Escritos de un joven indecente (CXL): Donde habita la resistencia

pablo-llorente-poesía

Las últimas
ramas
grisáceas
permanecen
intactas,
deshojadas
por el musgo
en llamas,
verde
sin ESPERANZA
con reflejos
del pasado
entre
gemidos,
LUNAS
en la espalda
y barbitúricos.

Las
TUMBAS
yacerán
en los
VIENTRES
como bombas
atómicas
y en sus átomos
una parte
irreductible
de mis
POEMAS
que serán
los bebés
con otros
padres.

Las
camas
sin
SEMILLAS,
mancilladas.
Las sábanas
putrefactas;
impregnadas
por el sudor
del queroseno
de los poros
de los
CUERPOS
encontrados
una noche
cualquiera
y que desaparecerán
a la mañana
siguiente
cuando la luz
descubra
la máscara
de lo inmortal
y la poesía
ATEA
rece mi
NOMBRE
en voz baja
mientras
pare la culpa
de mi locura,
embalsamada
como la estatua
de Lenin.

Soy
el poeta
melancólico
que compró
los derechos
de AMOR
de la
MUERTE
y el autor
por excelencia
de los VERSOS
más extremo
del siglo XXI.
No
porto
rosas
en la boca
sino lirios
en los párpados.
No
se me otorgó
corona
de laurel
sino espigas
en las sienes

YO
soy
el enfermo
en la efeméride
de un tiempo
que mide
sus VICTORIAS
por el trauma
de las derrotas
acarreadas
y crea
miles
de la misma
estirpe.

Aquel
al que
se le reprocha
que la antorcha
creadora
del FUEGO
sea el EGO
danzando
junto
al pesimismo
ATROZ
del recuerdo
insuperable.

Damas,
caballeros;
mírense
cuando
las
lágrimas
recorran
su cara
y crujan
sus almas
reflejadas
en el esperpento
del espejo
de la lente
de su mente…
y léanme
entonces,
sólo
así
entenderán
por qué
no hablo
de mariposas
sino de GOLONDRINAS,
por qué
no escribo
prosa
sino
POESÍA
en el abismo
de la tragedia
más hermosa.

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