Hace ya unos meses empezamos una nueva aventura para tratar de fotografiar nuestra fauna nocturna en libertad, y en ello seguimos. Y en este caso hemos escogido a las garduñas. La garduña (Martes foina) es un mamífero carnívoro de la familia Mustelidae. Es un depredador nocturno de tamaño mediano.
Una vez conseguido captar a una hembra adulta durante varias sesiones, en concreto tres noches de aventuras en plena naturaleza, nos marcamos otro objetivo aún más difícil. Se trata de fotografiar con calidad alguna de las crías de esta hembra que nos visitó durante varias noches. A todo esto nos llevó una foto en la que comprobamos que esta mamá garduña estaba en plena época de cría, en concreto amamantando a sus crías, pues se apreciaba con facilidad unos pechos bastante hinchados, síntoma claro de la época de cría.
[1]Según nuestros cálculos la hembra parió en el mes de abril. Las crías tardaron alrededor de dos meses en abandonar la guarida y en cuanto lo hagan, la madre los llevará por primera vez de excursión en plena noche cerrada para guiarles hacia la zona de agua y comida.
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[3]La dificultad para captar la imagen reside en que la madre solo las acompañará durante 10 o 15 días como mucho, luego ella volverá en busca del macho, pues a finales de julio entran en la época de celo. Por lo tanto debemos atinar muy bien el momento exacto en el que la madre y sus crías abandonan la guarida en busca de alimento.
Una tarde de junio nos dispusimos a montar todo el equipo: tres flashes, cuatro trípodes, cámara Canon 60D, objetivo 18-55 mm y barrera AMJ, más el reclamo de la comida para atraer a la garduña.
[4]Tardamos alrededor de 45 minutos en dejar el equipo a punto, y después de comprobar varias veces que todo funcionaba correctamente nos dispusimos a buscar un resguardo para pasar la noche. A la mañana siguiente, a las 6:00, pudimos comprobar el resultado de todo el trabajo de campo de varios meses, y esta vez la sorpresa fue aún mayor. Ahí teníamos algo que es muy difícil de conseguir, la nueva generación de Garduñas.
Quería agradecer una vez más a Luis Villaplana por su gran ayuda en la conservación de datos para conseguir otro objetivo, las crías. Luis siguió las labores de mantener en las mejores condiciones las charcas, añadiendo además de agua en abundancia, suplemento de comida para ave y mamíferos, pues este verano pinta muy duro.