A la presencia de estas especies de flora hay que sumar la singular fauna que alberga este hábitat, formada por varias especies psammófilas como la lagartija colirroja o pequeños invertebrados endémicos como los coleópteros (escarabajos) Paratriodonta alicantina, Erodius parvus y Phylan ribesi o los arácnidos Lactrodectus tredecimguttatus (viuda negra) y Lycosa tarántula (tarántula), además de otras muchas especies importantísimas para la cadena trófica global como anfibios, lagartos ocelados, abejarucos, etc.
Junto al Arenal de l’Almorxó, considerado la duna de interior más grande de la Península Ibérica, existen otros arenales con una importancia ecológica de similares características, como son el arenal Menut, el de Pruna, los pequeños arenales de los alrededores del Campamento de Caprala y la Ombria de Marcos y los menos conocidos arenales ubicados en Castalla, los de las fincas del Carrascar y de Carrión.
Si por un momento paramos a reflexionar sobre todo lo que se ha descrito anteriormente, nos daremos cuenta de que somos afortunados de contar con estos maravillosos enclaves y que es necesaria la ayuda de todos para conservarlos, pues el futuro de estas especies depende, en gran medida, del conocimiento y la concienciación de todos los que recorremos estos parajes.
