Escritos de un joven indecente (CXLI): No apto

pablo llorente poesía
Arde
la NOCHE
y saboreo
su silencio,
ese
que
somete
los susurros
de los besos
del pasado
mientras
las sutiles
siluetas
se suceden
y resuenan
en la cúspide
de mi aliento
de MUERTO.

Las lunas
llenas
de olvido
en los labios
que
sentencian
los versos
que se ahorcan
con la soga
de la boca
más sincera
jamás besada,
desaparecieron.
Su saliva,
sabor a
sudor,
sus gritos
de suspiro,
sus senos
afrontando
la gravedad
de los hechos
(SER
los más
perfectos)
caídos
entre
mis dientes…

La
POESÍA
desapareció,
los buitres
someten
a las golondrinas;
los gorjeos,
que antes
eran
sinfonías
entonadas
por arpas,
AHORA
son
sólo
los
ECOS
de los
GEMIDOS
de las vísceras
de la
RIMA
eterna
y las entrañas
del que la
versó.

La
OSADÍA
de pretender
SER
poeta
para
prender
el cielo
en los cuerpos
que se sucedan
tras el suyo,
sabiendo
que éstos
no serán
ciudades
en llamas,
ni sus espaladas
constelaciones
donde viajar
con la lengua
apagando
sus astros
con las lágrimas
que se derramaban
tras una
explosión
de SEXO
y te amos
ocultos,
será la senda
del PERDEDOR.


que el
verbo
AMAR
es el mal
de la selección
natural
y SOY
el elegido.

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