El crecimiento de Petrer

El desarrollo urbano de Petrer ha tenido de forma característica un vector de crecimiento muy claro, a partir de su castillo, el valle, situado al noreste de éste. La ciudad se fue desarrollando en las laderas del castillo hacia el sur, hasta que el impulso y desarrollo de la ciudad de Elda que tensionó los crecimientos de ambos municipios hasta su fusión, empezando por el Barrio de la Frontera.

El oeste estaba imposibilitado por ese crecimiento natural y a partir de los años 80, por el corte que produjo la autovía A31 por detrás del castillo.

De esta situación, el norte había sido la asignatura pendiente de nuestro crecimiento, este ámbito tenía los límites claros, la rambla y la antigua carretera nacional y los Barrios de San Rafael y El Guriney, se trataba de un espacio impropio, no ordenado, hasta que las Normas Subsidiarias de 1985 de García-Bellido y el Plan General de 1998 fundamentalmente, marcarían de forma contundente la forma de acabar la ciudad por el norte, en donde que había que hacer participe a la rambla del desarrollo urbano.

Imagen antigua de la cara norte de Petrer, visiblemente desurbanizada
Imagen antigua de la cara norte de Petrer a la altura de San Jerónimo, visiblemente desurbanizada
Perspectiva aérea de la vertiente norte de Petrer, con el instituto La Canal y parte del Barrio San Jerónumo sin construir. Pese a ello ya se observa un crecimiento en dirección norte
Perspectiva aérea de la vertiente norte de Petrer, con el instituto La Canal y parte del Barrio San Jerónumo sin construir. Pese a ello ya se observa un crecimiento en dirección norte

Este fenómeno se inicio con San Jerónimo, se completo con el Plan Parcial “La Canal” y con LUVI, sin olvidar las actuaciones puntuales de CARREFOUR, Bassa del Moro, Pasarela de San Rafael y P.P. “El Guirney”.

Barrio San Jerónimo en la actualidad
Barrio San Jerónimo en la actualidad

Pero la asignatura no estaba aprobada. Son dos actuaciones viarias, otra vez la comunicación es la que articula los espacios, la que pone broche final a ese remate tan necesario de la zona norte.

Una la calle Almería que se enlaza con el termino municipal de Elda, y que deja de ser un fondo de saco, y otra, la conexión entre el Barrio de la Hoya y la calle La Huerta.

La primera una pequeña actuación pero importante en la forma de articulación que se produce y la otra de mayor complejidad y calado por diversos motivos.

Estos motivos los debemos enumerar:

a) La continuidad de dos partes de la ciudad, el Barrio de la Hoya y el Casco antiguo que acababan en fondo de saco y que ahora adquieren una nueva dimensión: están conectados dos elementos que eran el final y ahora son principio.

b) La puesta en valor de un nuevo espacio la zona verde de la calle Norte y que remata el parque lineal de la Rambla de los Molinos que sirve para enlazar, desde el Colegio de Rambla dels Molins con el casco antiguo y Carrefour.

c) La nueva toma de conciencia ciudadana con la existencia de un nuevo espacio y de una nueva fachada, la fachada norte a la nueva zona verde, magníficamente conseguida con un proyecto de integración paisajística que sirve para entender la relación entre el casco y el nuevo espacio creado.

El verdadero valor, lo es en la conjunción de estos tres motivos, pero sin lugar a dudas, lo es más en la forma de entender la ciudad, en donde no sólo importa el viario, la zona verde sino las fachadas que completan y conforman el escenario urbano.

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