Las desgracias que provoca el negarse a aprender

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Muflón en el Paisaje Protegido Maigmó-Sit (foto de Enrique Perales).

 

El negacionismo de hechos reales, científicos o verdaderos es tan antiguo como la propia humanidad, por algo pertenecemos a una especie enteramente animal. Esta actitud crea innumerables problemas individuales y colectivos.

En el día a día del devenir de nuestra perseverancia en el error, nos encontramos con muchísimos problemas por negarnos nosotros o los demás a aprender. Muchos enfados se originan porque demasiadas veces quien se cabrea lo hace por alguna acción o palabra que le haya molestado, pero casi nunca analizamos si esa persona tenía razón en lo que nos ha contrariado. Puede haber tenido buena intención y haber acertado plenamente y no haber motivos para contrariarse; pero eso al común de los mortales les importa un comino: no me ha gustado y me las pagará por haberme enfadado.
Me serviré de ejemplos históricos y cotidianos de esta manía tan extendida como perniciosa, para finalizar con aspectos de la lucha conservacionista de ADHIF. El ser humano siempre ha sido terco en aceptar que otras religiones sean tan verdaderas o falsas como la de su nación o tribu. Por ello, ha habido innumerables conflictos bélicos activados o reproducidos por fanatismos religiosos entre diversas facciones enfrentadas de varios credos o luchas entre iglesias cristianas, como las matanzas entre protestantes y católicos en nuestra vieja Europa. Muchos no desean comprender que ya es casualidad el que de millones de dioses creados por la humanidad, sólo sean el nuestro o los nuestros los únicos verdaderos y los demás falsos y , por considerarlos herejes a sus fieles, merecedores de la muerte.

En otro desliz recurrente, casi siempre resulta mejor no hablar con casi nadie de política ya que la mayoría de la gente actúa con sus ideas políticas con similar terquedad a como he descrito con la fe religiosa. Me desagrada el sectarismo político español actual, que recuerda al que sufrimos en los años de la Segunda República española. El contrincante político no debe considerarse como un enemigo, sino un compatriota del que algo o mucho se debe aceptar: valga de ejemplo, los partidos de izquierdas podrían legislar contra la ocupación de casas compartiendo ideas de la derecha; así mismo, los conservadores o de derechas deberían apoyar la lucha de los progresistas o de izquierdas por los avances sociales y abandonar ambos esa confrontación tan poco racional como nada patriótica.

Una intuición que me rondaba la mente cuando era universitario consistía en que de jóvenes la mayoría aprendemos algo, más ya pasados los 25 años muchos individuos se plantan en lo referente a cambiar de ideas y ya no aprenden casi nada en el resto de su vida. Tercamente muchas personas mantienen posturas políticas o religiosas aunque sean perjudiciales para ellos y gran parte de la sociedad. Otro ejemplo, millones de personas están intermitentemente entre una dieta saludable y atiborrándose a placer aunque les dañe, todo por no querer educarse nutricionalmente y aprender a disfrutar con moderación de alimentos saludables y también deliciosos.

Cualquiera entiende que el interés egoísta personal nos impida aceptar la realidad; por contra, es incomprensible aceptar esa cabezonería cuando nos perjudica seriamente: casos de estos hay a millones. «La sarna con gusto no pica» nos lleva, en innumerables ocasiones, a enamorarnos de la persona menos indicada, no dejarnos aconsejar por personas u opiniones más beneficiosas que las nuestras; beber alcohol o comer a reventar hasta que la muerte nos lo impida; mantener continuamente el error querido pese a que aprender sea la esencia más plena de la vida y de su disfrute.
En lo relativo a ADHIF (Asociación Protectora de Herbívoros Contra Incendios Forestales) pienso que sucede lo mismo. La Generalitat Valenciana se niega a hacer censos de población antes de otorgar permisos de caza a ciervos, muflones…; algunos cazadores imitarán algún día la caza del resto de animales depredadores, matando las piezas heridas, los adultos enfermos y nunca los más grandes o fuertes, para no degenerar las especies. Los moteros y conductores de coches de carreras siguen con sus accidentes graves en personas y exterminio de fauna inocente en el Puerto de la Carrasqueta (Jijona) y en otros. Igualmente, los miembros de ADHIF hemos de incorporar las ideas más respetuosas con la natura aunque no coincidan con nuestro ideario.
Sólo se vive una vez y poco tiempo, por ello ¿ no sería mejor amar el aprendizaje y ser más felices los pocos años que nos resten de vida?

Raimundo Montero es portavoz de ADHIF (Asociación Protectora de Herbívoros Contra Incendios Forestales).

One thought on “Las desgracias que provoca el negarse a aprender”

  1. Muy buen articulo,. En esta parte de la vida valoramos de otra manera lo que años antes nos parecía imposible. Los que hoy comenten atrocidades les ocurrirá lo mismo. Hoy no se mata por hambre. Buen mensaje a todos los implicados en este desconcierto de atrocidades que se comenten con unos inocentes animales que tanto beneficios nos aportan a todos Un saludo

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