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El pasado jueves 1 de mayo sucedía un hecho insólito en la policía local de Petrer: el 80% de sus miembros –seis de los ocho del turno ordinario para la fecha- se encontraban indispuestos, por razones médicas, para acudir a trabajar. Ese mismo día, el consistorio local respondía con otro gesto para la historia: el alcalde, Pascual Díaz, acompañado por el concejal de sanidad, Francisco Ponce y el intendente jefe, Antonio Amorós, visitaban personalmente, de puerta en puerta, a todos estos agentes que no se encontraban en condiciones de acudir a su puesto de trabajo. Preguntado por este hecho desde la publicación, Francisco Ponce ha declarado que “la intención de la visita era interesarnos por la salud de los trabajadores”, pero ha añadido que “cuando en esa proporción, de un día a para otro, la gente se pone de baja algo huele a chamusquina”. Francisco José Rubio, delegado sindical del SEP (Sindicato de Empleados Públicos), que agrupa al 60% de la plantilla policial, y uno de los agentes que aquel día no acudió a trabajar, confiesa que se llevó “una gran sorpresa”, cuando, en pijama, recibió la visita de las autoridades locales y que le consta que “fueron muchos los compañeros” que vivieron “situaciones incómodas” ante esa aparición no esperada al otro lado de la puerta.
Lo vivido el primero de mayo sólo ha sido una muesca más en las difíciles relaciones que han entablado la policía local y el ayuntamiento. Francisco José Rubio, ‘Patxi’, nos ha ilustrado sobre estos casi dos años de “muchos desencuentros en los que, prácticamente, hemos perdido el tiempo”. Desde Petreraldia hemos intentado recabar también la interpretación que de esta convivencia se tiene en el consistorio, pero nos ha sido imposible contactar con el concejal delegado, Óscar Payá, y con el mismo alcalde, Pascual Díaz, hecho que esperamos conseguir en los próximos días.
Conozcamos entonces la postura del segundo sindicato mayoritario del cuerpo de policía, el SEP, que para esta reivindicación puntual ha recibido también el apoyo del Sindicato Profesional de Policías Locales y Bomberos (SPPLB, aunque su portavoz, Enrique Ramírez, ya nos ha avanzado que la semana que viene nos ofrecerá su propio punto de visto, con «matices» respecto a las declaraciones que van a leer), con lo que juntos representan a más del 90% de la plantilla de la policía local de Petrer. El propio Patxi explica lo “difícil que es” hacer llegar a la ciudadanía todos los matices de esta cuestión, pero lo vamos a intentar. “En primer lugar”, comienza, “me gustaría explicar que el SEP no es un sindicato de funcionarios no corporativista de la policía, pues cuenta también entre sus miembros, aquí en Petrer por ejemplo, con funcionarios del área de deportes, cultura y servicios”. El SEP, de ámbito provincial, es uno de los sindicatos que más ha crecido en afiliados desde su creación hace dos años. “Es cierto que no estábamos del todo de acuerdo con la gestión de los asuntos que se realizaban desde otros sindicatos y decidimos crear uno propio”, comenta Patxi.
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Con la idea, entonces, de dar un nuevo aire a la actividad sindical, la irrupción del SEP se ha hecho notar, poniendo la llaga en el “inmovilismo y dilatación” que afectan a determinadas cuestiones. En el caso concreto de la policía local, Patxi sostiene que “aquí hay dos problemas. Uno de organización, referido a la Relación de puestos de trabajo y posterior valoración (RPT), que es un trabajo muy importante para todos los funcionarios y la propia ciudadanía. Se trata de que cada uno de los trabajadores municipales conozca exactamente su función, evitando así cruces y problemas, y fijar luego un sueldo justo en base a estas funciones. Esto es algo a lo que aspiramos todos, pues bien hecho ayudará a aclarar muchas cosas, pero hay asuntos que se quedarán fuera de la RPT pues se supone que se fijarán en convenio, un convenio por cierto ya caducado y que hay que volver a establecer. Sin embargo, el principal problema con la RPT no es ese, sino que debía haberse acabado, según los plazos, el año anterior, pero ya estamos a mitad de éste y no vemos el final. Comprendemos que los plazos sean difíciles de cumplir, pero esto se alarga y se alarga y no queremos que luego lleguemos al final de la legislatura y que se haga deprisa y corriendo, con las consiguientes acusaciones de que “la gente se vende”; es algo que deseamos que se haga bien, de manera clara y transparente, y que nos dejen participar. Es algo muy necesario que no debe alargarse más, pues es algo que venimos arrastrando desde 1998, año en que se realizó una RPT deprisa y corriendo y que fue un auténtico fiasco”. La empresa privada “Diseño y Gestión”, contratada por el ayuntamiento, está realizando esta catalogación de los puestos de trabajo. Patxi indica que “en este aspecto, aunque no estamos de acuerdo con la fórmula que se sigue en esta catalogación, por considerarla limitada y subjetiva, hemos cedido desde el sindicato para tratar de buscar la equidad de lo que es todo el ayuntamiento. No es verdad lo que se ha dicho de que queramos negociar al margen este asunto”.
“El problema es lo frustrante que es tirar el tiempo a la basura, hemos perdido el tiempo. Lo primero que le pedimos a la corporación fue que aclarara qué querían que hicieran sus trabajadores, pero no hemos avanzado”. Patxi denuncia lo penoso que es que “se tengan que adoptar medidas de presión X simplemente para hablar, no para conseguir objetivos concretos, sino simplemente para hablar”. Patxi no niega que “algo” se haya hablado, pero “no es evidentemente lo suficiente, ni ha sido todo lo productivo que se debería. Hemos tenido en ocasiones la sensación de que el representante de la corporación no tenía la verdadera intención de negociar, de hablar con una tabla, y en otras ocasiones, si hemos alcanzado algún principio de acuerdo, luego se ha perdido en la estructura jerárquica que es la corporación, sin saber en qué punto de esa cadena se ha cambiado de parecer respecto a lo hablado”. El delegado sindical había denunciado dos problemas, el otro tiene la misma raíz pero afecta “a nuestra seguridad como trabajadores”.
“Hay otro problema a nivel profesional a cargo de la policía, especialmente por carencias de medios materiales. Necesitamos más y mejores vehículos, pues atendemos multitud de urgencias, no tenemos suficientes chalecos antibalas, y muchos de los que tenemos están caducados, consideremos deficientes el actual régimen de patrullas unipersonales, etc. Existen deficiencias de material graves desde hace más de dos años, y así lo venimos reivindicando, y sabemos cuál es la situación actual económica y del ayuntamiento, y que hay unas prioridades, pero vamos, parece que las cosas de nuestra lista nunca llegan, de ahí nuestra insistencia. Se reclama también para dar un buen servicio al ciudadano, optimizar también su seguridad además de la nuestra y ya se ha denunciado que por estas carencias ha aumentado la criminalidad en Petrer, algo que creo puede entender todo el mundo”. Patxi quiere dejar claro que “nuestra principal reivindicación es simplemente que se nos escuche, que se estudien las soluciones que hemos planteado, que no exista esta penosa falta de diálogo”.
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Desde algunos sectores –y medios- se les ha acusado de querer también mejoras salariales que no hacen públicas y Patxi no elude la cuestión. “En 14 años ha habido mucho inmovilismo en el tema organizativo, de medios y sí, también salarial. En Elda, por ejemplo, por un turno nocturno hay un extra de 30 euros, en Petrer de 5. En muchos otros ejemplos pasa lo mismo. Los datos que manejamos colocan a Petrer como uno de los pueblos de la provincia en que por trabajos similares más baja remuneración se tiene. Por otra parte, la plantilla policial de Petrer es una de las más valoradas y prestigiosas de la Comunidad Valenciana”. Sin embargo, Patxi recalca que nuestra “principal reivindicación es sentarnos a hablar y que la comunicación sea efectiva”, pues reconoce que en el tema de los sueldos, “cada ayuntamiento es soberano y negocia con sus trabajadores”. Curiosamente, esta misma semana ha sido publicado que el ayuntamiento de Elda ha pagado casi 100 millones de pesetas a la policía local en concepto de trabajo extra durante 2008 y el refuerzo de su flota en dos nuevos vehículos.
Para un colectivo como la policía, que tiene prohibida por ley la realización de una huelga, hacerse escuchar “no es fácil”. Asegura que “al principio de la legislatura le planteamos a la corporación qué objetivos nos gustaría tratar, pero no hemos visto ningún avance en ningún sentido. Si uno se siente respetado profesional y personalmente en su trabajo rinde mejor, pero muchos compañeros no sienten ese respeto. Así es fácil caer en el desánimo; y sería penoso entrar en ese desánimo”. ¿El “desánimo” es una medida de presión? “Es una realidad, como en todas las personas y trabajadores”, responde Patxi, “pero lo que si que te aseguro es que no nos gusta estar en la picota mediática. Aquí hay gente que ama su trabajo y que tiene ganas de realizarlo, grandes agentes, y lo que más queremos es sentirnos seguros y respetados y realizar nuestra labor de la manera más profesional, simplemente eso”. El sindicalista reflexiona sobre “el blanco fácil” de críticas que es la policía, “a la que le dan palos a la denuncia de que no hacen nada y a la que también le llueven reproches a la voz de que hacen mucho”.
De la protesta en el pleno municipal de abril, el miércoles 30, de varios policías locales, y la posterior enfermedad del 80% de los agentes que debían cubrir el turno ordinario del día uno de mayo –algunos de los cuales estuvieron la noche anterior en el citado pleno-, se ha hecho una lectura en esa dirección de ‘medidas de presión’, algo que Patxi “comprende” pero que no “comparte”. “Me parece legítimo que los agentes que lo consideren, que también son ciudadanos, puedan asistir a un pleno público y plantear preguntas a los políticos, están en su pleno derecho”, argumenta, “y el 1 de mayo hubo una serie de indisposiciones por parte de los compañeros, y supongo que todo el mundo con su correspondiente baja médica del facultativo, como marca la norma, y que lo habrá pasado por el registro, pues aquí se nos marca muy en corto en ese tipo de temas”. Confiesa que, personalmente, para él la posterior visita ya comentada de las autoridades no le pareció “algo malo, pero nos gustaría que ese interés, si de verdad existe, se hubiera repetido con otras situaciones que podrían considerarse también graves, como en accidentes laborales de compañeros, tras por ejemplo persecuciones, muerte de familiares o las secuelas de incidentes como el tiroteo, cosa que no ha sido así”.
Francisco Ponce, médico de profesión, que actualmente ostenta el cargo de teniente de alcalde y concejal de sanidad, fue una de las autoridades que se interesó “por la salud de sus hombres”. Ha señalado que observaron “patologías diversas” y que el máximo responsable de personal, el alcalde, debe interesarse y “saber lo que ocurre” en situaciones con “tantas bajas. Hicimos lo que teníamos que hacer”. No ocultó que “cuando el 80% de la plantilla está de baja, algo huele a chamusquina”. Excepto dos agentes que antes de estos sucesos ya se encontraban de baja, el resto de los agentes aquejados de “diversas” dolencias acudió al trabajo al día siguiente.
Algunos medios y sectores le han dado un tono irónico de este insólito episodio, lo que ha sentado muy mal en la plantilla policial. También el hecho de que se especule con una supuesto plante de la policía de cara a las Fiestas de Moros y Cristianos, extremo que desmiente Patxi, “en ningún momento hemos planteado algo así, ni por activa ni por pasiva. Lo único que queremos es sentarnos a hablar tras dos años que sentimos que se han desperdiciado y tratar todos los temas comentados de una manera correcta, pues ha sido una tras otra chapuza la que nos ha llevado a la situación actual”. Así, Patxi finaliza su intervención deseando “que todo se arregle” sin más problemas y “ojalá ambas partes alcancemos un acuerdo satisfactorio para ambos”.
[1]Como hemos comentado, trataremos de acercar en los próximos días la versión que todos estos hechos tiene la corporación. Es la segunda vez en el último mes y medio que se enquista un conflicto laboral entre funcionarios y corporación, tras los sucesos que llevaron al bibliotecario municipal José Ramón Martínez a iniciar una huelga de hambre. Patxi no descarta “más conflictos con otros colectivos si esto sigue así”, sugiriendo también la presencia de problemas de actitud y personales en todas estas relaciones, tal y como ya se denunciara en el conflicto por los horarios laborales de la biblioteca.