Apenas pasaban unos minutos de las seis de la tarde cuando una compacta masa de nubes ha oscurecido el sol. Se han sucedido los primeros truenos y relámpagos y rápidamente ha descargado con furia toda el agua que llevaba dentro. Media hora de intensa lluvia que ha finalizado, cuando el cielo ya se abría, en un rampante órdago de granizo que durante unos cinco minutos ha atronado la ciudad. Con un tamaño como de una canica, las terrazas, los balcones y los coches se han quedado como nevados. El epílogo ha sido un bello arco iris.

Cuando parecía que dejábamos atrás los duros meses invernales, esta semana ha vuelto a venir el frío y el mal tiempo, incluso ha precedido otra granizada a la presente, aunque bastante menos llamativa. Para la ciudad, en unos días, vienen días muy señalados con las Fiestas de Moros y Cristianos; ¿qué tiempo tendremos? El lunes, el meteorólogo Lluís Francés nos dará su predicción.