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Un árbol singular: el serbal

El serbal (Sorbus domestica) es uno de los árboles más singulares de nuestro territorio, presente de forma aislada y con apenas unos cuantos ejemplares. Su colorido no pasa desapercibido y fácilmente llama su atención al visitante con sus brillantes hojas verdes en primavera y verano y con sus pintorescas tonalidades anaranjadas de otoño.

De la familia de las rosáceas, el serbal común, también denominado jerbo, es un árbol de hoja caduca, con unos frutos en forma de pera diminuta, que no llegan  completamente a madurar en el árbol, dulces y comestibles, pero siempre que se les haga una sobremaduración, lo cuál se suele hacer asoleándolos sobre paja.

Estas bayas, llamadas serbas o sorbus, son  muy ricas en vitamina C, se recogen a finales de verano y tradicionalmente se han utilizado para hacer mermeladas y licores.

Pese a que en nuestro país, el fruto de este árbol es poco apreciado en la medicina natural, en otras latitudes se le atribuyen innumerables virtudes: para purificar y depurar la sangre, para aliviar la tos, ronquera y catarros bronquiales, contra la gota, para provocar la menstruación, como remedio diurético en caso de cálculos renales y afecciones reumáticas, y como regulador de la actividad intestinal.

Además, los frutos del serbal cumplen un papel ecológico fundamental dentro de la cadena trófica de multitud de aves, que encuentran en estos frutos un complemento ideal para su dieta.
Su madera es muy apreciada y en algunas zonas existen plantaciones dedicadas a la explotación maderera, generalmente destinadas a la fabricación de muebles, especialmente valorados por su dureza y por su característico color blanquecino.
De entre ellos en Petrer destaca notablemente el serbal de la colada de la Costera del Pi, junto a la carretera que une Petrer con Agost, con sus 1,75 metros de perímetro de tronco, 7,5 metros de altura y 10 metros de perímetro de copa.

También cabe destacar especialmente el serbal de Rachil, situado en un barranco de la ladera Norte del Maigmó, que alcanza los 2,11 metros de perímetro de tronco y los 7 metros tanto de altura como de diámetro de copas.

Otros ejemplares destacados, pero de menores dimensiones, son el serbal del Barranc del Alt de Peret o los serbales plantados en el Valle de Calafate por la Diputación de Alicante.