Importancia de la adquisición de las HHSS e inteligencia emocional

“El que sabe pensar, pero no sabe expresar lo que piensa, está en la misma situación que el que no sabe pensar”, Pericles, s. V a C.

 Las habilidades sociales son un conjunto de hábitos (a nivel de conductas, pero también de pensamientos y emociones), que nos permiten mejorar nuestras relaciones interpersonales, sentirnos bien, obtener lo que queremos, y conseguir que los demás no nos impidan lograr nuestros objetivos.

También podemos definirlas como la capacidad de relacionarnos con los demás en forma tal que consigamos un máximo de beneficios y un mínimo de consecuencias negativas; tanto a corto como a largo plazo.

Nuestro concepto de habilidades sociales incluye temas afines como la asertividad, la autoestima y la inteligencia emocional. También destaca la importancia de los factores cognitivos (creencias, valores, formas de percibir y evaluar la realidad) y su importante influencia en la comunicación y las relaciones interpersonales.

Hoy vamos a hablar de la importancia que tiene la adquisición de habilidades sociales e inteligencia emocional, sobre todo en la edad temprana.

Las habilidades sociales son primordiales ya que:

– La relación con otras personas es nuestra principal fuente de bienestar; pero también puede convertirse en la mayor causa de estrés y malestar, sobre todo, cuando carecemos de habilidades sociales.

– Los déficits en habilidades sociales nos llevan a sentir con frecuencia emociones negativas como la frustración o la ira, y a sentirnos rechazados, infravalorados o desatendidos por los demás.

– Los problemas interpersonales pueden predisponernos a padecer ansiedad, depresión, o enfermedades psicosomáticas.

– Mantener unas relaciones interpersonales satisfactorias facilita la autoestima.

– Ser socialmente hábil ayuda a incrementar nuestra calidad de vida, etc…

Estudios recientes indican que nuestra tarea como padres y maestros, orientada a volver más inteligentes a nuestros hijos y alumnos ha obtenido resultados sin precedentes. Sin embargo, y en forma paradójica, mientras que cada  generación de niños parece volverse más inteligente, sus capacidades sociales y emocionales parecen estar disminuyendo vertiginosamente.

Este fenómeno muestra resultados nada alentadores. Los niños presentan serios problemas de conducta, adaptación, ansiedad, depresión, violencia, adicciones, intolerancia y falta de empatía. Y es que a pesar de su potencial intelectual, estos niños no cuentan con la capacidad para controlar su vida emocional, lo que hace que tomen decisiones incorrectas o tengan reacciones no deseadas que pudieran tener consecuencias negativas para su vida.

Es importante reconocer que el entorno de hoy ha cambiado drásticamente para nuestros niños, ya que los enfrenta a situaciones mucho más estresantes o conflictivas como el aumento de divorcios, familias disfuncionales, la influencia negativa de los medios de comunicación, la falta de reconocimiento a la autoridad y el tiempo cada vez más reducido que los padres dedican a sus hijos.

Por muchos años se creyó que era suficiente trabajar con el coeficiente intelectual para que las personas resolvieran los retos de la vida, hoy sabemos que no es así. Hay otros factores a considerar para fortalecer a las personas y así ayudarlas a enfrentar estos retos, entre éstos factores están: las Habilidades Sociales, Habilidades Emocionales y la Autoestima; habilidades que considera la Inteligencia Emocional, la cual no es otra cosa que reconocer las propias emociones y manejarlas, la auto-motivación, reconocer las emociones en los demás, manejar las relaciones interpersonales de manera fluida, controlar los impulsos, mostrar empatía y enfrentarse de la mejor manera a los conflictos.

Por esta razón, nuestro objetivo es que niños y jóvenes desarrollen las habilidades sociales y emocionales que les brindarán más posibilidades de ser personas competitivas y felices, permitiéndoles integrarse y relacionarse en cualquier grupo social en una forma armónica, seguros de sí mismos, más felices y exitosos. Como dijo Daniel Goleman, experto en el tema, “La inteligencia emocional añade a las personas cualidades que nos hacen más plenamente humanos”.

Lo más importante es que estas habilidades se pueden aprender, siempre y cuando nos ocupemos de enseñarlas.

Las lecciones emocionales que aprendimos de niños en casa y en la escuela dan forma a los circuitos emocionales haciéndonos más expertos o ineptos. Esto significa que la infancia es la oportunidad para desarrollar los hábitos emocionales que gobernarán nuestra vida. Si realizamos una intervención temprana, dotándole de estrategias y pautas adecuadas, podremos ir consiguiendo que todas las relaciones que tenga a lo largo de su desarrollo sean positivas. Si por el contrario no hemos podido llevar a cabo dicha temprana intervención, no pasa nada. Existen programas específicos para adolescentes en los que se trabajan estas habilidades de una manera propia, enfocados al futuro de dicho adolescente para: enfrentarse a estudios superiores, relaciones personales, búsqueda de empleo, etc…

Nunca debemos olvidar que el lugar principal en el que el niño aprende y se desarrolla es la familia. Esta es el marco de referencia que guiará al niño toda su vida, por lo que tendremos que asegurarnos de desarrollar relaciones interpersonales familiares positivas, adaptadas a la realidad, de donde el niño adquiera unos valores objetivos que le influyan positivamente a la hora de ir formando su personalidad.

Actualmente existe en los niños una tendencia a tener más conflictos emocionales, a ser más solitarios y deprimidos, más indisciplinados, más nerviosos, impulsivos y agresivos.

Una solución es que la educación de los niños sea integral, una educación en la que tenga igual de importancia el intelecto que la emoción ya que ambos ayudarán a que la persona tenga conciencia de su propio ser, del autodominio y la empatía así como la habilidad de escuchar y resolver conflictos y de esta manera, sea exitosa en la vida.

Para esto, debemos saber que la Inteligencia Emocional es la que nos permite tomar conciencia de nuestras emociones, comprender los sentimientos de los demás, tolerar las presiones y frustraciones, incrementar nuestra capacidad de empatía, nuestras habilidades sociales y aumentar nuestras posibilidades de un desarrollo social y emocional, el cual,  no es algo que “sucede simplemente”, sino que puede ser aprendido, de la misma manera que la lectura y así practicándolo, se convierte en una habilidad.

“La inteligencia emocional es una habilidad, no un rasgo. Las habilidades se pueden aprender”.

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En Gabinete Veintiuno hemos organizado dos talleres intensivos de verano destinado a niños y jóvenes de entre 8 y 16 años de edad e impartidos por psicólogas del gabinete que tendrán lugar a partir del 22 de junio hasta el 30 de Julio:

Taller de Habilidades Sociales e Inteligencia Emocional.

Taller de Habilidades para el Aprendizaje.

Además, de cara a septiembre, estamos organizando varios programas donde trabajaremos dificultades de aprendizaje, habilidades sociales, inteligencia emocional y modificación de conducta de manera continuada durante todo el curso escolar.

Esperamos que esta información sea de vuestro interés. Para más información o en caso de que queráis que tengamos una sesión informativa, podéis contactar con nosotros, sin ningún compromiso, en el 636528404-965056451 o en info@gabineteveintiuno.com

 

Gabinete psicológico:  resilencia: vía para ser feliz

Gabinete Veintiuno se encuentra en Elda, en la calle Padre Manjón 11, 5º Planta (Edif. Rapsodia). Podéis contactar con nosotros sin ningún compromiso llamando al 96.505.6451 o en el 636.528.404. Más información, a través de la página web www.gabineteveintiuno.com

Podéis seguirnos en:

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Twitter: @veintiuno_info.

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