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Ya no es noticia, sino una realidad asumida: no volveremos a subir al Arenal de l’Almortxó y este jamás lucirá como hace unos años. La zona, uno de los hitos medioambientales históricos de la población, lleva años protegida y no se permite el acceso a personas. La actuación de las instituciones responde a criterios científicos y medioambientales de protección y conservación [2], pero para gran parte de la población añora no sólo poder deslizarse por su ladera o darse un paseo en Pascua [3], sino esa imagen de mole de arena dorada con que l’Almortxó deslumbró a generaciones de petererenses. Imágenes como estas, de 1981, cuando el Arenal era el Arenal…
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Y aquí, en fotos recientes, con muchísima vegetación ya en su ladera.
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