Escritos de un joven indecente (CXLVII): Volver a la patria

pabloski poema

Volví
SOLO
y en secreto.

La madrugada
gritaba
SILENCIO
y la
lluvia
caía
por
mis
OJOS
confundiéndose
con mis lágrimas
de sangre
y recuerdos.

Jamás
he llorado
tanto
en los poemas.

Me senté
en las grietas
de una calle
que fue
capital
del DESEO,
imperio
de la POESÍA
y universo
de caricias
desde
donde
se elevó
a la categoría
de inmortal
una condena
que sabía
a triunfo
y gloria
proletaria.

Desde
aquí
he visto
cómo
buitres
se cercenaban
cuellos
mientras
CUERPOS
danzaban
por encima
de dios.

He sido
testigo
de asesinatos
de astros
por astros
cuando
yacía
el VERSO
perfecto
en mi pluma.

He escrito
decenas
de poemas
insuperables
con sudor
y soledad
bajando
de pedestales
a minotauros
con más
fama
que talento.

He burlado
a la MUERTE
dos veces
haciéndole
el AMOR
a las
madrugadas
infinitas
mientras
el resto
de la humanidad
moría
plácidamente

y AHORA…

abro
la puerta
del Nº 46
esperando
ver
las 14
miradas
del cementerio
de los inmortales
y veo
paredes
impolutas
como
si tiempo
atrás
no se hubiesen
batido
en DUELO
lo imposible
y el suicida.

Hoy
se deshilacha
un trozo
de amapola
de mi ALMA
dentro
de un campo
de batalla.

Hoy
he sido
consciente
de que mi casa
ya no es hogar,
que mi escritorio
es una escultura
de piedra
caliza
y que
mi patria
es PETRER
devolviéndome
la fe
en mi oficio,
en mi nombre
y matándome
con su ausencia
cuando
susurro
desde
esta
calle:
-¡Te amo!-
y sólo
me golpea
la brisa
del pasado

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