Escritos de un joven indecente (CLXI): La caída de lo establecido

pablo-lorente-poeta-indecente

La
línea
recta
se
desvanece
como
polvo
de crisálidas
en el asfalto.

Los
bohemios
ganan
la partida
a la vida
haciendo
de lo natural
una victoria
y los
trabajadores
de letras
se hunden
por la falta
de confianza.

Esta ciudad
es silenciosamente
ruidosa
y los cambios
se suceden
a golpe
de adioses.

Mueren
las esperanzas
que nunca
ostentaron
triunfos
visuales
y el plan B
es el último
recurso.

Un pequeño
escenario
como
capilla
de confesionario,
dadaístas
recordando
que el intrusismo
y el poco
talento
es la puerta
abierta
al pan,
al dinero
y a la fama.

Cuánta
mentira
se crea
y cree
uno
mismo
para
refugiarse
en egos
y golondrinas.

La vida
no está
escrita
en los
poemas
de minotauros,
borrachos
y poetas.

La vida
se vive
y yo
llego
tarde.
Sólo
quiero
contemplar
lo que
me queda
con tábula
rasa
y con mis
errores
para
poder
ganarme
a mí mismo
y escribir
por necesidad

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