impulsado por el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, tuvo una dura tramitación al desencadenar una encendida polémica con el Partido Popular, que considera que divide a la sociedad española y es contraria al espíritu conciliador de la Transición.

No obstante su rechazo general, el PP votó hoy a favor de siete preceptos del dictamen, entre ellos el de las ayudas a las víctimas de la guerra civil y el franquismo y el de la despolitización del Valle de los Caídos, el enorme monumento levantado por el general Franco a las afueras de Madrid y en el que reposan los restos mortales de decenas de miles de combatientes de ambos bandos. La esencia del texto es, según la vicepresidenta del gobierno, el reconocimiento y ampliación de derechos de las víctimas de la Guerra Civil y de la posterior dictadura, y negó que suponga violentar el espíritu de concordia de los españoles o que reabra viejas heridas.

Y como muestra para ilustrar esas atrocidades,  la escritora Almudena Grandes escribía en su espacio del País Semanal, “Escalera interior”, un texto desgarrador, pero lleno de lucidez y verdad sobre ese oscuro tiempo. Se titula “Comentario de texto” y contaba tres historias verídicas ocurridas al acabar la guerra civil.

La primera ocurrió en Arucas -Gran Canarias- donde el ejército de Franco “reúne a todos los resistentes y los van tirando vivos uno a uno, en varios pozos secos y profundos. Sobre los últimos cuerpos derraman cal viva, para asegurarse que nadie puede salir. Durante muchos días los vecinos del pueblo, escuchan los lamentos de los enterrados en vida….”. Pero los vecinos y familiares guardaron siempre un  amargo silencio, y continuaron conviviendo día a día con los autores de tan brutal hecho,  como si fueran sordos y mudos.

La segunda sucedió en una aldea de León y cuenta la detención de un padre en su casa, delante de su hija de 11 años. Un soldado antes de marchar se dirige a la niña “que dentro de una hora puedes venir a recoger los zapatos, que están nuevos y que luego no digas que los hemos robado. Una hora después la niña descalza el cadáver de su padre y se lleva los zapatos”.La niña guardó los zapatos en una caja y guardó un amargo silencio y continúo conviviendo día a día con los verdugos de su padre.

La tercera sucedió en Madrid, donde se llevaban a los condenados a muerte al cementerio de madrugada. “Al doblar por una  esquina- hoy se llama Avd. Daroca- los ocupantes del camión que van al cementerio, dejan caer con disimulo una lluvia de papelitos. Todos esos papeles eran adioses para los seres queridos que no volverán a ver ya nunca más. Una mujer con sumo cuidado los coge y aún consciente del peligro, y  tratará de encontrar a los destinatarios”. Y la mujer buscó como pudo a los familiares de los condenados y guardó también un amargo silencio.

Los conceptos claves que se reflejan en las tres historias son por un lado: la crueldad, el odio y la barbarie de los vencedores. Y por otro lado: la desolación y la injusticia que experimentan los descendientes de las personas que mueren en estas tres historias. Esas personas que continuaron viviendo con los verdugos, no piden venganza y han mostrado la dignidad más absoluta, aunque les embargase un gran dolor.

Esas personas como la hija de un sepultado vivo, el nieto de la hija que descalzó el cadáver de su padre y la nieta de la mujer que recogía los papelitos de los adioses, son el testimonio de nuestra memoria histórica, y han contribuido con serenidad y civismo al progreso y a la paz de este país.

Creo sinceramente que, estas tres historias deberían leerse y hacer el comentario de texto pertinente,  en los Institutos y  en las Universidades españolas, para que los jóvenes conozcan su historia más próxima, para que reflexionen sobre la actitud de  los vencedores y  la de  un pueblo,  sumido en el terror. Para conocer mejor las consecuencias devastadoras de una guerra: Muerte, hambre y represión. Y los mecanismos que aún hoy, pueden provocarlas. Aunque parezca contradictorio, hablar de las guerras, de cómo se producen y  quienes las sustentan es  hacer educación para la paz y la no violencia.

5 thoughts on “El Franquismo: Del olvido a la memoria histórica”

  1. yLa memoria nunca envejece.Siempre quedan en los rincones de nuestro cerebro los amargos relatos de aquellos que tanto sufrieron.Imagino cada añochecer en los hogares de los represaliados…sus silencios,sus temores….imagino el arranque de un nuevo amanecer, solos, frios, cabizbajos, vacios…y de repente, la burla, la incomprensión de sus delatores, de sus torturadores. Solo el justo deseo de supervivencia les mantuvo aferrados a su tierra y a su dignidad.Por eso Carmen, como bién dices, que nuestros colegios lo enseñen desde el más absoluto respeto a aquellos que procuraron con la perdida de su propia vida, la llegada de aires de liberdad y de concordia.Un abrazo sincero.

  2. Carmen, disculpa por la apreciación, olvidé decirlo en mi anterior escrito. Creo que el 1 de Abril del 39 se produjo el final de la Guerra Civil española, y que el 1 de Octubre es la fecha que en el año 1936 se proclama a Franco como «jefe de estado» en la ciudad de Burgos. UN SALUDO.

  3. Los malos siempre son los que ganan evidentemente, los buenos los que pierden,estos tambien tienen cosas que esconder,si cometemos el error de criminalizar a unos y endiosar a otros, quizas abriremos simas tan grandes que seran imposibles de reparar, el pasado pasado esta y no transmitamos historias que generen más odio.

  4. En primer lugar, gracias por vuestros comentarios y puntualizaciones.En segundo lugar comentarle a jl, que lejos de mi intención provocar odio, más bien todo lo contrario, pero la historia más que nos pese, guarda estas y otras historias de odio y venganza, de quienes ganaron la guerra con la ayuda de personajes tan siniestros como Hitler. El pasado pasado es, pero es bueno saber que pasó. Desde estas líneas quiero agradecer el trabajo de la Asc para la Recuperación de la Memoria Histórica, pues con su constancia y tesón, hemos podido conocer mejor ese triste capítulo de nuestra historia. Saludos

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