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Un grupo de estudiantes se encerró anoche en la biblioteca Poeta Enrique Amat

Cerca de una treintena de estudiantes se encerraron anoche en la biblioteca municipal de Petrer Poeta Enrique Amat para exigir al consistorio una ampliación del horario de espacios públicos culturales y educativos así como una sala de estudio abierta las 24 horas en el valle. El encierro comenzó a las nueve de la noche,  cuando los manifestantes colocaron una cadena con candado en la puerta de la biblioteca impidiendo salir a los dos trabajadores, y finalizó dos horas después con el compromiso de los concejales de Gobernación y de Cultura, Óscar Payá y José Miguel Payá, de celebrar una reunión en breve para atender las reclamaciones. Hasta el lugar se desplazaron un buen número de agentes de policía local y nacional, una dotación de bomberos -que acabaron solidarizándose con los estudiantes-, y otras treinta personas que apoyaron la protesta con su presencia en el exterior.La acción se enmarca en la semana de lucha y huelga educativa celebrada en todo el país.

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Los estudiantes que participaron en el encierro, organizados bajo el Ateneo Libertario Valle del Vinalopó, Front Estudiantil de les Comarques del Sud y Vinalopó Antifeixista, indicaron en su manifiesto la intención de ocupar de forma no violenta la sala de la biblioteca con una noche de estudio para solicitar un libre acceso a los centros públicos educativos «y poder aprovechar sus infraestructuras y recursos, recordemos públicos», decían: «Nos consta que en el contexto actual no sólo no se han cuestionado unos derechos que nunca hemos dispuesto, sino que, además, se han empeorado como consecuencia de una crisis estructural del sistema que no hemos provocado (ejemplo de ello, son los días de este verano en los que la biblioteca ha permanecido cerrada). Tampoco queremos que nuestra exigencia provoque un retraso social en la jornadas laborales de las personas que trabajan aquí», señalaban, dejando patente su intención de emprender una acción pacífica motivada por el lema «La cultura nunca duerme».

A pesar del propósito de los estudiantes de quedarse encerrados toda la noche, finalmente la acción de protesta se disolvió dos horas después. Un breve pero intenso encierro al que se desplazaron un amplio número agentes de policía local- avisados desde la propia biblioteca-, acompañados por el jefe de policía local, el jefe del grupo de policía nacional y otros agentes nacionales que llegaron más tarde así como una dotación de bomberos, que se negó a cortar la cadena de la puerta, mostrando su solidaridad con los encerrados. Desde el consistorio acudieron el concejal de Gobernación, Óscar Payá, y el edil de Cultura, José Miguel Payá, que acabaron reuniéndose con los manifestantes logrando un acuerdo que puso punto y final al encierro. En unas declaraciones posteriores a la negociación, el responsable de Cultura se comprometió públicamente a celebrar una reunión para atender las peticiones de los estudiantes aunque advertía de que algunas eran «asumibles», como la ampliación de los horarios de los centros educativos y culturales,  pero otras no «porque abrir la biblioteca 24 horas supone un gasto elevado y también está por ver que haya usuarios para esas 24 horas». «Pero son cuestiones que se pueden negociar, como buscar una sala de estudios para época de exámenes». Payá recordó además que el ayuntamiento había atendido ya algunas quejas de los usuarios, como la apertura de una biblioteca en julio y otra en agosto por la mañana y por la tarde.

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Los agentes de policía local fueron los primeros en acudir al encierro.

 

Por su parte, el edil de Gobernación explicó el amplio despliegue policial de la noche ante el asombro de los allí concentrados: «Los usuarios se han cerrado en la biblioteca infligiendo el horario de la misma, por tanto la policía local y nacional ha tenido que acudir al centro para respetar el horario del mismo como manda cualquier instalación municipal. Hay que tener en cuenta que a partir de las diez cambian el turno y se han juntado el de la tarde y el de la mañana». Óscar Payá también anunció que los manifestantes no iban a ser sancionados por tratarse de un encierro pacífico: «No habrá ningún tipo de sanción por alteración del orden público. He hablado con el señor alcalde y eso es lo que ha decidido con el subdelegado del gobierno».

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El concejal de Cultura y el edil de Gobernación comparecieron ante los medios tras la negociación con los estudiantes.

Los organizadores del encierro, agradecieron el apoyo mostrado tanto a las personas que participaron en la ocupación como a los que se concentraron fuera y a los bomberos- «que se han solidarizado», señalaban-  y explicaron que disolvían la protesta al verse atendidas sus reivindicaciones y a la espera de esa reunión prometida desde el consistorio de Petrer.

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Un grupo de personas apoyó el encierro a las puertas de la biblioteca.

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