Escritos de un joven indecente (XX): Un acto de hedonismo fugaz

 

Es tu nombre
de SEÑORA y PATRIA.
Son tus ojos goyescos
de profunda finura.
Son tus LABIOS
cosidos a tu BOCA…

Es tu elegancia de MUJER
en la embestida de la noche.
Es tu perfume carnal sin desmesura.
Es la yugular hinchada
y su sangre palpitando
por tu cuello…
Es tu clavícula esculpida
y la pátina que la hace relucir.
Son tus PECHOS de punta afilada,
estalagmitas que cortan
mis impúdicos LABIOS…
tus gloriosos PECHOS
impregnados de mi lasciva SALIVA;
PECHOS mordidos
salvajemente por mis dientes
de sable que desgarran sutilmente la piel…

Son tus PEZONES
en CARNE VIVA
clamando clemencia.

Eres tú arrodillándote
para contraatacar
y someter
a mi cetro púrpura
en el interior
de tus FAUCES.

Son tus inferiores
lunas verticales
supurando sexo,
provocando la lluvia
en mi LENGUA
y la cascada
entre tus MUSLOS.

Es tu sublime aroma a SEXO
lo que hace que hoy
merezca la pena
seguir viviendo.

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