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De escraches, criminalizaciones y cortinas de humo

Una semana antes de Pascua, la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, inició su nueva acción de información a nivel estatal para recordar, a los diputados que van a votar en contra de la  ILP por la dación en pago, la moratoria de los desahucios y el alquiler social, avalada por más 1.400.000 firmas, que existe una emergencia habitacional y un drama social que afecta a miles de personas en el estado español.

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El escrache es una acción de denuncia y desobediencia civil pacífica en la que se interpela al diputado para que conozca de primera mano la situación de las familias afectadas.  La verdad es que estas familias llevan tiempo sufriendo no sólo la presión y el acoso sistemático por parte del banco, con llamadas telefónicas y correos constantes a la persona, los familiares y !hasta a vecinos!, de insultos y amenazas como por ejemplo «si no pagas no tenemos más remedio que elevarlo a la central y ya no habrá vuelta atrás».  También y sobre todo, son víctimas de una gran violencia psicológica provocada por el acto de verse privadas de un bien de primera necesidad. Esta cruda realidad que echa por tierra todo un proyecto de vida y que puede relegarles a la marginalidad y a la exclusión social, genera un sentimiento de inseguridad permanente, culpabilidad, vergüenza y fracaso que puede tener irreversibles consecuencias físicas y psicológicas a nivel personal y colectivo. Como aseguran algunos profesionales en salud mental, el sufrir esta forma de violencia puede ocasionar cuadros muy graves de ansiedad y depresión que afectan severamente a la salud de la persona que lo padece influyendo en las relaciones familiares y sociales de la víctima. Puede llevar asociada también prácticas no saludables como la dependencia de ansiolíticos y depresivos y otros fármacos, o alcoholismo, tabaquismo o al consumo de otros estupefacientes que disminuye aún más la calidad de vida. La expresión más extrema de este proceso de degradación personal puede llegar a ser el suicido. Pero no sólo hay una violencia psicológica, también se viven experiencias traumáticas de violencia física, o ¿no es violencia física un desalojo forzoso ejecutado por las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado en un lanzamiento hipotecario? La evidencia es demasiado grande para ocultarla.

¿El escrache una acción violenta? ¡Venga va!, un poco de respeto por favor. No es la primera vez que el gobierno utiliza estas estrategias en un burdo intento de estigmatizar y criminalizar a un movimiento social para reducir su apoyo popular. Difamando y mintiendo y utilizando la coacción y violencia, como las identificaciones masivas, consideradas por el propio Sindicato de la Policía como una «barbaridad», para conseguir sus objetivos. Tampoco es casualidad que se lance esta campaña de acoso y derribo al mismo tiempo que se hacen públicas las enmiendas del PP a la ILP, que desvirtúan el contenido de la misma. Ya sabemos que su objetivo es crear una cortina de humo para desviar la atención del problema principal: que el gobierno del Partido Popular no quiere solucionar el drama de miles de familias porque, al contrario de lo que nos han vendido durante más de 30 años,  no es un partido político que defiende a todos los ciudadanos sino una casta de políticos profesionales corruptibles que legislan a espaldas a la mayoría y a favor de una minoritaria élite financiera y empresarial.

Pero para mí, este patético intento de deslegitimad social ha fracasado, pues la PAH  mantiene una lucha ejemplar e intachable y no sólo ha servido para señalar un problema y ofrecer una solución desde la ciudadanía, también ha servido y está sirviendo para dignificar a las personas afectadas. Para, con la solidaridad, el compañerismo y la empatía, y la autorganización, pasar de ciudadanas de segunda y víctimas de una injusta e ilegal (según la sentencia del tribunal europeo de justica) ley hipotecaria, a ser actores conscientes de su valor  y sus capacidades, protagonistas críticas de su propio realidad, en un proceso de empoderamiento individual y colectivo. Esta es su carta presentación.

Sergi Cremades ( miembro de la PAH Elda/Petrer)