En estos días de calor extenuante, algunos niños y jóvenes acuden al lago del parque 9 de Octubre a darse un baño, y se está convirtiendo en un hecho recurrente. El parte policial del fin de semana recoge varias llamadas, a diferentes horas, del vigilante del parque, incapaz en muchas ocasiones de impedir el baño de los infantes. El pasado viernes, por ejemplo, se bañaron tres o cuatro veces a lo largo del día, y no siendo la primera vez, la policía local ha decidió tomar cartas en el asunto e incluir el lago en las habituales rondas de vigilancia de los agentes. De hecho, el sábado pasado, y en la primera de estas rondas, la policía pasó por la tarde y se encontraron «con dos jóvenes en el lago que se marcharon corriendo del lugar».
Es también una constante, estos días, que la policía acuda a las piscinas municipales a última hora de la tarde «porque hay gente que se resiste a marcharse tras el cierre». Más alarmante son los hechos que ocurrieron la madrugada del viernes en el lugar, donde el 112 avisa de «unos siete u ocho jóvenes que han saltado la valla de la piscina, con la sospecha de que van a destrozarlo todo». Personados la policía local y nacional, «se realiza una inspección sin que se observe a nadie. Resulta que con ocasión del evento deportivo que tendrá lugar mañana por la mañana, hay un responsable que está vigilando el material deportivo a utilizar en dicho evento, y manifiesta, respecto a los jóvenes de referencia, que la cosa se ha quedado en el intento».
La madrugada del sábado fue peor en las piscinas, porque se detectó jóvenes bañándose en las piscinas, y que además «están tirando objetos al agua», según advertía la llamada de una vecina. Los menores que estaban en las piscinas a esas horas son interceptados e identificados por los agentes locales, que observan los siguientes daños en la piscina: «2 bancos y un contenedor de basura hundidos en el fondo». Se instruyó denuncias por actos vandálicos y se entregaron los menores a sus respectivos padres.