Escritos de un joven indecente (XLIX): La princesa y el princeso

Princesas y princesos
Sin título-1Seguir viviendo
es AHORA
un reto.
Me siento
hundido,
desquiciado,
HUÉRFANO.

No tengo fuerzas
para NADA,
estoy escribiendo
estos versos
«sin ganas»
porque TODO
me recuerda
a ellos.

Odio
a la HUMANIDAD
tanto
como al TIEMPO
porque ambos
me han alejado
de los dos.

Me doy asco
por estar enfermo
y ver su cara
y su sonrisa
en cada esquina,
o su rostro
con la barba
REVOLUCIONARIA.

No quiero
ni puedo
desprenderme
del aroma
a menta,
y CANELA,
de su imagen,
de su BOCA
y de su CUERPO.
De las charlas,
los BESOS,
los abrazos
entre lágrimas,
los secretos…
No quiero
dejar de escuchar
los consejos
del HOMBRE
humilde
que calmaba
mis delirios
o la voz dulce
de la MUJER
que me hizo SER
mejor persona.

Necesito
dormirme
para SIEMPRE,
sabiendo que
en ese SUEÑO
ETERNO
os soñaré
y estaré
más cerca
de encontrarme.

No soporto
que este jueves,
(y los que vienen),
el timbre
de mi estudio
no suene
o que por las noches
no tenga
a NADIE
que me diga:
«No lo pienses»

Que los CUERVOS
arranquen
de cuajo
mis ojos
y las alimañas
se alimenten
con mis vísceras,
mi CARNE
y mis HUESOS
y que éstos
se evaporen
bajo tierra
convirtiéndome
en un RECUERDO
efímero
para que NADIE
sufra
por mi ausencia.

No puedo seguir
en pie
porque
mi estudio
fue el símbolo
de La Verdad
y el refugio
de un MUERTO
que resucitó
en las madrugadas
de SILENCIO
y lloro
y ahora
es la TUMBA
de aquél
que no perdona
ni al TIEMPO,
ni a la VIDA
ni a la NADA.

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