Escritos de un joven indecente (LXXX): suave es la noche

Sin título-2

Sus opacos
OJOS
de penumbra
y espléndidos
abanicos
de sombra
danzaban
sobre la nada.
SILENCIOSA
y la
muerte
ponderada…

La NOCHE
suave
(como los pezones
de la reína
de Ibéria)
de silencio
e inquieta
MIRADA
se muestra
distinta…

No hay coches
aparcados
en la acera
y el discreto
ECO
de su AUSENCIA,
junto
a la brisa
de azahar,
se cuela
por la ventana
entreabierta
de mi salón
y abraza
la golondrina
de mi pecho.

Fumo
tranquilamente
mientras
observo
la calle
de la POESÍA.

La noche
NEGRA
y amarillenta
cual paleta
de Caravaggio…

Ya no vienen
Picassos grises
en busca de Pablo.
No hay NADA
en la NADA
de enfrente
pero el aire
sigue acariciando.

Pocas
madrugadas
se han mostrado
inertes,
calladas…
Algo pasa
ahí afuera
pero no consigo
verlo.

Un lobo
AÚLLA
en mis adentros.

Ay…
el SEXO
sepultado,
el INSTINTO
que no cesa
y YO
tan solo.
Sin besos,
bocados
en los labios,
cuello
o nuca
cuando
la curva
de un CUERPO
desnudo
te brinda
su espalda
en el crepúsculo
que asoma
desde la primera
vértebra
hasta el culo en pompa…

¡Ay!
suave
es
la NOCHE…
muy DURA
la soledad
y
la madrugada.

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