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Los vecinos de la ladera norte del castillo pasan al ataque

A finales de julio del año pasado, el desplome de varias casas-cueva en la ladera norte del castillo de Petrer abrió un problema urbanístico y social [1]cuyo futuro hoy, nueve meses después, sigue siendo incierto. Tras un primer examen de la situación por los técnicos de urbanismo, varias viviendas fueron clausuradas por peligro de derrumbe y el Ayuntamiento ofreció a las familias que allí vivían un plan de realojamiento , en principio de seis meses, a la que se acogieron varias de ellas.

Desde el Ayuntamiento siempre se ha defendido que no hay ninguna conexión entre las obras de remodelación de la zona con los desplomes sufridos, pero la última palabra sobre ello lo tiene el estudio encargado a la Universidad de Alicante donde deben determinarse las causas de los derrumbes y la posibilidad o no de que esas casas, y otras afectadas, pueden volver a habitarse o, por razones de seguridad, deban ser definitivamente desalojadas y clausuradas. A la espera de ese informe, los ánimos se han caldeado entre los vecinos afectado, que ya denunciaron la falta de sensibilidad del alcalde en esta cuestión [2], y que ahora han editado unos folletos que ya han distribuido en decenas de comercios locales donde denuncian la política urbanística que se siguió en las obras,  donde “se cometieron terribles errores que nos han llevado a esta situación”.

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Portada del folleto distribuido en docenas de comercios locales.

Así, este folleto, titulado “Las fotos que no aparecen en el programa electoral del Partido Popular”, y firmado escuetamente por los “vecinos de la ladera norte del castillo”, se hace un repaso, desde su punto de vista, de las razones que les han llevado a esta situación, para ellos “debido sin ninguna duda a las obras del Plan E que se pusieron en marcha en el pasado mes de mayo”. Además,  el folleto recoge sus exigencias: no al desalojo, sustitución del adoquinado y eliminación de todo riego por goteo. “Las obras debían eliminar humedades y filtraciones y han conseguido todo lo contrario”, se puede leer.

Acompañado de abundante material gráfico, el folleto y sus comentarios no tienen desperdicio, así que lo reproducimos íntegramente:

«Las fotos que no aparecen en el programa electoral del Partido Popular

Los vecinos de la ladera norte del castillo estamos convencidos de que las obras de remodelación que puso en marcha el Ayuntamiento en mayo del 2009 no se hubieran realizado de no ser por las subvenciones millonarios del gobierno de España en el llamado “Plan E”. A Petrer le correspondieron 6 millones de euros, que el Ayuntamiento gobernado por el PP tenía que gastar como fuese, ya que dichas subvenciones estaban sujetas a unos plazos determinados (18 meses) para poder optar a ellas.

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"Así quedó nuestro barrio cuando acabó la remodelación", reza el folleto.

Uno de los objetivos de dichas obras era eliminar humedades y filtraciones. Estos objetivos no solo no se han cumplido, sino que se han agravado como puede comprobar cualquiera que dé un paseo por la zona.

La escalinata que unía Travesía San Hermenegildo se derrumbó debido al exceso de peso y a que la apoyaron sobre una vivienda cueva afectada por una fuga de agua de la red. ¿Solución de urbanismo? Desalojar al vecino y enterrar la escalera derrumbada dentro de su vivienda.

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Las viviendas-cueva de la calle Travesía San Hermenegildo quedaron afectadas de filtraciones y derrumbes debido a las profundas zanjas, la maquinaria pesada utilizada en las obras y el adoquinado de la calle superior, Casas del Castillo. ¿Solución? Tapiarlas y dictar orden de desalojo y ruina, que también afecta a más de veinte viviendas.

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La hierba que crece entre los adoquines pone en evidencia la ineficacia de estos para evitar las filtraciones del agua de lluvia que cae directamente en las viviendas de abajo. Además incrementan un sobrepeso en la ladera de más de 400 toneladas. Como dato, cada adoquín pesa 7’5 kilos.

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La calle Casas del Castillo ha quedado cortada con vallas desde hace tres meses, lo que supone una gran molestia a los vecinos, a quienes por otra parte nadie ha dado explicaciones de ningún tipo.

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En lugar de evitar filtraciones y humedades se instalan jardineras y riego de goteo por todas partes, que no hacen más que acumular agua y afectar así a las viviendas y cuevas colindantes.

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La explanada del castillo no dispone de recogida de aguas de lluvia, lo que bien podía estar afectando a las viviendas de la cara Sur-La Hoya.

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"En más de cien años que lleva habitada esta zona nunca se han producido problemas tan graves como estos".

Ha sido a raíz de las actuaciones de los distintos equipos de gobierno municipal que, con el único afán de reconstruir el castillo como reclamo turístico y haciendo caso omiso a las características geológicas de la zona han provocado la inestabilidad de la misma. Esto último ha sido la gota que ha colmado el vaso.

El departamento de urbanismo, con el visto bueno del alcalde, puso en marcha unas obras que carecían de estudios geotécnicos y recomendaciones específicas; imprescindibles al tratarse de una zona compuesta por arcillas y por lo tanto muy sensible a las filtraciones de agua.

Las empresas que contrataron para estas obras dejaron bien patente su falta de profesionalidad para actuar en una zona de estas características, se utilizó maquinaria inadecuada, como retroexcavadoras, apisonadoras de gran tamaño, martillos neumáticos y camiones de gran tonelaje. No tenían ningún conocimiento de la existencia de cuevas justo debajo de donde estaban actuando.

No sirvieron de nada las recomendaciones hechas por un miembro de la Universidad de Alicante, Doctor en Geología, que ya en 1980 elaboró un informe a petición del equipo de gobierno de entonces y en el que destacaba como principales medidas a tomar, para impedir el deterioro de las laderas del castillo, evitar al máximo las filtraciones de agua y no añadir sobrepeso.

Nuestras exigencias:

-Que se aporten soluciones encaminadas a restablecer la habitabilidad de las laderas del castillo. No al desalojo.

-Eliminar el agua que sigue fluyendo en el interior de las viviendas-cueva de la calle Travesía de San Hermenegildo.

-Sustituir el adoquinado por otros materiales menos pesados y que sean impermeables.

-Eliminar todo riego por goteo y las jardineras. El castillo sin vegetación de regadío ha sido sostenible a lo largo del tiempo y habitado por más de cincuenta años.

Reivindicamos nuestro derecho a seguir viviendo donde habitaron nuestros antepasados.»