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El dispositivo de búsqueda movilizado en L’Avaiol encuentra a una menor desaparecida durante cinco horas

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El albergue adaptado de la Diputación de Alicante en el valle de L’Avaiol es usado por asociaciones de discapacitados de toda la provincia,

Una nutrida representación de la Asociación Ilicitana de Trastorno del Espectro Autista y de Lenguaje (Aiteal) pasaba ayer sábado un día de disfrute y vida en el campo en el privilegiado rincón del valle de L’Avaiol, donde la Diputación de Alicante dispone de un albergue totalmente adaptado, cuando la jornada, poco después del mediodía, se tornó dramática: se había perdido una niña de cinco años con autismo. La pequeña, que disfrutaba del día bajo el cuidado de padres y cuidadores, había sido vista por última vez a la una de la tarde jugando con otros niños, y tras dos horas de búsqueda infructuosa, los monitores avisaron a emergencias de la situación y se activó el protocolo de búsqueda por parte de las autoridades.

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La pequeña jugaba en el paseo adaptado junto al albergue de L’Avaiol, de más de un kilómetro, cuando, a mediodía, padres y monitores se percataron de su ausencia.

Así, decenas de efectivos de la policía, policía judicial, los bomberos, Cruz Roja y Protección Civil, acompañados por un helicóptero y una unidad de rastreo canino, se dedicaron desde las tres de la tarde a la búsqueda de la pequeña: morena, con camisa rosa y pantalón negro. Todos intentaban divisarla, también miembros de la asociación de Amigos del Valle de L’Avaiol y Centro Excursionista de Petrer que estuvieron colaborando en labores de búsqueda, así como todos los vecinos de Caprala, L’Avaiol y decenas venidos de Petrer y Elda que querían aportar su granito de arena.

Helicóptero en labores de búsqueda

En la zona donde se buscaba a la pequeña no hay ni pozos ni barrancos o cortados peligrosos, pero caía la noche y todavía no había aparecido. Profesionales y voluntarios se equipaban para una búsqueda nocturna cuando, casi a las nueve de la noche, se conocía la buena noticia: Blanca, que así se llama la niña, estaba sana y salva. La había encontrado una vecina de Caprala: estaba en un bancal, en perfecto estado, a poco más de dos kilómetros del albergue, bajo la Casa de la Esperanza en Caprala. Poco después, madre e hija se fundían en un abrazo con el aplauso emocionado de todos los presentes; tras cinco horas de angustia todo había acabado bien.

*Fe de erratas: En la primera versión de este artículo habíamos identificado mal a la persona que finalmente encontró a la pequeña.